Amelia tiene 17 años, es huérfana y una esclava, sabe de alguna manera que fue amada mientras estuvo en el vientre de su madre, pero una mestiza es despreciada por todos: humanos y en especial por los elfos. En su cumpleaños 17 intentan tomar su pureza y ella escapa al bosque donde encuentra una cría de dragón y lo cría en secreto hasta poder escapar pero cae en manos de los elfos quienes matan a los mestizos sin hacer preguntas, ¿qué pasará con Amelia, logrará escapar nuevamente? ¿Huirá de su destino? cuando un guerrero elfo que la desea y odia al mismo tiempo, tenga su destino en sus manos deberá decidir qué es más fuerte si los prejuicios o el amor.
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Cap. 22: El sueño de Celethor
Amelia se acerca a Orión, hace una pequeña reverencia y siente como Lía se acerca detrás y bate su cola ligeramente.
-Amelia dile que quieres pasear, necesito estirar mis alas y cazar algo, detesto que me den la comida ya muerta.
Amelia se eriza al escuchar ese comentario, pero se dirige al príncipe.
-Majestad Buenos días, ¿empezaremos ya el interrogatorio? ¿Debemos ir a las mazmorras?, yo... ¿Yo podría pedirle un favor?- Amelia titubea, el príncipe la pone nerviosa, la forma en la que la mira hace que se sonroje.
-Hola... Amelia, no, como le comenté a Calanta está semana estaré ocupado, utiliza este tiempo para sanar, luego hablaremos con calma.
-B...ien al..teza- ya que quiere pedirle el favor que las deje explorar. Lía la presiona y no deja de hacer comentarios sobre su verdadera naturaleza. Amelia respira hondo -Alteza queríamos pedirle un favor con Lía- La dragona resopla en su cabeza.
Orión la mira curioso, le da intriga su comportamiento - ¿Qué desean?
-Lía desea volar, estirar sus alas y nos preguntábamos si podíamos explorar un poco, solo en las partes que usted nos diga. - Amelia lo mira esperanzado, mientras él ve como mueve sus manos con nerviosismo.
-Si pueden hacerlo, pero es preferible que no entren en el pueblo, tú no serás bien recibida. Pero pueden ir tras la casa de Calanta toda esa sección del bosque hasta llegar al río, no podrás cruzarlo porque el hechizo que te puse te causará dolor. Podrás ir hasta que sientas una presión en tu mano, si avanzas más el dolor será por todo tu cuerpo, así que no lo intentes.
Amelia le da una gran sonrisa, que ilumina su joven y hermoso rostro. Orión se queda impactado porque esa simple sonrisa hace que sienta que le hizo el mejor regalo a aquella joven.
-Gracias alteza - Amelia hace un gran reverencia, algo torpe y se gira para ver a Lía, al hacerlo pierde el equilibrio y Orión la sujeta del brazo y la cintura. Amelia se sonroja profundamente. - Que torpeza, lo siento majestad.
-una torpeza sin duda - le replica Orión furioso, la suelta y hace sus manos puños. - Enviaré a un guardia a escoltarte.
-¿No podré estar sola?- pregunta triste
-Por supuesto que no, ¿Piensas que estás de vacaciones?- Orión pierde la calma, no entiende los sentimientos que la mestiza le provoca, y eso lo enfurece. - Enviaré a Celethor más tarde.
-No por favor.. Él...
-¡Silencio! No eres nadie para darme órdenes- grita Orión y Lía gruñe fuertemente interponiendo su cabeza entre ambos.
-No me provoques Elfo- gruñe en la cabeza de Orión.
Orión se queda helado, se olvidó por completo de la dragona, y se dio cuenta de su actitud estúpida. Regresa a ver a Amelia y ve que sus manos tiemblan mientras intenta abrir un frasco y bebe algo del interior.
Orión la observa atentamente, y se da la vuelta sin decir ni una palabra, pero se siente como un completo imbécil.
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Amelia está en la cocina con Calanta y suspira mientras bebe un té.
-Querida, creo que vas suspirando como 20 veces, vas a contarme, qué ocurre- pregunta Calanta mientras corta algunas verduras.
-oh, lo siento Calanta, es... Fue la conversación con el príncipe, se enojó de repente, solo quería ir con Lía sola al río, para nadar un poco y no me gustaría que me vean en el agua, ya sabes desnuda o en ropa ligera.
-Pero pequeña ve, si quieres te acompaño hasta cierta parte y mientras nadas fumaré un poco o tal vez busque algo de hierbas. Fiannor se fue y pues ahora me toca buscar los ingredientes sola.
A Amelia se le iluminan los ojos ¿De verdad Calanta? Pero ¿y si se enoja el príncipe por no esperar al guardia?
- Problema suyo, tú estás bajo mi cuidado y debes estar conmigo, así pues toma tu bolso, nos vamos de chapuzón y recolección de hierbas.
Amelia se levanta feliz, aplaude y se comunica con Lía- Vamos Lía, es hora de nadar.
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Caminaron un buen trecho hasta llegar al río, casi era mediodía, pero la caminata fue muy agradable con Calanta, ella le enseñaba distintas plantas y le explicaba su uso.
-Mira está pequeña, está hermosa planta da una flor que se debe recolectar únicamente en Luna llena, es uno de los ingredientes para combatir el veneno negro y otros venenos. Es muy útil, recuerda.
-Si Calanta, cuando sea Luna llena, vendremos a recogerla.
-Exacto querida, ahora escucha, es el río, ve todo recto y estarás cerca a la cascada donde podrás nadar, incluso Lía puede darse un chapuzón, ve querida, yo tomaré una siesta en aquel claro, luego de fumar un poco. Cuando estés cansada ve donde estoy, comeremos algo y regresaremos en la tarde.
Lía se fue volando hacia la cascada mientras Amelia la seguía corriendo como una niña. Amelia se desnudó y se lanzó al agua, el agua estaba refrescante y le hizo bien a su cuerpo. Lía salpicaba agua con sus alas y Amelia reía. Cuando estuvieron cansadas, Amelia salió, se vistió y se recostó en una roca. Lía le indicó que iba a volar alto, que deseaba cazar alguna presa, y le pidió que vaya donde está Calanta.
-Sí Lía, enseguida voy, ve a cazar, diviértete- Amelia observó como esa bella dragona azul se alejaba. Se quedó pensando en su situación, aún era una prisionera, pero amaba estar con Lía y con Calanta. Suspiró tranquila y empezó a adormecerse
De improviso dos grandes manos tomaron su cabeza, ella trató de resistirse, pero una fuerza y un poder descomunales atacaron su mente. Amelia no se había puesto su collar, su mente estaba desprotegida.
Era Celethor, él había visto el momento en que Amelia se quedó sola y aprovecho la oportunidad para entrar a la fuerza en su mente. Empezó a ver su niñez como una esclava, a manos de Lucrecia. Vio los ojos de lujuria de su esposo. Vio azotes, vio lágrimas y sintió dolor y Celethor sintió satisfacción. Era una mestiza y debía sufrir por su osadía de querer vivir.
El quería más información, pero no encontraba nada que la vinculara con El Escuadrón, quería respuestas, para darle al Rey Thalion, quería pruebas para asesinarla, su vida era insulto para su sangre, se alegró al saber que la dragona aún no la había marcado, podía convencer a la dragona que lo eligiera a él, él era un Elfo puro, un gran guerrero.
Entre sus recuerdos, todos inútiles vislumbró un rostro conocido ¿Caeli? No era posible, de todas formas presionó más ese recuerdo, pero había una gran pared mental que le impedía acceder a esos recuerdos. La ambición de Celethor no tenía límites, no le importaba destrozar su mente, era solo una mestiza, sabia que la joven había empezado a sangrar de la nariz y había dejado de resistirse a la invasión en su mente, había empezado a convulsionar, pero no le importaba. Pero aún así, no logró romper esa pared. Lo intentaría después, siguió buscando por otro lado...
¡Excelente! Había el recuerdo de una conversación con Calanta, esa maldita bruja entrometida, al fin tendría algo con lo que expulsarla de la ciudad. Estaba confabulando con aquella híbrida, él lo sabía.
Las vio conversando en la habitación, pero no podía escuchar lo que decían, presionó más la mente de la joven. Pero fue lento en reaccionar y se dio cuenta tarde de la existencia de la promesa de sangre realizada. ¡Maldita sea!
Un fuerte viento lo empujó y lo envió volando, chocó contra un árbol, solo vio como la joven se desvanecía a lo lejos. La oscuridad invadió sus sentidos y Celethor cayó en un sueño profundo.
Espero con ansias el capítulo q tu nos desees regalar, tu novela me fascina y no te preocupes por la ortografía se comprende la situación q están atravesando en tu país.