Lidia es una joven muy hermosa que puede predecir la muerte, ella no sabia de donde venía ese don ya que su madre era mitad elfa y mitad lobo, Lidia no conocía a su padre y su madre murió al nacer, su abuela se hizo cargo de ella y le enseñó todo lo que sabía para que fuera una joven de bien.
Es primera vez que escribo esta clase de novela, espero que les guste y me tengan paciencia al subir los capítulos, gracias por leer mis historias.
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Obedeceme
_ abuela, ¿y mi abuelo?, ¿porqué no se nada de él?
-tu abuelo no sirve, nos abandono y ahora tiene otra familia
- ¿en donde abuela?
- encontré su dirección, esta en la cajita de música, una vez fui y lo vi feliz con una loba muy conocida, él me engaño y además de eso, se fue
Tu mamá tenía dieciséis años cuando te dio a luz, ninguno de nosotros sabíamos que estaba embarazada, el día que te trajo a este mundo, ella falleció, me pidió que te cuidara. Decía Eugenia llorando
- ¿y mi papá abuela?, ¿quién es él, en donde está?
- no lo sé, ese malnacido la violo, Elena me lo contó el mismo día que murió, mi hija era apenas una niña, fue un milagro de que tu nacieras
- ¿sé arrepiente de haberme cuidado?, por mi culpa mi madre murió y mi abuelo se alejo de usted
- no llores cariño, eres idéntica a tu madre, tú solo nos has traído alegría a todos los que te conocemos. Dijo Eugenia dándole un abraso
- te quiero mucho abuela, no me dejes nunca
- hija, solo te pedire una cosa
- que es
- no quisiera que por nada del mundo vieras cuando moriré, si ese día llega quiero que seas fuerte
- lo seré abuela, quisiera recompensarla por todo lo que ha echo por mi
-ya lo has echo mi niña
- ¿le gustaría volver a ver al abuelo?
- la verdad sí, pero para decirle todo lo que se merece ese infeliz
Lidia se quedo pensando en todo lo que su abuela le dijo, ella quería conocer a su abuelo y planeo todo para ir al día siguiente
Mientras dormía sentía que la luna la llamaba, Lidia salió y empezó a bailar, las plantas y las flores florecian y todo brillaba
Un hombre la miro a lo lejos, Lidia se dio cuenta de su mirada y dejó de bailar, ella recordó lo que le había pasado a su madre y corrió a su casa.
Al entrar, cerco las ventanas y puertas con rosas y espinas, esa noche no pudo dormir
- quisas sea el hombre que violo a mi madre, tendré más cuidado al bailarle a la luna
Lidia se durmió, pensando en todo lo que su abuela le había dicho, a la mañana siguiente su abuela la despertó
- hija, ¿qué está pasando?, ¿porqué has cercado las puertas y ventanas?
- tenía miedo abuela
-¿miedo de qué?
- del hombre de la túnica
-¿de que hombre hablas?
- olvidelo abuela, ¿qué haremos hoy?.
Eugenia estuvo ebria, no recordaba nada de lo que había pasado después de la fiesta
- tú no haras nada, te quedaras en casa mientras voy a buscar unas semillas que necesito, demorare dos días, no le habrás la puerta a nadie y cuidate
- quiero ir contigo abuela, tengo miedo de quedarme sola
- no temas hija, solo obedeceme
- esta bien
Lidia le preparo algunos pan lembas, frutas, vegetales y bebidas, ellos no comían carnes porque amaban mucho a los animales
Eugenia salió de casa, a sus cincuenta y seis años no se le notaba la edad, los elfos no envejecen como los demás, su edad no coincidían con su apariencia
- le haré caso a mi abuela, no saldré de casa hasta que regrese
Lidia hizo los quehaceres del hogar y empezó a cantarle a las plantas, su voz era muy bonita, un grupo de hombres lobos recorrieron sus calles en busca de una elfa con el don de sanación
Lidia les dijo que no sabía de que elfa hablaban, sus vecinos y amigos no la delataron
Lucían había mandado a buscar por todos los pueblos habitados por los elfos y no lograba encontrarla, su lobo se estaba desesperando al igual que él
Eugenia había salido debido a que se acercaba el cumpleaños número dieciocho de su nieta y quería hacerle una comida que a ella le encantaba, pero los ingredientes no se encontraban cerca
Los elfos al ver la presencia de los lobos tuvieron miedo, para los elfos los lobos eran carnívoros y podían comer cualquier cosa, incluido a ellos
Lidia pensaba igual que su raza pero no les temía ya que casi nunca se topaba con ellos, luego de que los lobos se fueran, Lidia no quiso quedarse en casa, busco la cajita de música y saco la foto y dirección de su abuelo
-¿debería de quedarme o buscarlo?, tengo tantas preguntas para él
Cuando estaba a punto de salir, tocaron a la puerta, ella se asomo y vio al hombre de la foto
- es mi abuelo, ha venido por la abuela. Se dijo ella emocionada
Al abrir la puerta, Sebastián se quedó en shock, Lidia era identica a su madre, solo que con los ojos verdes
Lidia lo abrazo, estaba muy emocionada, aunque él las había abandonado, ella quería conocerlo y darle la oportunidad de arreglar las cosas
- Elena mi niña. Dijo Sebastián
- abuelo. Dijo ella con lágrimas en sus ojos
- ¿eres Elena verdad?
- no abuelo, mi nombre es Lidia Elena
Detrás de Sebastián estaban dos mujeres, ellas miraron la casa y los alrededores con desagrado
Lidia se dio cuenta y preguntó quienes eran
- hola, mi nombre es Fernanda y ella es mi madre, soy tu tía
- hola Fernanda, yo soy Lidia
Como Sebastián no decía nada, Marta madre de Fernanda se presentó
- hola linda, tu abuelo nos habló de ti y queríamos invitarte a nuestra casa, mi hija Fernanda esta de cumpleaños mañana y queríamos ver si nos hacías el honor de acompañarnos
- no lo sé, mi abuela no esta en casa. Respondió Lidia
- ¿podemos esperarla?. Pregunto Fernanda con una sonrisa
Lidia estaba feliz de tener más familiares, ella era muy pura e inocente, no sabía distinguir la maldad en los demás
-mi abuela vendrá dentro de dos días, si quieren puedo ir con ustedes y me regreso antes de que este de vuelta
- me parece buena idea. Respondió Marta
- arregla algo de ropa, te quedaras con nosotros y te traeremos de vuelta temprano.
Lidia corrió a arreglar algunas cosas, le dejo una nota a su abuela por si ella llegaba antes