Es Mi Decisión

Pasaron varios días y el trabajo en el hospital iba en aumento, pero cuando tuvo un pequeño descanso tomó su bolso y le dio otro vistazo al archivo de Joshua Allen, tomó su teléfono y después de pesarlo un poco marcó el número que estaba entre los datos personales, aunque ella no lo tenía agregado ese número estaba fijado en su memoria.

Luego de varios repiques por fin él contestó y al escuchar la voz de ella al otro lado su respuesta fue tan fría que hubiera podido congelar el teléfono, pero ella debía comportarse de la manera más profesional posible.

-Señor Allen han pasado varios días y necesito darle los resultados de las pruebas que le realicé – a él se le había olvidado ese asunto

El vio el reloj y le dijo para encontrarse en treinta minutos en una dirección cerca del hospital, pidiendo extrema puntualidad, por lo que luego de terminar la llamada salió corriendo y tomó un taxi para llegar lo más rápido posible al lugar señalado.

Cuando ella llegó él ya estaba allí, pudo verlo al bajar del taxi sentado con esa extrema elegancia que le salía tan natural, bebía un café y ella debió regañarse para moverse hacia donde él estaba.

-Buenas tardes Señor Allen – lo saludó de la manera más profesional posible

-Llegas dos minutos tardes – respondió mientras veía su reloj

-Lo siento, vine lo más rápido que pude – no espero más respuesta y comenzó a sacar la documentación que había llevado

-Señor Allen su recuperación no es buena, puede ser resultado del estrés diario generado por el trabajo y la condición de su mucosa gástrica muestra que… - no la dejó terminar de hablar

-Comamos algo – parecía que él no la escuchaba

-No tengo hambre y como siempre está ocupado ¿no le parece que lo mejor es que le diga puntualmente su estado actual? – su cara era de total tranquilidad

-En este momento tengo hambre – sin esperar a que  ella dijera nada pidió algo de comer para los dos y él recibió una llamada de trabajo

Cuando la comida llegó los dos comieron sin decir una sola palabra, su comportamiento hacía que ella se sintiera avergonzada y retraída, solo pudo comer lo más rápido posible para poder terminar lo que había venido a hacer.

-Señor Allen ¿Qué le parece si yo le voy haciendo su diagnostico mientras termina de comer? – él no dijo nada así que ella comenzó a hablar sin esperar respuesta

-Los exámenes muestran que tiene una enfermedad crónica en el estómago  y que su mucosa gástrica es insuficiente, a la vez que existen algunos problemas en sus análisis de sangre…

-Seis años – con esas palabras interrumpió las palabras de Evangeline

-¿Cuánto puede cambiar una persona en seis años? – siguió diciendo

-Conocí a una persona temerosa que le tenía miedo a la oscuridad, a los fantasmas y hasta la sangre, la cual ahora se convirtió en una cirujana ¿Será que cambiaste demasiado o que nunca te conocí realmente? – tenía una sonrisa triste en su cara y su voz sonaba con un gran desdén

Cuando él iba a seguir hablando le llegó otra llamada, contestó el teléfono y mientras ella sentía que su corazón se apretujaba él seguía con su conversación telefónica.

Ella pensaba en esa pregunta y él tenía razón  había cambiado, pero no porque fuera alguien fuerte sino que al dejarlo no tuvo otra opción debía ser fuerte para cuidar esa vida que llevaba dentro.

El rostro de él al hablar por teléfono era oscuro y frio, por lo que parecía que no le estaban dando buenas noticias solo escuchaba un nombre que  repetía sin cesar Manuel Castro.

-Debo irme, así que demos esto por terminado – le dijo al terminar la llamada

-Como quiera, el número del que recibió la llamada esta mañana es mi numero personal por favor contácteme cuando tenga tiempo – el asintió y pagó la cuenta rápidamente, de pronto el teléfono de ella sonó.

Le estaban informando que había una emergencia un hombre había saltado de un edificio y necesitaban que fuera rápidamente a emergencia, por lo que Evangeline salió de allí lo más rápido que pudo pero a esa hora era difícil tomar un taxi y al vez que Joshua estaba subiendo a su auto le pidió que la llevara al hospital explicándole lo sucedido.

El dudó un poco y no le contestó.

-No se preocupe veré como tomar un taxi – ya que sentía que estaba perdiendo el tiempo al pedirle que la llevara

-Súbase, yo la llevo – ella se montó lo más rápido que pudo y el salió a toda velocidad, lo que la asustó ya que hasta llegó a pasar un semáforo en rojo

-Te pasaste un semáforo – le indicó

-¿No estás apurada? – le preguntó

-La seguridad es primero – fue lo que pudo responder Evangeline

Antes de darse cuenta ya había llegado al hospital, se bajó del auto y le dio una receta que lo ayudaría con su recuperación y él no lo tomó.

-No necesito eso, ya tengo un médico que me ha dado un montón de esos, si sigue perdiendo el tiempo conmigo no habrá un paciente que salvar – su voz era fría

Ella tomó sus cosas y entró al hospital para ir directamente a la sala de emergencia, después de que le dieran los detalles del paciente supo que debía llevarlo inmediatamente a cirugía, se preparó lo más rápido que pudo para pasar seis horas en el quirófano.

Al salir llamó a Lizy para decirle que no podría ir a casa esa noche y pedirle que cuidara a la pequeña Emma, debía quedarse cuidando al paciente que acababa de operar.