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Casada Con El Ceo Cruel

Casada Con El Ceo Cruel

Status: Terminada
Genre:Matrimonio por contrato / Novia sustituta / Matrimonio arreglado / Matrimonio antes del amor / Venderse para pagar una deuda / Completas
Popularitas:10.6M
Nilai: 4.7
nombre de autor: Lorena Carapia

Diana es una chica muda, que es obligada por su tío a casarse con un hombre muy poderoso, qué le va ayudar a salvar su empresas de la ruina... Al poco tiempo de casados Edwin termina por enamorarse de Diana, aunque la chica no puede hablar, se da cuenta de que es diferente al resto de las otra mujeres, Diana es dulce, amorosa, y respetuosa con los ancianos. Sin embargo, descubre que le queda muy poco tiempo de vida y prefiere alejarla por su bien.

NovelToon tiene autorización de Lorena Carapia para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Una noche

Edwin entró a la habitación sin hacer ningún ruido, miró a Diana acostada en la cama con los audífonos en sus oídos, un libro abierto, estaba en su vientre.

Era una comedia romántica, que Edwin había guardado desde hace mucho tiempo en el cajón del Buró, cerca de su cama.

Al encontrarla, Diana se dispuso a leerla, aunque estaba en otro idioma, Diana tenía mucha curiosidad de saber que era lo que decía...

Lo mejor era que el libro tenía algunas imágenes que le llamaron demasiado a Diana...

Por la manera en la que los protagonistas de la historia se miraban y se besaba, Diana se podía dar cuenta del inmenso amo que ellos se tenían... Cada vez que hojeaba las hojas, la mente de Diana se echaba a volar, y se imaginaba a ella y a Edwin en cada una de las imágenes que mostraba el libro.

Sin embargo, todo aquello, solamente, eran fantasías por parte de Diana. Ya que jamás Edwin la iba a ver o a tratar como el guapo protagonista trataba a la chica...

Sin hacer ningún ruido, Edwin se acercó a Diana, se quedó parado al su lado de la cama.

Mirando el cuerpo casi desnudo de su esposa... Esa noche, después de bañarse, Diana usó una de las pijamas que la abuela Flor le compro, era una pijama de vestido rojo intenso, con un escote de corazón que mostraba sus dos pequeños y redondos pechos, le llegaba más arriba de las rodillas, y al estar acostada en una posición demasiado relajante, su pijama se levantó hasta más arriba de la media pierna.

El cabello castaño de Diana, estaba extendido por toda la almohada, haciéndola parecer una mujer muy hermosa y sensual.

Edwin intentó controlar su deseo, una corriente eléctrica pasó por cada parte del cuerpo de Edwin. Diana era demasiada inocente, como para no sentirse atraído por ella.

La miró una y otra vez, el deseo de Edwin por Diana se fue haciendo cada vez mayor. Su piel suave, su cabello castaño, y la manera tan inocente en la que estaba relajada, ocasionó una tormenta de pasión en el cuerpo de Edwin.

En segundos, su mente se llenó de muchas cosas perversas, el deseo se apoderó de su entrepierna.

Mientras que Diana estaba sumergida en escuchar la música, y recordar lo bien que la ha pasado esta semana lejos de su tío y de su familia. Una sonrisa apareció en sus labios, cada día estaba más feliz al lado de los abuelos de Edwin.

Edwin no logró dominar sus instintos de hombre, se inclinó colocando su mano debajo de la cabeza de Diana, para luego besar sus labios, sin darle tiempo a que ella pudiera reaccionar.

Diana asustada abrió los ojos, al ver que era Edwin quien estaba devorando sus labios con mucha pasión.

La chica quedó atónita por algunos segundos, golpeó la espalda de su esposo, tratando de que la soltara, sin embargo, sus pequeños esfuerzos fueron ignorados por Edwin, que estaba ansioso de hacerle el amor a su esposa.

Después de unos minutos besando sin control los labios de su esposa, Edwin permitió que ella respire.

Diana recargó su cuerpo en la cabecera de la cama. Trató de respirar con normalidad, sin embargo, se encontraba muy sorprendida por la manera en que Edwin había besado sus labios, así que su respiración se hacía bastante agitada...

___ ¿Te gustó?... ___ Susurró Edwin agarrando la barbilla de Diana...

___ ¡No!... ___ Diana movió la cabeza repetidamente.

___ Eres mi esposa, y debes cumplir con tus deberes... ___ Edwin volvió acercar sus labios a los de Diana...

Diana levantó su mano derecha y la dejó caer en la mejilla de Edwin con todas sus fuerzas. Diana se estaba cansando de ser solamente un objeto ante los ojos de los demás.

Edwin, la había abandonado el día de su boda para irse de viaje por más de una semana, y ni una sola vez la había llamado.

Diana estaba consiente de que solamente fue una esposa comprada por Edwin, y qué él no tenía ningún derecho en hablarle, mientras estuvo de viaje, sin embargo, a su regresó la trataba como a una zorra, con la que podía hacer lo que él quisiera.

El rostro de Edwin no se movió ni un poco, aunque la bofetada llevaba mucha fuerza, no fue nada para él, solamente, le ocasionó un leve dolor en la mejilla.

___ Recuérdalo siempre, ¡Eres mi esposa!...

El chico volvió a poner su mano en el cuello de Diana, la empujó hacia delante, y beso sus labios con mucha más pasión.

Trataba de castigarla por haberse atrevido a golpearlo. Y dejarle claro, que si lo volvía hacer sería castigada por él...

Ninguna mujer lo había hecho y Diana no iba a hacer la primera, no importa que fuera su esposa, ella tenía que saber que cada acción tiene una reacción. Y qué si ella lo golpeaba, él sabía como castigarla.

Suavemente, Edwin fue acostando a Diana en la cama, luego él se subió encima de ella, para no detenerse, iba a hacer que Diana se perdiera en cada una de sus caricias.

Sus manos fueron recorriendo, lentamente, el cuerpo de su esposa. Su piel suave, y el olor a flores que despedía su cuerpo de la chica, eran como un afrodisíaco para él...

Diana no lograba entender por qué Edwin estaba actuando tan extraño. Sin embargo, le gustaba la manera en la que él la besaba.

El cuerpo de Diana se fue relajando, con cada caricia que Edwin le daba a su cuerpo. Diana se dejó llevar.

Envolvió sus manos en el cuello de Edwin, y respondió a sus besos. Poco a poco el calor iba subiendo en sus cuerpos, la pasión, y el deseo se iba apoderando lentamente de ellos.

Edwin fue bajando la bata de los hombros de Diana; sus labios fueron pasando por el blanco cuello de su esposa, hasta ir bajando cada vez más hasta llegar a sus pechos...

Diana cada vez iba perdiendo más el control sobre ella misma. El deseo por convertirse en mujer, era más fuerte...

1
Ameli Rouse
que hermoso
Ameli Rouse
sii bien embarazada
Ameli Rouse
me siento feliz por el reencuentro con sus padres felicidad completa para elizabeth
Ameli Rouse
que vuelvan tus recuerdos Martha para que la felicidad de elizabeth sea completa
Ameli Rouse
un paraíso
Ameli Rouse
felicidades escritora por el giro que dió en la novela con los personajes me encanta
Ameli Rouse
hay pobrecita fue demaciado para ella ver a su padre
Ameli Rouse
que seductor hasta yo Me lo imagino wow
Ameli Rouse
pobrecita diana como te extraña Edwin ya no la dejes tan sola sufre mucho y aparte no te comunicabas con ella
Ameli Rouse
tienes otra oportunidad de ser feliz Esteban valora a tu pareja y cuidala te va a dar un bebé me da gusto
Ameli Rouse
me encanta la abuela flor
Ameli Rouse
la abuela flor es muy sabía le da Buenos consejos a Diana deja de ser insegura Edwin te ama midete un hermoso vestido de novia para que estés preparada para la boda
Ameli Rouse
bien lanzada la Sacha me encanta esta novela gracias Autora
Ameli Rouse
si que va a preparar la boda rápido agarrate diana con que no cometa el error de plantar la porque ahí si que no lo perdonan
Ameli Rouse
me encantó la pequeña ya es más abierta y muy sensual y vengativa dejo prendido el boiler
Ameli Rouse
horale Edwin ya te la pusieron difícil así que apúrate no habrá el delicioso dijo Diana jajajaja
Ameli Rouse
yo sé que es difícil Esteban después de fingir tu muerte pero todo se puede solucionar hablando con tu padre y tu hija trata de recuperarlos tienes dos hermosos nietos
Ameli Rouse
me gustaría que fueran los papeles de la empresa de mateo
Ameli Rouse
Esteban si estás vivo porque dejaste sola a tu hija la condenaste a una vida miserable aunque hayas quedado desfigurado hubieras ido con tu padre
Ameli Rouse
se lo merecía Mateo gracias solito confesó ojalá y a esta maldita Fátima también la encierren mendiga
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