Después de morir, Andrea despierta en un extraño mundo. Decidida a vengarse, se enfrentará a todo protegiendo lo que mas ama...
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¿Publicidad?
- Hablar de los negocios de esta casa, sin hablar de ellos
- ¿No es demasiado?
- No
- ¿Cómo sabrá si resulta?
- Las ganancias, o incluso el simple hecho de tener más gente interesada
- No sé si vaya a lograr algo así... - dijo aún confundida por mis palabras, o tal vez por mi pedido
- Solo sea sincera - le dije pasándole un poco de chocolate tras hacerle una señal a una sirvienta - pruebe y diga que le parece. No es mucho lo que le pido, nada más que vaya a fiestas de té y haga publicidad de nuestros productos de vez en cuando, aunque estoy segura de que el tema saldrá sin necesidad de que usted lo meta - dije con una sonrisa para después levantarme - supe que no quisieron probar los chocolates, no entiendo la razón, ¿pero no le parece infantil?, yo no le hice nada, a ninguna, pero me tratan como si fuera una traidora ¿dígame por qué?, ¿por qué fui elegida por el difunto Conde como esposa oficial?, solo quiero ver a todas feliz, sé lo que pasaron, no olvide que yo lo probé... - Con una señal de mi parte, la anterior sirvienta se acercó nuevamente y esperó mis palabras - sírvale hasta que esté saciada, y luego vaya a su casa ¿de a cuerdo? No se preocupe Clarisa, recuerde lo que le mencione antes - dije tras retirarme de ahí para seguir con el trabajo.
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- ¿A qué se refiere? - dijo tras un breve silencio
- Nuestra señora, la Condesa Margaret, me permitió unos días para cuidar a mis hijos, hace poco tuvieron un accidente, y tras el diagnóstico del doctor que envió, dijo que los cuidara hasta que estuvieran mucho mejor - dijo la sirvienta con la cabeza inclinada
- Entiendo. Tráigame un poco de té
- Como ordene - dijo con una reverencia
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De esa forma, estuve hablando con las concubinas, cada una reflejando su opinión acerca de mi nombramiento, y a la vez estuve pidiéndoles "favores" para que me ayudaran a sobrellevar todo.
Hoy me encontraba en la oficina leyendo las cartas recibidas, había terminado algunas cosas, pero cada vez me sentía un poco más presionada y estresada, mi cuerpo ya sentía cansancio y cada vez tenía más ansias de tener un día de descanso. En medio de mis pensamientos, el mayordomo me extendió una invitación, la cuarta que recibía de parte de la Reina, y que últimamente me invitaba a innumerables fiestas de té, pero que trataba de rechazar lo más cordial posible, más por el respeto que siempre le tuve o le tuvo Margaret, pero cada vez se hacía más pesado lidiar con todo eso, especialmente porque intuía un poco su llamado, pues hace poco fui invitada a la presentación del nuevo príncipe, hijo del actual príncipe heredero, quien al parecer nació casi al mismo tiempo que mi pequeña Stella, y que solo es mayor con un mes, más o menos, no estoy segura. Lo más apropiado era rechazar tal invitación, más que todo por los lazos ya rotos que tenía con ellos, y aunque actualmente no soy de un rango muy alto, tampoco lo era de uno tan bajo, pero esta casa siempre fue apartada con todos los asuntos del Reino, se mantenía al margen de todo, así fue al menos con el anterior Conde. Había una posibilidad de que quieran aprovechar nuestro anterior vínculo para restablecer lazos con estas tierras, además de apoyo a la corona, pues el Conde sabía como hacer negocios... No les vendría mal el apoyo económico de parte de esta casa noble, el único problema es que yo no lo deseaba, solo quería mantenerme alejada de ellos lo más posible, cuidar a mis hijos, no quería problemas, y con ellos lo era, especialmente si debían seguir la trama de aquella novela.
Algo era cierto, el protagonista está ciego por la "heroína", no pregunta y solamente ataca como un perro a quien le ordenan, solo que a este no le ordenan, defiende sin saber quien es el culpable realmente. Si volvía a tener vínculo con ellos, el problema será cuando él sea Rey, como hijo único y único posible heredero al no tener primos, solamente él será Rey, y solo podría ser destituido por su padre o su abuelo. Su padre no sería una opción pues morirá en poco tiempo, según la novela, y su abuelo, jefe de "La noble corte de ancianos", no tendría problemas en sacarlo si ve que no es apto, pues aun ahora es reconocido por su rigidez, de hecho fue uno de los que enseñó y educó a la verdadera Margaret, la corte de ancianos la aprobaba completamente, sin embargo, su actitud fue un problema, pues no llegaba a controlar su temperamento cuando se trataba del príncipe, actuaba en lugar de pensar, haciendo que la corte dude de ella, de hecho puedo escuchar todavía sus palabras haciendo eco en mi cabeza, a pesar de no ser la verdadera... Sus emociones muchas veces me invaden y soy capaz de sentir su dolor y frustración, ¿Será que aún está en este cuerpo?, sería extraño. Bueno, no había nada que yo pudiera hacer realmente, no sé ni como vine, solo podría tratar de vivir de la manera más calmada posible, pues realmente nunca fui alguien que disfrutase mucho de juntarse con gente, al menos que sea para enseñar... Y los únicos con los que realmente pude tener un ambiente calmado, fue con los niños, es realmente lindo hablar con ellos, naturalmente son sinceros, con bastante imaginación, curiosos, divertidos, y no muestran aquella falsedad que un adulto ya posee... Contándome obviamente, pues en mi otra vida debía fingir ser quien no era, con Gabriela podía quitarme un poco ese peso, pero era Rubén quien me ayudó y permitió descubrir mi verdadera yo.
Con mis recuerdos irrumpiendo mi mente, le dije a Ismael que podía retirarse, ya era bastante tarde y yo tampoco estaba ya en las mejores condiciones para seguir con trabajo, pues nuevamente mi cabeza me trasladaba a la vida que tuve, a los padres que nunca pude ver como tal, a quienes odiaba y temía, pero trataba de conseguir su aprobación. A la amiga que siempre creí que estaría para mí, pero al último momento descubrí que solo me odiaba, aunque no entendía la razón. Y de aquel hombre... Mi primer amor, la primera ilusión que tuve y me permití tener, pensé que estaba bien, pues ya estábamos casados e íbamos a tener un hijo, pero ese amor no fue correspondido... A pesar de todo eso, no podría odiarlo, pues únicamente me dejó un corazón roto, pero me dio la libertad que tanto ansiaba. No puedo decir que ya lo olvidé completamente, pues aún siento cariño, nostalgia, y aquellas incógnitas que constantemente revuelan sobre mi cabeza, pero gracias al Conde... Pienso que pude superar aquella línea de dolor y vacío que aún permanecía en mi pecho, pero que con su partida dejo otra línea de dolor y vacío, y nuevo cúmulo de preguntas que atacan mi cabeza sin cesar. Con un suspiro únicamente me levanté y dirigí a la puerta, ya no aguantaba este ambiente. Esto era estresante.
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Era el día siguiente, me alistaba para ir a la reunión a la que me invitó la Reina, un vestido amarillo, simple y que me mezclara en el pintoresco ambiente en el que estábamos actualmente, el cabello semi recogido, para no hacer notar demasiado el cabello que se me ha estado cayendo, y un sombrero para el sol. Mis pequeños irían conmigo, así insistió Adriel...
Íbamos en el carruaje, mi bebé ya podía viajar, pero tratábamos de ir lentamente para no marearla...
Al llegar al palacio nos ayudó a bajar el guardia, y nos llevó en donde se realizaba aquella fiesta de té. Al ingresar pudimos ver como se encontraba algunas señoras de edad avanzada y señoritas mucho más jóvenes hablando animadamente entre sí, algunas plantas para adornar el ambiente sin techo, los pilares que envolvían la mesa donde se llevaba a cabo aquella reunión estaban ubicados como puntos cardinales, cubiertos de pequeñas enredaderas para darle un ambiente más maravilloso, flores rojas para proseguir con la decoración y un ambiente enriquecedor, ni muy caliente, ni muy frío.
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Margaret
- Disculpen irrumpir su agradable charla, pero espero me perdone la tardanza Majestad - dije con una reverencia - La saluda Margaret Spanos, Condesa del territorio Spanos
Reina Beatrice
- Me sorprendí cuando recibí tu respuesta, señorita Margaret
Margaret
- Señora, Majestad... Fui casada, y tengo mis hijos, el título de señorita ya no me cabe en la cabeza
Reina Beatrice
- Aún eres joven, y muy hermosa, te casaste... Pero ahora eres viuda, no veo el problema de decirte señorita. Más importante, ¿quiénes son estos hermosos angelitos?
Adriel
- Luna del cielo que brilla durante la noche, lo saluda Adriel Spanos, heredero al Condado Spanos. Es un honor estar en presencia suya
Karra
- Adorada Luna que acompaña al Sol de nuestro Reino, la saluda Karra Spanos, primera hija de los Condes Spanos. Es un honor estar en presencia suya - dijeron ambos con una reverencia
Reina Beatrice
- Que educados - dijo emocionada - Vengan mis niños... Estuve ansiosa por conocer a los jovencitos que atraparon el corazón de mi querida Margaret
Margaret
- Majestad...
Reina Beatrice
- Mejor dime... ¿Quién es? - dijo mirando a la sirvienta que cargaba a Stella
Margaret
- Stella Spanos, no pudo presentarse por cierta particular circunstancia - dije bromeando
Reina Beatrice
- Lo permito solo esta vez. Acércala
Margaret
- Ehh... Si - hable inseguramente. Cargué a mi niña y meciéndola se lo di a la Reina
Reina Beatrice
- Es hermosa... Ojos que brillan como el cobre, y su cabello castaño. Tiene rasgos extraños como los de su padre, pero tal vez sea la viva imagen de su abuela. Felicidades, Condesa, su hija será la mujer más hermosa del Reino
Margaret
- Pura, tierna e inteligente - dije con una sonrisa - Cabello castaño como su abuela, y ojos que brillan como tal... No me importa si para los demás no es la más hermosa, es mi niña... Mi preciosa niña, quien brillará igual que una estrella
Reina Beatrice
- Me alegro de que tu hija naciera con bien. Tal vez más adelante podamos acordar un compromiso entre ella y
Camila Gabbai
- ¡Disculpe la tardanza Majestad! - dijo agitada y con una reverencia rígida
Reina Beatrice
- Señorita Gabbai, le recuerdo que la prometida del príncipe debe llegar antes que las invitadas, para recibirlas de la manera adecuada
Camila Gabbai
- Estuve ocupada... Majestad - dijo seriamente - Espero me disculpe, pero le recuerdo que no me preguntó si tenía otras cosas que hacer
Reina Beatrice
- Le aseguro que la señorita Spanos, está más ocupada que usted, vive mucho más lejos y llego antes que su persona, estoy segura que si se lo hubiera pedido... Hubiera llegado a la hora necesaria.
Camila Gabbai
- Si, majestad. Espero me disculpe, no volverá a pasar - dijo con una reverencia
Reina Beatrice
- Espero. Puede sentarse. Ahora si podemos comenzar
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La reunón se llevo a cabo de manera tranquila, conversaciones sobre algunos acontecimientos que ocurrieron, y algunas que podrían suceder. En medio de la reunión la Reina hizo probar unos bocadillos con chocolate, fruta recubierta con ello y otros aperitivos, ademas anunciaba el delicioso sabor de aquel "magnífico invento", según ella. Tras un rato de toda esa reunión, me retiré con mis dos pequeños que estuvieron jugando por el palacio, y mi pequeña niña que ya no podía estar bajo el sol, y que ademas ya me pedía un poco de comida. No estuve hasta el final por esos pequeños detalles, cosa que la misma Reina entendió... Aunque toda esa gentileza me daba un poco de incomodidad.
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Al llegar a nuestra casa, en la entrada se encontraba nuestro lobo que habíamos adoptado, y sus dos cachorros que hace poco me entere que había adoptado Adriel, aunque no eran de este lobo, los tomó como suyos cuando mi angelito los trajo. Junto a él, aunque alejados, se encontraban el Mayordomo Ismael y su hijo, y la concubina Bella.
Hace poco había decidido hablar con ella, era la única que me faltaba, ya que no sabía como comunicarme sin hacerla sentir mal, y también porque fue la única que al inicio parecía aceptarme, así que estuve posponiendo nuestra conversación sin querer, pero tal vez ya era hora, pues se encontraba justo en la entrada.
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Mayordomo Ismael
- Mi señora, le llegó un aviso de los caminos al pueblo Jutha, al parecer unos bandidos lo atacaron
Margaret
- Bien, en seguida lo leo - dije recibiendo la notificación - por favor, quisiera hablar con la concubina Bella, ¿nos podrían traer unos bocadillos a mi oficina?
Aprendiz
- ¿Su oficina mi señora?, ¿no es mejor en el jardín o la sala de descanso?
Mayordomo
- ¡Mhjm! - hizo carraspeando - En seguida se los llevaran mi señora
Margaret
- Gracias Señor Ismael, y... Adrian son asuntos de gran importancia, ademas queda cerca, me parece mas conveniente ahí que en otro lugar
Aprendiz
- ... - Hizo una reverencia agradeciendo la aclaración
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Dejando a mis hijos con Dalha y los cachorros para que descansaran, me dirigí a mi oficina. Ya era bastante tarde, estaba oscuro afuera, así que al entrar, el señor Ismael me ayudó con la luz mientras las sirvientas llevaban algo para comer mientras conversábamos.
Al quedar solas, le ofrecí que empezara con su té, para agarrar calor, pero me sorprendí al escuchar una voz saliendo de su boca.
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Bella
- Quiero hablar con usted de algo importante - dijo luego de rechazar mi ofrecimiento mientras permanecía sorprendida - Entiendo su sorpresa, Condesa... Pero espero entienda mis razones de guardar silencio con lo que le voy a contar
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Gracias por esta gran historia