La Luna Oscura Del Rey Lycan

Gina, seguía en shock al ver a Emily de la mano del Rey de Shadow Moon, ¿Cómo era posible? Se suponía que estaba muerta, pero no, ahí esta con el temible Rey Oscuro, vistiendo con elegante y costosa ropa, además se veía diferente, sin golpes, sin heridas, ya no parecía un cadáver viviente.

- No pensé que el rey mandara a la servidumbre a recibirme\, que falta de respeto – Dijo Draven con su ronca e intimidante voz\, mirando con inferioridad a Gina.

Gina, reacciono, frunció el ceño al ser comparada con la servidumbre, no lo era, ella pronto sería la Reina de Silver Moon. Antes de que ella respondiera, sintió la presencia de su amado rey, su aura era tan sofocante, intimidante.

El rey de Silver Moon caminaba a pasos firmes e intimidantes hacía la recién pareja llegada, liberaba su aura sin importar si dañaba a los suyos, pues él tenía que demostrarle al rey de Shadow Moon lo poderoso que era.

Pero Draven no se sentía intimidado ni en lo más mínimo, miró de reojo a su pequeña, ella parecía desconcertada ante tan poder de aquel rey, era de esperarse, pero él estaba ahí para protegerla, la rodeo con su aura, creando una barrera contra el aura de aquel rey, la aferró más a él.

Emily sintió el aura de Draven, su agarre más firme, protector, posesivo, él la protegía, no debía sentirse intimidada ante la presencia del Rey de Silver Moon.

- Draven – dijo aquel hombre de cabellos claro.

- Jaxen – Pronuncio Draven con su ronca y autoritaria voz.

Ellos se miraron por unos segundos que parecieron largos, sus auras chocaban entre sí, sus Lycans gruñían por tomar el control. Ellos eran aliados debido a la diplomacia, pero si eso no existiera estuvieran en una guerra sangrienta, donde solo uno saldría vencedor.

- Que bien que hayas podido venir – Jaxen tuvo que controlarse\, no podía mostrar su verdadero ser frente a los demás\, él era considerado un rey benévolo\, respetuoso\, que buscaba la paz y la tranquilidad.

- No podía perdérmelo\, finalmente encontraste a tu tan deseada reina – Dijo con ironía.

Jaxen sonrió, su mirada se desvió a Emily, ella se aferraba a Draven, se veía tan pequeña al lado de él, pero no podía negarlo, era una hermosura de hembra.

- ¿Ella es? – Preguntó devorándola con descaró con la mirada.

- Mía – Gruño Draven ante la descares de Jaxen.

Jaxen asintió, se obligo a apartar la mirada de Emily para encontrarse con los furiosos ojos de Draven.

- Que sorpresa – Se limitó a decir con su sonrisa descarada.

Gina observaba todo, había quedo en el olvido en esos momentos, desde donde estaba pudo ver como su amado rey devoró a Emily con la mirada, su cuerpo hervía en rabia, ella debía estar muerta, no ahí, con vida, aferrada al Rey de Shadow Moon.

- Y\, ¿Nos tendrán aquí? – Preguntó Draven con calma fingida.

- Oh\, claro que no\, mi futura reina\, ya ha preparado todo para la comodidad de mis invitados – Dijo dirigiendo su mirada hacia Gina\, extendió su mano a ella.

Gina sonrió con elegancia y camino hacia a ellos, tomó la mano de su rey amado con orgullo.

- Ah\, así que es tu futura reina – Dijo sin siquiera mirarla.

Jaxen asintió.

- La diosa Luna me entrego a una loba hija de una delta y un alfa – Respondió con orgullo fingido.

A Draven no lo engaña, en las palabras de Jaxen podía sentir la vergüenza, era claro que no estaba feliz con tener a esa mujer de pareja destinada, para los reyes el linaje era importante, pero no para él, a él lo único que le importaba era la bendición de tener a su destinada, y esa bendición era su pequeña hembra, Emily.

- Atiendan bien al rey de Shadow Moon y su pareja – Ordeno Jaxen mirando a Gina.

- Claro\, mi amado rey – Gina trató de actuar normal\, de no dejar que notaran la sorpresa que aun tenía por ver a Emily ahí. – Por aquí – Dijo mirando al rey Draven\, no a Emily\, el invitado era él.

Liliana salió de su shock, retrocedió unos pasos, debía decirle a Mauro lo que sucedía, que Emily había regresado con el Rey de Shadow Moon.

Jaxen se quedo ahí, observando a Draven alejarse con ella, esa linda hembra que había llamado su atención, iba aferrada al brazo del rey Oscuro.

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Gina llevó a los invitados a la recamara que había preparado personalmente para el Rey Oscuro y su pareja, ahora se arrepentía de haberles asignado las más grande y elegante, se detuvo en la puerta y se giro para quedar frente a ellos.

- Espero disfrute su estancia- Dijo mirando al Rey Oscuro\, ignorando totalmente a Emily.

Draven entrecerró la mirada, ella no sabía lo que estaba provocando, no le importaba si era la futura reina de Silver Moon, si se atrevía a ir contra su pequeña Emily le arrancaría la cabeza sin dudarlo.

Emily solo observaba en silencio, era obvio que Gina actuara de esa manera, incluso hacía como si no se conocieran, realmente eran una persona despreciable, pero no le importaba, ella ahora estaba con Draven.

Una vez dentro de la recamara, estando solo ellos dos, ella soltó un largo y pesado suspiró, había pasado la primera prueba, el reencuentro con Gina.

- Lo hiciste bien pequeña – Dijo Draven rodeándola por detrás.

- No hice nada\, ni siquiera pude hablar – Susurro con sus mejillas sonrojadas.

- No te intimidaste ante ella\, eso es lo importante – Se inclinó a su oído y susurro con su ronca voz.

Ella se giro para verlo, llevó una mano a su rostro y lo acarició con ternura.

- Contigo a mi lado\, no tengo miedo – Dijo.

Draven sonrió, se inclinó para besar sus labios con ternura al inicio, pero no era fácil contenerse, con un solo toque de ella, él se prendía, la necesidad de follarla se volvía intensa, y sabía que no era el único que se sentía así.

Emily terminó el beso de manera brusca, lo miró y sonrió, tomó su mano y lo llevó hasta la cama donde lo empujo para que él quedara sentado a la orilla, separó sus piernas dándole a Emily la libertad de arrodillarse ahí, empezó a desabotonar sus pantalones con rapidez y familiaridad.

- Que traviesa te has vuelto pequeña – Gruño Draven.

Ella solo se encogió de hombros, teniendo ya su dureza en sus manos, empezó a masajearlo, haciendo movimientos de arriba y abajo, como él le había enseñado, su lengua se unió, saboreando su esencia.

Draven gruño, se estaba conteniendo por tomar el control, él quería que solo ella controlara el momento, pero su dulce hembra no se lo estaba poniendo fácil, le encantaba, ella era todo para él.

- Vamos mi dulce hembra\, tómalo todo – Gruño\, colocando sus manos sobre su cabeza\, enredando sus dedos sobre su cabello.

Emily obedeció ante la orden de su macho y lo tomó todo, tan profundo, provocando fuerte gruñidos de él, que a ella le encantaba, le fascinaba darle placer, tenerlo rendido ante ella al poderoso y temido Rey Oscuro.

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Gina entró furiosa a su recamara, empezó a tirar todo lo del tocador, seguía sin creer que Emily estuviera con vida, que fuera la pareja del temible Rey Oscuro, ¿por qué? Ella era una esclava, una sin lobo, no merecía ni siquiera tener una pareja, mucho menos a un Rey.

La puerta se abrió y entró Jaxen, observó el desastre que había en el suelo y luego la miro a ella, esperando una explicación.

- Lo siento\, mi rey…yo – Gina bajo la mirada temerosa de lo que pudiera pasar.

- ¿Qué recamara asignaste a Shadow Moon? – Preguntó sin tomar importancia a lo que había hecho.

- La que está al fondo\, es la más grande y acogedora – dijo ella\, aun manteniendo su mirada baja.

- Bien – Camino hasta la cama y se sentó en la orilla. – Recuerda tu deber\, sácale información a esa loba – Ordeno.

Gina apretó sus puños, no podía contradecirlo, tampoco le diría quien es Emily, pero ahora que pensaba fríamente, sería fácil sacarle información, no necesitaba ser su amiga, simplemente la obligaría a hablar, Emily era tan sumisa, ella creció como una esclava y aunque, fuera ahora la mate de un Rey, eso no cambiaría jamás.

Camino hacía su rey, se paró justo frente a él, no dudo en quitarse sus ropas, quedar expuesta ante él, ella tenía que seguir complaciéndolo, siendo la puta que él tanto deseaba en aquella habitación cuando solo estaban ellos.

Jaxen la recorrió con la mirada, cada curva en ella, si, era hermosa, pero ahora, no podía sacarse de su mente a la hembra de Draven, tan pequeña, tan inocente, ella era perfecta, tenía unas nalgas redondas y firmes, que se apoderaban de sus pensamientos más sucios. Tenía que probarla, follarse a la hembra del Rey Oscuro.

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Karim salía del edificio de registros, había ido directamente ahí para empezar con el papeleo para el cambio de residencia de Emily, sabía que un proceso así sería difícil, más por la manera en la que Luna Emily fue sacada de Silver Moon, pero con el documento que tenía en sus manos todo sería diferente. Se detuvo para volver a leerlo, todo parecía estar del lado de su Luna y Rey Oscuro.

- Acta de defunción- Susurro con una leve sonrisa.

Emily en Silver Moon ya no existía, estaba muerta.