Rosas Amarillas: El Contrato Es Solo La Excusa

-Buenos días, Señor Collins.

La secretaria formalmente vestida con un traje azul recibió a Lion como todas

las mañanas.

-Buenos días, Nicol-

-Creí que esta mañana se ausentaría.

-Era mi intención, pero debo tratar unos asuntos con el abogado de Company Exo, por favor avísame cuando

llegue.

-Sí señor.

Lion atravesó la puerta de su gran oficina con vista a la enorme ciudad y se sentó dejando escapar un

suspiro.

-Alma que voy a hacer contigo. Susurro.

El sonido de la puerta lo trajo de vuelta.

-¿Cómo está el empresario más codiciado del planeta.?

La amplia sonrisa de su amigo se perdió al ver el rostro abatido del hombre detrás del escritorio.

-Ah parece que no muy bien.

-Me odia. Soltó Lion cubriendo su rostro y refregándolo.

-Bueno hermano no es para menos, la obligaste a casarse.

. Eres mi amigo o mi enemigo. Bufo Lion.

-Ya tranquilo, no voy a pelear contigo si es lo que quieres para apagar tus penas. Solo dale tiempo y

sé por una vez un poco más … Más… El joven hombre buscaba las palabras bajo la

mirada atenta de Lion.

-¡¡Más que!! Grito Lion molesto.

-Amable, cariñoso, caballero que sé yo, lo que les gusta a las mujeres.

-Ella no es como todas.

-Mierda quien iba a decir que le frio Lion Colins se enamoraría.

-Cameron si amas tu vida cierra la boca.

-Ya, ya - Cameron mostró sus manos en señal de redición,

-El viernes conocerá a mis padres- Lion se levantó y camino al ventanal.

-Pobre chica. Susurro Cameron, pero Lion aún lo oyó.

Lo sé, mi padre. Soltó en un tono triste y preocupado,

-Tranquilo amigo, Cameron camino hasta él y golpeo su hombro-

-Tú puedes protegerla, todo saldrá bien.

Lion solo asintió, pero las dudas y la preocupación invadieron su mente.

-Señor Colín, el abogado de Company Exo lo espera en la sala de reuniones- interrumpió la secretaria.

-Gracias Nicol. Lion tomo sus carpetas y dirigió la mirada a su amigo.

- ¿Me acompañas?

-Ya rugiste león. Cameron abrazo a su amigo y ambos salieron de la oficina.

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 El viaje a la casa de los padres de Lion era

de unas seis horas por lo que Alma cansada cerro sus ojos para descansar sin

esperar que esta acción la llevaría a dormir profundamente, era de esperarse

considerando que la noche anterior solo durmió pocas horas producto del disgusto,

Lion como siempre utilizo sus dulces palabras, para ordenarle que esté lista

para visitar a sus suegros, aunque eso le signifique adelantar trabajo y dormir

pocas horas.

El

conductor desvió su atención del camino por uno segundos para ver el suave

rostro de la hermosa mujer junto él, aún se reprochó su conducta, pero lejos de

pedir perdón solo pudo tener amables acciones con Alma.

Después

de dejar esa mañana a su esposa en la Universidad, acción que decidió repetir constantemente

para acercarse la hermosa mujer, corrió a comprarle diversos regalos, joyas,

carteras, zapatos y todo lo que considero podría gustarle a una mujer, pero su

desilusión fue enorme al presenciar el rostro inmutable de Alma al ver los

presentes, incluso después de que él actuó como chofer y la busco al terminar

sus clases.

Un

suspiro dejó escapar de sus labios para volver la mirada al frente y

encontrarse con la entrada a la casa que lo vio crecer, extendió su mano y

acaricio suavemente la mejilla de Alma.

-Alma, ya casi llegamos.

Estirando

su cuerpo y frotando sus ojos, Alma entrecerró sus ojos mientras miraba hacia

los árboles llenos de flores que decoraban la entrada de la enorme casa, tenía

una expresión desconcertada pues el sol ya se había ocultado y solo la luz de

las delicadas farolas brillan guiando el camino a la entrada.

Estaba

un poco aturdida, pues apenas despertaba, pero unos segundos después se encontró

completamente alerta cuando se topó con los ojos verdes de Lion que la

observaban. Pronto Alma enderezo su cuerpo y tomo en sus manos su pequeño bolso

para sacar un espejo y arreglar su desordenado cabello.

-Lo siento. No sé cómo puede dormir tan profundamente. Alma retocaba el maquillaje.

-Sí, pero tus ronquidos me mantuvieron alerta. Dijo Lion que ya había detenido el

coche y la observaba con un aire arrogante.

-

¿Ronquidos? La mirada avergonzada de Alma solo provoco que el hombre junto a

ella comenzara a reír, lo que la sorprendió, era la primera vez en semanas que

notaba su rostro tan relajado, por unos minutos ese hombre frente a ella se tornó

aún más bello por lo que desvío su mirada al espejo y termino de arreglarse.

-Si estas lista, bajemos. Dijo Lion que aún mantenía su rostro suave- Alma asintió.

La

pareja caminó hasta la entrada de la enorme mansión con sus manos entrelazadas,

Lion sintió como Alma se aferraba con más fuerza cuanto más se acercaban a la

casa y disfruto del momento, por un breve momento sintió que tal vez, solo tal

vez, él podría enamórala.