Tras su muerte, Martina despierta en un cuerpo que no era el suyo y en un mundo antiguo regido por la nobleza. Ella ahora es la emperatriz, Iris Dorni, una joven desdichada de una novela trágica, en la que Iris fue obligada por sus padres a casarse con el emperador y que en su noche de bodas fue obligada a consumar la unión, esto ocasiono que ella sintiera un profundo odio por el hijo que dio a luz y finalmente, Iris murió sola sin poder olvidar su desdicha.
Pero ahora, Martina conociendo la historia está dispuesta a cambiar todo, ella conoce la verdad tras los hechos, por lo que demostrara que todo lo sucedido es por culpa de sus padres y se esforzara en ser una buena madre para su hijo y así evitar que los tres tengan una vida llena de soledad, ¿podrá esta nueva Iris cambiar su destino?
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Capítulo 14
Capítulo 14
Antes de que alguno de todos los presentes pudiéramos decir cualquier cosa, solté la mano del niño, el cual solo me miró unos segundos a la cara y luego se fue a los brazos de su padre de inmediato. El emperador se agachó y lo abrazó.
-¿Estás bien hijo?
Preguntó aun sin soltarlo.
-Si papi, estoy bien.
-Me alegro cariño. Estaba un poco preocupado por ti.
Dijo el emperador a Marcos, con un poco de alivio en su vos.
-¡Hoo por dios! ¡Mire la mano del príncipe majestad! Seguro que esta mujer lo golpeó.
Dijo el maestro, del cual todavía no sabía el nombre. El emperador miró la mano del niño y su expresión cambió rápidamente.
-¿Qué fue lo que le hiciste a nuestro hijo?
Me dijo mirándome a la cara, se le podía notar que estaba a unos segundos de matarme, por la mirada en sus ojos. Era un poco aterrador cuando quería.
-Por favor, cálmate. ¿Sí? Yo no le he hecho nada. Tengo de testigos a ellas dos y al propio Marcos. Ellos te pueden decir, que no fui yo quien lo golpeó.
Al terminar esas palabras, el emperador me miró con confusión y tal vez esperanza de que yo no me atreviera a hacerle daño. Luego miro a las doncellas y les dijo.
-¿Es verdad lo que dice la emperatriz? ¿Ella, no golpeo al niño?
-Lo que dice la emperatriz es verdad majestad, nosotras tres llegamos al jardín en el momento justo, para ver a este sujeto atacar al joven príncipe y golpearlo con el puntero en la mano.
Dijo María apuntando con la mano al maestro, quien se mostraba sumamente ofendido.
-Es mentira majestad, yo jamás le haría daño a su alteza, el príncipe. Esta mujer fue quien lo golpeo. ¿Verdad príncipe que yo no lo golpearía?
El pobre Marcos se escondía en el pecho de su padre asustado. El emperador se mostraba muy confundido de a quien tenía que creerle. Igualmente, era entendible el que no me crea a mí. Soy la mujer que le dijo que haría daño al su propio hijo si no se lo llevaba de mi lado, aun siendo este un pequeño bebe. Mis doncellas podrían estar mintiendo para encubrirme y el maestro, él es quien ha estado al lado del niño por mucho tiempo.
Sacando la cabeza del pecho de su padre, Marcos dijo.
-Papá, mi madre y esas señoras están diciendo la verdad, el que me golpeó en mi mano, fue el maestro. Yo creo que me porte mal, como en las otras veces en donde él me castiga.
-¿El maestro te castiga?
Dijo el emperador sorprendido.
-Si porque soy muy mal estudiante y merezco que me castiguen para poder aprender.
- ¿Cómo es que el maestro te castiga?
- Él me pega con esa barita de madera en la mano\, en las piernas y a veces en la espalda.
- ¿Qué?
El emperador parecía a punto de matar al maestro tras escuchar las palabras de su hijo. Y yo también. Escuchar a un niño pequeño contando los castigos físicos que le daba la persona que tenía que enseñarle, era desgarrador para mí, estaba empezando a sentir una sensación de ardor en el cuerpo, como si lo único que quisiera poder sentir en este momento, era su sangre en mis manos y poder arrebatarle cada pequeño fragmento de oxígeno del cuerpo.
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