¿Hogar?
Ayra no tiene un lugar al que realmente pueda llamar hogar. Ese lugar que debería ser un abrazo cálido se siente, en cambio, como paredes frías que la aprisionan. Lo que debería ser un refugio se ha transformado en un silencioso infierno que devora su alma.
Quién lo hubiera imaginado: el hogar, ese supuesto mejor lugar para regresar, se convierte en una prisión sin barrotes, donde la esperanza lentamente muere.
La verdad es que un hogar no siempre es el lugar más cómodo. A veces, se parece más a una tormenta que destroza el corazón sin piedad.
Ayra debe soportar profundas heridas emocionales, su mente se rompe como un cristal estrellado contra el suelo, y su cuerpo se ve erosionado, como si el viento la golpeara sin clemencia. Para ella, el hogar ya no es un refugio, sino un campo de batalla donde la justicia nunca está de su lado, y donde el hogar es la mano invisible más cruel.
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Capítulo 15
"Me voy, si necesitas ayuda, contáctame." Adam recogió sus útiles de escritura. Luego se levantó de su asiento y miró a Ayra.
Ambos decidieron pasar el tiempo libre de la escuela este sábado practicando ejercicios, la competencia de la Olimpiada Nacional de Ciencias Matemáticas está a la vuelta de la esquina. En pocos días, ambos lucharán contra estudiantes de varias escuelas.
La Biblioteca de la Ciudad fue la elección de ambos, incluso su acompañante, Kaito, también estuvo presente y Kaito también se despidió primero.
"Sí, hermano, ten cuidado, hermano Adam." Ayra sonrió levemente. Todavía quiere estar aquí, ¿puede descansar un poco de sus tareas?
Adam solo asintió, luego comenzó a dejar a Ayra con la pila de libros sobre la mesa. Ayra incluso se concentró de nuevo en su libro, el ambiente tranquilo de esta biblioteca la hacía sentir cómoda.
Ayra miró hacia adelante, las arrugas en su frente eran claramente visibles, como si estuviera recordando algo. En el siguiente segundo, casi gritó si no se daba cuenta de dónde estaba ahora.
"Ay, ¿cómo pude olvidarlo? Oma y Opa van a quedarse, todavía no he limpiado la habitación", el pánico invadió a Ayra.
Inmediatamente, la chica que parecía linda con su ropa casual recogió sus libros, alejándose rápidamente de allí.
"Que no pase, Ayra, que no pase que Oma y Opa ya hayan llegado y termines siendo miserable de nuevo."
La chica incluso olvidó que había transporte público, sus pies seguían corriendo sin recordar nada más que su casa. La chica con el cabello recogido descuidadamente seguía corriendo, olvidando que la distancia entre su casa y la Biblioteca de la Ciudad era bastante larga y muy agotadora si corría.
"No, no otra vez, Dios mío. Abuelo, ayuda a Ayra."
"Corre con fuerza."
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"¿Dónde está esa niña? ¿Por qué estás preparando esto, cariño?" La mujer con arrugas en la cara consumidas por la edad le sonrió cálidamente a su nieta.
"No sé, Oma, tal vez esté vagando por ahí de nuevo." Kaliyah estaba preparando comida para los padres de Vynessa.
Kaliyah es consentida, incluso no sabe cómo hervir agua. Entonces, ¿qué es toda la comida que ha puesto en esta mesa?
Esa niña o pequeña zorra, solo calienta la comida. La comida que ambos padres están comiendo con deleite es la cocina de Ayra, por supuesto, que anoche su familia no tocó porque eligieron comer fuera.
"Tu comida es muy buena, cariño, ¿aprendiste de tu madre?" Preguntó el anciano sentado junto a Kaliyah.
Sin dudarlo, Kaliyah asintió. "Sí, Opa, mamá es una gran cocinera. Es imposible que su hija no pueda cocinar", dijo con orgullo.
"Jajaja, tienes toda la razón."
La anciana llamada Oma es Agista y el que es llamado Opa es Kaisar, la pareja de mediana edad son los padres de Vynessa que viven en Bandung. Solo de vez en cuando vienen de visita y si vienen de visita seguramente se quedan.
Los pasos de alguien desviaron su atención, viendo quién se acababa de unir.
"O-ma, Op-a."
Ayra llegó con la respiración entrecortada, pequeñas gotas de sudor inundaron su rostro blanco, sin olvidar sus labios pálidos.
"Wow, ¿de dónde vienes? Salir sin permiso de papá y mamá, estás empezando a hacer lo que quieres en esta casa", espetó Kaliyah.
"¿Hacer lo que quiero? ¿Esa niña sale de casa sin permiso?" Oma Agista miró a Ayra con las cejas levantadas.
"N-o hermana, oma. Y-o ya pedí permiso al hermano Verick antes", respondió Ayra. Su respiración comenzó a mejorar y miró a los dos ancianos frente a ella.
"¡Mentira! Sales sin permiso de nadie", espetó Kaliyah.
Agista se acercó a Ayra, luego dijo. "Eres solo una sirvienta en esta casa, no te tomes la libertad de irte sin el permiso del anfitrión, niña tonta."
Ayra sonrió amargamente, sus ojos se llenaron de lágrimas al escuchar las palabras de Agista. Es verdad, no es más que una inquilina en esta casa, precisamente como una sirvienta en su propia casa. Así de miserable es su vida.
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La lujosa casa es el sueño de todos, con paredes blancas y limpias, grandes ventanas y un jardín exuberante y extenso. Pero, ¿quién diría que la lujosa casa que es el sueño de todos resulta traer un sinnúmero de heridas a la niña que creció sin el papel de sus dos padres?
"¿Cuándo podré unirme a ellos?"
Ayra solo mira desde lejos a su familia que está charlando llena de risas del hijo menor que cuenta pequeñas cosas, luego está el segundo hijo que siempre molesta a su hermana menor hasta que se molesta.
"¿Todavía hay una oportunidad para que pueda sentir la felicidad de esta familia, Dios?"
Ayra siempre espera que su padre la mire con calidez en lugar de una mirada llena de ira, luego que su madre pueda abrazarla y abrazarla suavemente en lugar de una mano que siempre la abofetea.
Pero, ¿se pueden lograr todas esas esperanzas? ¿Pueden esas esperanzas hacerse realidad aunque solo sea por un momento? Ayra no quiere que esas esperanzas se conviertan en un sueño largo sin fin.
Mientras que en la terraza de la casa, los dos hombres de diferentes generaciones están disfrutando del aire nocturno con una charla ligera.
"¿Todavía usas mucho la mano con esa niña?" Preguntó Kaisar mirando el cielo nocturno lleno de estrellas.
Syan miró a su suegro, luego exhaló suavemente. "Sí", respondió en voz baja.
Para ser honesto, Kaisar no es como ellos, para él la niña es solo un desahogo del dolor por el incidente que tampoco fue deseado por esa niña. Kaisar nunca participó en juzgar a Ayra, tampoco podía hacer nada por esa niña debido a Agista.
"Hijo, ¿no son demasiado crueles? Esa niña ni siquiera sabe qué error cometió hasta que todos ustedes la juzgan de esta manera."
Syan guardó silencio, sus pensamientos de repente volvieron a ese día. La niña no cometió ningún error, pero su madre lo dejó porque quería ver a su nieta recién nacida.
"Ella sigue teniendo la culpa, papá, incluso mis hijos carecen del amor de su abuelo debido a esa niña."
Es cierto, su padre o Very presta más atención y cariño a la pequeña Ayra que a sus tres hijos.
"¡Ella es una asesina! Hasta el final de mi vida nunca la reconoceré como mi hija", enfatizó Syan sin saber que el tema de su conversación la estaba escuchando.
Es cierto, cuando estaba a punto de buscar aire fresco, Ayra salió de la casa por la puerta lateral. Luego, cuando estaba a punto de pasar por la terraza delantera, inesperadamente las palabras de su padre y su opa la detuvieron.
"No importa cuánto la rechaces y rompas los lazos con ella, esa niña sigue siendo tu hija, Syan. Tu sangre corre por el cuerpo de esa niña", intervino Kaisar.
Las palabras de Kaisar son ciertas, por mucho que los padres o los hijos rompan sus lazos. No se niega que ambos tienen un vínculo que no se puede separar, incluso a la distancia que sea.
"Aun así, papá, mis hijos solo son Rykar, Maverick y Kaliyah. No hay nadie más, incluida esa niña asesina."
Syan no sabía si sus palabras volvían a herir el corazón de Ayra, cortando una nueva herida que necesitaría mucho tiempo para sanar. Incluso las otras heridas de rasguños todavía están húmedas, ¿Syan la odia mucho?
Ayra bajó la cabeza, sus labios temblaban reprimiendo su llanto, sus hombros se hundieron como si perdiera energía. ¿Es cierto que mató a su abuela? ¿Es esta la razón por la que su familia la odia?
¿Cómo mató a su abuela? ¿Cuándo sucedió eso? ¿Por qué su abuelo no la odia si ella causó la muerte de su abuela?
"¿S-oy una asesina?" Susurró. Su mano derecha se apretó en un puño, luego golpeó su pecho repetidamente para reducir la opresión que apareció de repente.
La garganta de Ayra se ahogó, tapándose la boca para que sus sollozos no se escucharan. ¿Por qué Dios le da un destino como este? ¿Qué debe hacer? ¿También debe morir como su abuela, para que su familia se sienta satisfecha?
"D-u-ele D-io-s hi-hi-iks...," sollozó.
"Torturarla lentamente, hasta que esa niña desaparezca de este mundo puede hacerme sentir aliviado y satisfecho, papá."
¿Su padre quiere que muera? ¿No está soñando?
"Hijo, tus palabras son demasiado."
"No, papá, esa niña tonta se merece todo esto. No hay piedad para un asesino."
