El Renacer de la Princesa Demonio.

En un pequeño pueblo, Valentina y Maximiliam pidieron ver al alcalde del lugar, solicitando que les deje ver los registros de los habitantes, para saber quienes eran los que llevan poco en el pueblo, ya que el creador de dichas criaturas debe de haberse establecido hace poco en el condado, aunque si esta cerca, no tardará en darse cuenta y podría escapar. Aunque al principio el alcalde de dicho lugar no quería darles el registro, cuando le contaron el incidente del bosque del otro pueblo, el anciano acepto dejar que vean todo, incluso él mismo les hizo saber quienes eran magos en el pueblo, aunque estos eran habitantes que crecieron en la localidad. Los que llevaban menos años en el pueblo, iban entre los cinco años hacia atrás.

— pero escuche de un mago que llego hace poco al condado, creo que se esta quedando en la aldea Jamel, supe que estuvo viviendo fuera del imperio y recién regreso a la aldea, parece que su único pariente vivo falleció y le dejo la casa.— menciona el alcalde.

— ¿jamel? Eso esta cerca del otro pueblo, deberíamos ir, mientras más rápido lo encontremos, es mejor.— Valentina espera que puedan evitar que esas arpías invadan de nuevo el mundo.

— si, es el único sospechoso que tenemos hasta ahora.—

Valentina le agradece al alcalde y le pide tener cuidado, no saben si hay más de esas criaturas, por lo que es mejor prevenir. Ambos suben de nuevo al caballo para dirigirse a Jamel.

— estuvo fuera del imperio y de repente regresa, esas arpías aparecen, creo que es lo suficientemente sospechoso.— se queja Maximiliam.

Pensó que volvería a la capital y se tomaría unas vacaciones con Valentina, pero esos planes se habían ido a la basura, ahora primero debe cumplir con la misión que le han dado. Tras algunas horas de viaje, llegaron a la aldea Jamel, pidiendo ver al jefe para que este los lleve con aquel hombre. Al ser guiados a casa de este, quien los recibe es un pequeño niño y una mujer joven, esta dice ser la esposa de quien buscan, si bien era un mago, su especialidad era magia de curación, por lo que ha ayudado mucho a la aldea. Cuando llega el hombre y hablan con él, explica que si bien, él y su familia se habían mudado hace poco, ellos vienen de Num, el fue un aprendiz en uno de los templos, pero se retiro en poco tiempo al saber de la corrupción y vivió en un pueblo de Num, hasta que le informaron de la muerte de su abuelo y entonces volvió a la aldea.

— ¿alguna vez escuchaste hablar de Pascal? ¿Sabes si tuvo aprendices leales?—

— pascal, ¿el obispo? ¿Que no fue él quien creo a las arpías? Cuando escuche que podría haber una cerca, pensé que eso sería imposible...— menciona asustado.

— no es imposible, encontramos un nido de esas cosas en el bosque, creemos que Pascal pudo tener un aprendiz.— responde Maximiliam.

— solo fui estudiando, nunca estuve informado de mucho sobre el obispo. ¿Creen que ese aprendiz puede estar cerca? ¿Acaso estoy en peligro?—

— no creo, pero podría ser visto como sospechoso. Esto empezó cerca del tiempo en el que te mudaste.— le confiesa Maximiliam con seriedad.

— mi esposo jamás haría eso, es un mago especialista en curación.— lo defiende su esposa.

— es verdad, no se siente ninguna magia amenzante en él, si fuera un mago peligroso, podría sentir esa energía.— responde Valentina.

— bien, pero si sabe algo, espero nos informen.—

Ambos salen de la casa y se dirigen hacía donde han dejado al caballo, pero al ser ya de noche, unas pequeñas sombras les siguen de cerca, ambos suben al caballo y se retiran de la aldea, aun siendo seguidos por aquellas cosas, que en un instante, una de ellas golpea a Maximiliam y lo derriba del caballo, causando que ruede lejos, mientras que Valentina alcanza detener el caballo y baja para ir hacia Maximiliam, pero un par de sombras agarran sus pies y la arrastran lejos, mientras se escuchan las risillas de aquellas cosas.

Maximiliam se pone de pie, peleando con varias de esas pequeñas sombras que parecen una especie de ratas gigantes formadas de sombras. Valentina también pelea, pero esas cosas siguen saliendo de la nada y atacando, cubriendo casi por completo a la albina mientras usan sus garras para querer lastimarla. Un brillo rojo se nota bajo las criaturas que han cubierto a Valentina y en una explosión estas salen volando, dejando ver que Valentina lleva un vestido diferente, tenía alas de plumas negras y un par de cuernos. Las criaturas se ponen en guardia para atacar.

— ya tuve suficiente pequeñas pestes del infierno.—

Valentina hace brillas una energía roja en su mano y les da a aquellas sombras logrando quemarlos hasta que se hacen polvo. Maximiliam también logra derrotar a los que le atacaban y al ver a Valentina se sorprende, aunque no demora en mostrar una sonrisa ladina.

— así que no eras humana, ni bruja...eres...—

— un demonio, bueno, mitad demonio.— responde Valentina.

Maximiliam se acerca, fascinado por lo que ve, incluso desliza sus manos entre el cabello de la chica tocando la base de los cuernos, causando un cosquilleo en Valentina y le sostiene las muñecas para apartar sus manos.

— esas cosas al parecer eran diablillos, sirvientes de algún demonio de alto rango.—

— ¿por qué los mandarían a atacarnos? ¿Tendrá que ver todo con la aparición de las arpías?—

— podría ser, no creo que haya sido solo un ataque al azar.— Valentina regresa a su estado normal.

Ambos caminan hacía el caballo y lo tranquilizan, por suerte no salió huyendo. Aun así, caminarán un poco en lo que este se tranquiliza.

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Al llegar a la mansión, el capitán los recibe, informando sobre las zonas que revisaron y que hasta el momento no lograron encontrar nada. Al pasar por las puertas, estaba la hija del conde Mancilla en el recibidor, regañando a Susan, quien esta de rodillas sostenida por dos guardias de la chica y se veía con la mejilla roja.

— espero que cuando diga algo, tú vayas y la cumplas de inmediato.— levanta la mano para pegarle.

Pero antes de poder pegarle a Susan, es Lucila quien recibe una cachetada en la mejilla, para cuando va a gritarle recibe otro golpe, uno que la hace caer.

— ¿que significa esto? ¿Por qué una mujer como tú, esta castigando a la doncella de mi prometida?—

— a-alteza...esa mujer me falto al respeto, le ordene llevar las cosas de su señora a otra habitación porque la que tiene es la mía.— responde Lucila.

—¿y porque usted tomaría esa habitación? ¿Pretende meterse a mi cama tan descaradamente?— pregunta Maximiliam con evidente enojo.

—¿que? N-no es así yo....

— esa habitación la comparto con mi prometida y usted no tendría porque tener una habitación en esta mansión, porque ya le rentado para mi y mis invitados.— le reclama.

— y-yo solo quería quedarme para ayudarlo, alteza, déjeme ser quien maneja las funciones de la servidumbre.— hace una reverencia sin ponerse de pie.

Maximiliam se agacha sosteniendo el cabello de la chica y le levanta la cabeza, Lucila puede ver la expresión de molestia en el rubio, lo que la hace temblar.

— recoge tus cosas y lárgate, o tu padre recibirá tu cabeza en una caja.—

– si, su alteza...—

La mujer se levanta y sale rápidamente de la mansión siendo seguida por sus guardias. Valentina por su parte le pide a una doncella que ayuden a Susi y le pongan algo frío en las mejillas. Maximiliam le ordena a todos que nadie más que ellos entran a esa mansión y que ni el conde, ni su hija pueden pasar, pues esta pagando por tener el derecho de ocupar la casa.

Tras ese incidente, Maximiliam habla con Lune, para decirle lo sucedido con aquellos diablillos y que al parecer, podrían estar relacionados con la aparición de las arpías.

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