Mikhail Ruttherford, el hijo menor varón de una familia con poder y dinero, acostumbrado a actuar según sus creencias, sin prestar atención a lo que otros digan de su forma de llevar las cosas, solo su perspectiva era importante, hasta llegar al punto de mantener una relación amorosa con Anastasia Petrova, la mujer de la cual estaba profundamente enamorado a pesar de las controversias y problemas que ese amor le procuraba, siendo el hecho de que la mujer ya se encontraba casada con otro hombre, por lo que su relación era un secreto que no podía salir a luz pública, mientras él debía verla ocasionalmente desfilando por la alfombra roja tomada de la mano del hombre quien era su esposo, teniendo que compartirla para poder mantenerse a su lado, aferrado a ella sin importar las condiciones.
Para distraer su mente y mantenerse alejado de la tentación de buscarla cometiendo la imprudencia de interrumpirle el evento al cual ella asistiría en compañía de su esposo. Prefirió crearse algo de trabajo extra y viajar hacia una zona remota con el pretexto de ir a ver nuevos terrenos para un negocio. Algo que no estaba dentro de sus planes era que durante ese viaje tendría un accidente que lo haría desaparecer de ese mundo durante algunos meses.
¿Qué sucederá cuando aparezca luego de su accidente?
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Capitulo 5. Buenas acciones
De un hospital de pueblo no se pueden esperar muchas cosas, los insumos y el personal de atención son una de las principales que sueles escasear, es por ello que existía un voluntariado dispuesto a ayudar en lo que pudiera para poder facilitar el trabajo del poco personal que aun permanecía laborando en aquel lugar.
Las labores que realizaban los voluntarios se enfocaba en el cuidado y atención de los pacientes, baños en cama, darles de comer (en el caso de que se le imposibilite), ayudarlos a caminar, hacerle los masajes de terapia, incluso tan solo servirles de compañía.
- El día de hoy vinieron pocos, así que seremos solo dos por servicio – les dice Charls el encargado de liderar al voluntariado – escojan con quien trabajaran y las áreas que ocuparan – les dice en tono firme
- Ya todos estamos divididos en parejas – le dice una de las voluntarias
- Si – dice otra entre risillas, luego se acerca a su compañera de al lado y le susurra – de seguro Freya querrá acapararlo como siempre – le dice en tono de burla
- Es una pobre estúpida ilusa, por más cerca que se mantenga de Charls, él nunca le prestara atención, ¿Qué no se da cuenta que solo siente pena por ella? – dice de forma despectiva
- Creo que ahora le tengo lastima, ja, ja, ja – dice la otra riendo
- ¿Qué tanto están murmurando ustedes? – les dice Charls viendo que las mujeres no prestaban atención a las instrucciones que él estaba dando – bien, entonces si ya todo quedo claro vayan a trabajar, y no olviden pedir ayuda si la necesitan –les dice
Enseguida todos se dispersaron con sus parejas de trabajo
- Charls, estaba pensado que….
- Freya, ¿quieres hacer equipo conmigo? – le dice Charls mostrándole una sonrisa amable
- Claro – le dice sonriendo
Freya Eriksen
A pesar de que Charls no había escuchado lo que las mujeres decían, Freya si lo había hecho, algo que no le molesto en lo absoluto ya que no estaban diciendo mentiras, ella ya sabía que Charls solo era demasiado bueno y amable, era por eso que siempre quería estar al lado de la mujer a la que todos rechazaban, pero ¿Qué problema había con tan solo mantenerse a su lado?, con solo verlo era suficiente, poder hablarle y reír con él, obviamente ella conocía su lugar, una gorda con cero belleza o encanto femenino no era algo que podría llegar a llamar su atención.
- Freya, ¿ese no es tu hermano Gunther? – le dice Charls señalando al joven sentado en la sala de espera
- Si, ¿Qué hace aquí? – dice preocupada, lo primero que se vino a su mente fue su padre – Gunther – lo llama y apresurada camina hacia él - ¿Qué sucedió?, ¿Por qué estás aquí?, ¿Dónde está papá? – le dice agitada
- Tranquila calmate, papá está bien – le dice tomándola de los hombros – él está en casa ¿ok? – le dice viéndola fijamente
- O, Ok – le dice respirando aliviada – entonces, ¿Qué haces aquí? – le dice viendo a su hermano para ver si se encontraba herido
- Conseguí a un hombre, estaba mal herido y lo traje aquí anoche – le dice suspirando, parecía cansado.
- ¿No has ido siquiera a descansar? – le dice sorprendida.
- No – le dice suspirando
- ¿Por qué?, ya hiciste tu buena obra – le dice Charls confundido – no veo por qué quedarte todo este tiempo – le dice
- Pues, es porque… ¿me permites hablar con mi hermana un momento a solas? – le dice tomando a Freya y haciéndola a un lado para poder hablar
- ¿Qué sucede?, ¿Por qué estás tan extraño? – le dice Freya viendo la actitud sospechosa de Gunther
- Mira – le dice mostrándole la billetera llena de dinero
- ¡Oh por Dios!, Gunther ¿de dónde sacaste eso? – le dice asombrada
- Le pertenece al hombre que rescate, he estado esperando a que despierte para entregársela personalmente – le dice susurrando – no la entregare para que luego el pobre hombre la consiga vacía – le dice en tono inocente
- Ja, ja, Gunther eres un ángel encarnado – le dice Freya riendo
- No te rías Freya – le dice avergonzado de que su hermana menor le diga esas cosas
- Hagamos algo, entrégamela – le dice tomando la billetera – yo presto apoyo aquí así que puedo estar atenta a cuando despierte para entregársela – le dice de forma amable
- Gracias Freya, eres mi heroína – le dice abrazándola
- No exageres hombre – le dice sonriendo – ¿te dijeron en que servicio esta y el número de cama? – le dice separándose
- Si, está en la Unidad de Cuidados Intensivos, cama cuatro – le dice pensativo – su nombre es Lukas Hill – le dice recordando
- Bien, entonces déjame a mí, yo me encargare de todo, tu ve a descansar ¿ok? – le dice acariciando el hombro de su hermano, quien parecía caer del sueño.
- Gracias Freya – le dice antes de marcharse.
En el instante en que Gunther se marchó, Charls se acercó a Freya.
- ¿Todo está bien? – le dice preocupado
- Si, ya sabes cómo es Gunther, se preocupa por todo y por todos – le dice sonriendo
- Si – le dice comprendiendo que Freya guardaría el secreto de su hermano
Después de aquello comenzaron con su trabajo durante todo el día hasta terminada la jornada, cansados por la cantidad de pacientes que había aquel día.
- Freya, ¿iras a casa? – le dice Charls – si es así te llevare – le dice sonriendo
- No, debo ir a ver a alguien primero – le dice quitándose la bata desechable
- ¿Ver a alguien? – le dice curioso - ¿quizás tu novio? – le dice de forma amistosa
- No, no, nada de eso, jamás como podría – se sentía avergonzada – solo quiero ver como se encuentra el hombre que Gunther trajo, ya sabes que mi hermano es muy sensible y se quedaría preocupado si no lo hago – le dice apenada, sus mejillas se sentían calientes, seguramente se veía ridícula.
- Oh, ya veo, si es así entonces te veré mañana – le dice el hombre despidiéndose
- S, si, hasta mañana – le dice agitando su mano mientras ve al hombre marcharse
Freya camino por el pasillo hasta la sala de cuidados intensivos, por suerte tenía confianza con todo el personal, ya que esa es un área restringida a los extraños.
Entro a la sala y comenzó a buscar la cama cuatro, la cual se encontraba al fondo en la esquina izquierda al lado de la ventana, sobre ella se encontraba recostado un hombre, al verlo Freya no pudo evitar sentir pena por él.
- Pobre hombre – dice viendo su cuerpo lleno de vendajes, conectado a aparatos de monitoreo, incluso tenia puesto oxigeno – tiene la manguera mal puesta, así no le llegara el oxígeno – dice acercándose para acomodarla en las fosas nasales del hombre
- Dulce – se escucha una voz suave y débil
- Q, ¿Qué? – dice Freya asustada apartándose – y, ya, ya despertó – dice sorprendida
- Tu aroma es dulce – le dice el hombre viéndola fijamente.