Dos Locos Emanorados

Leonardo

Llegó la hora de irnos, el fin de semana fue bastante productivo, la pasamos increíble y nacieron nuevos amores y no hablo solo de Matias y Diana, sino de mi hermana y Jordano, este último es bastante serio, así que mi hermana ha sido la evidente, solo espero que no sea ella sola la que esté enamorada, algo así como un amor no correspondido, a Jordano lo conozco hace muchos años y se que seria un buen hombre para ella, a pesar de ser un mafioso declarado y dueño de una parte de Italia, osea imaginense lo despiadado que puede llegar a ser, se que es un hombre de honor y que la protegería con su vida, nunca le he conocido a una mujer, una novia, un nada, así que no se si mi hermana tenga algún chance con el.

— Bien chicos es hora de irnos. — Recogimos todo y esta demás decir que no nos fuimos como vinimos, Diana se fue en el carro de Matías con él, Donato se llevó la camioneta con mi hermana, Andrés fue en el suyo y mi chica y yo en mi deportivo.

Todos rumbo a seguir escribiendo nuestro camino... Se preguntarán qué pasó con Jordano, pues aquí les cuento.

*memory*

Mientras estábamos todos reunidos y luego de dedicarse mil miradas con mi hermana, Jordano me llamó a hablar.

— Leo, hablemos un momento a solas por favor.

— Claro Hermano. — Me levanté, dejé a mi chica con los demás y caminé junto a él un poco lejos.

— Voy a decirte esto y no quiero que te ofendas, se que no eres tonto y te haz dado cuenta que algo pasa con Alejandra, la cosa es que me gusta... es más la amo. — Iba a hablar y él levantó la mano para que no interrumpiera. — Quizás soy egoísta por actuar de esta manera, pero no me importa; creo firmemente que estoy haciendo lo correcto. No la quiero cerca de mí… — Quedé confundido con sus palabras.

— No entiendo... explícate. — Le digo con una ceja alzada.

— Como te dije la amo y ella ami, pero no la quiero dentro de este mundo de mierda al que pertenezco, ella merece una vida tranquila; Además sabes que yo soy muy temperamental, ella no entiende mis razones y de verdad hermano me duele rechazarla, pero es lo mejor para ella. — Me dice con tono triste y algo preocupado.

— ¿Te perjudicaste? — Es lo primero que se me ocurre preguntar.

— ¡No!! A ver Leonardo, el día que la toque será porque me importa una mierda todo y cuando digo todo es todo y no quiero darle esperanzas, tú solo cuídala yo ya tengo que irme...

— Gracias por ser sincero pero creo que no basta con que le hables, tienes que hacer algo más para que ella se alejé. Además estás dejando atrás la opinión de ella. — Este asunto es más complicado de lo que parece y conozco la persistencia de mi hermana, yo mismo lo soy, además si hablamos de mundo de mierda, también yo ando en ese mundo y es precisamente con él. Me parece que es mi hermana quien debe decidir. En efecto está siendo egoísta o hay algo más que no me dice.

— Lo sé, pero por ahora la distancia estará bien. Por favor despídeme del resto. — Abrazo y se marcha. Al llegar con los demás pude ver el rostro de tristeza y decepción de mi hermana al verme llegar solo, pero no quise agregar nada, ya después con calma tendríamos un momento de hermanos…

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Actual…

— ¿En que tanto piensas amor? — Me dice la mujer a mi lado acariciando mi mano.

— En que quiero que repitamos este día solos. — Mentí sí y no. Porque si es un pensamiento que quisiera hacer realidad, tiempo para nosotros en un lugar paradisíaco.

— Me encantaría. Esa casa, es increíble. — Me dice luego de sonreír por mis palabras. Le tomo la mano y beso su dorso.

— ¿Qué has pensado hacer con el tema de la boda princesa? — Me sonríe Coqueta.

— ¿Qué tanto afán tiene por desposarme Sr. Conti? — Me da un guiño.

— No hay nada que quiera más... haber cuéntame. — Insisto con el tema, me urge sacarla de esa casa.

— Amor, me quiero tomar ese tema con calma así que será después de mi graduación. —No me gustó para nada su respuesta.

— ¿Sabes que quiero que salgas de esa casa pronto cierto? Por favor Lorena empieza ya con todo y nos casamos una semana después de la graduación...*Serio*

— ¿Me estás ordenando que hacer? Yo quiero una boda hermosa con muchos detalles, la boda que siempre quise, ósea me voy a casar con el hombre que amo. Dani por favor no apresures las cosas, todo eso sin decir que estoy sola en esto, que no conozco a nadie y no me llueven amigas. Por favor Leonardo...

— Sí ese es el put* Problema, pues mi hermana y mi mamá estarán felices de ayudarte, puedes contratar un organizador de eventos y listo. Se harán las cosas a tu manera, pero el tiempo no está en discusión y es todo lo que diré… — Me mira con cara de sorpresa, suelta mi mano y se cruza de brazos mirando al frente.

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Lorena

No entendía cuál era el afán y seguro no era la noche de bodas, pero no quería pelear por algo que yo también quería así que lo deje ganar esta vez.

— No me gusta este Leonardo mandón y dominante y si quieres una mujer sumisa como esposa de una vez te digo que eso no sucederá ¡NO soy tu estúpida empleada! — Le respondí sin dejar nada por dentro. El imbécil río divertido por mis palabras, lo miré de reojo enojada.

— Tranquila gatita tú puedes hacer conmigo lo que quieras. Pero, no discutiré sobre mi preocupación por tu bienestar, así que sales de esa casa lo más pronto posible y punto. Ahh y por favor nunca apagues el teléfono, llámame cualquier cosa a cualquier hora nena por favor *Tono preocupado*

— ¿Amor tú sabes algo que yo no? — Volteé a verlo.

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Leonardo

— Nena ya llegamos. — salí del auto y la ayudé a bajar, no quería seguir con el tema, lo que quería era evitarle más sufrimiento. El hecho de que sus padres guardarán tal secreto sobre el origen de su nacimiento era un tema grave y que no me correspondía decirle y menos sin pruebas, pero las tendría y hasta entonces no hablaría. Estaba seguro de que esa era la razón de por qué la maltrataban.

— Otra vez te quedaste a pensar. *Suspirando* no me ocultes cosas por favor... no me quiero despedir *triste*

— ¡Vez!! ¿Crees que yo si? Mejor entra. nos llamamos más tarde. Te amo no lo olvides. — Me tomó de las mejillas y me besó.

— Deja de darme órdenes o vas a conocerme enojada. Te amo. — La vi entrar, Donato se me acercó a recibir las instrucciones y me marché dejando mi corazón en esa casa...

Esa mujer era importante para mí, más de lo que yo creía, la amaba y me dolía de solo pensar en que algo pudiera pasarle, yo tenía todo para darle, así que el hecho de que alguien le negara algo o la denigrara por no tener o no vestirse adecuado me molestaba. Entendía que todo debía ser con calma, pero solo era por que ella quería, porque mi mujer es tan buena que separarse de su familia le costaba, ella quería agotar los últimos recursos, ella tenía puestas sus esperanzas en que ellos cambiarían y la amarían. Mendigar, era eso... y conmigo, no tendría que hacerlo. Pero es su familia y hay poco podía hacer, más que amenazar y mantenerlos a raya.