La Obsesión Del Mafioso (Imperio Lombardi—II)

MOLLY

Desperté con un fuerte dolor de cabeza, dolía bastante, ha decir verdad todo el cuerpo me dolía mucho, abrí los ojos lentamente y estaba en la habitación de Remi.

Desplace la mirada al lado derecho donde dos bolsas con suero y otra con sangre colgaban, trate de levantarme pero no pude, mi boca cubierta por una mascarilla de oxígeno, mis brazos dolían y no tuve las fuerzas suficientes para levantarme aunque sea un poco.

—Molly — La suave y ronca voz de Remi me hizo abrir los ojos por completo, en su bello rostro había preocupación y molestia.

Las palabras no me salían, sentía la boca seca y con mucha sed, Remi me tomo con mucha delicadeza y me bajo la mascarilla, tome una gran bocanada de aire cuando no sentí el respirador artificial.

—No hables pequeña, guarda tus energías— Dijo tan dulcemente que me derrrtí ante tanta gentileza, eso sí muy extraña de él.

—¡Mi niña, despertaste!!— Entró mi abuela con su ojos llenos de lágrimas, se acercó y con mucho cuidado me abrazó, me queje un poco y se separó frunciendo el ceño.

—Oh, mi niña. Iré por el doctor — Ava me detalló por completo y me pregunté que tan mal estaba, recuerdo perfectamente los cortes en las manos y los brazos por los cristales del auto, después sentí un fuerte golpe en mi cabeza y luego oscuridad.

—¿Te duele?— Remi me acaricio la cabeza y nuestros ojos se conectaron, su mirada fría e intimidante no estaba, solo se veía frustrado. Nos dijimos todo con la mirada, sus bellos ojos grisáceo brillaban tan intensamente que hizo latir con fuerza mi corazón.

— Veo que la señorita ya despertó, la voy a revisar— El doctor se acercó y me tomó el pulso, quitó una venda de mi cabeza que no sabía que tenía y palpo con su mano el lugar donde me golpearon. Después de ese golpe no recuerdo nada más de lo que sucedió hasta ahora que despierto.

—Como esta mi pequeña— Mi abuela se veía preocupada, el doctor sonrió y se giró para verla

—Sus heridas están sanando, solo debe guardar mucho reposo y cuidar que los puntos de la cabeza no se vayan a infectar, pero estos pequeños cortes — señaló mis brazos y mi cara— sanan rápido y no quedarán secuelas—. Respire aliviada y mi abuela se tocó el pecho también.

—Gracias doctor, seguirá acá hasta que Molly se recupere del todo— Dijo firmemente Remi y el doctor asintió con la cabeza.

—Por supuesto, le daré una dieta a las empleadas para que le suban de comer a la señorita— Dijo y salió por la puerta, mi abuela se quedó conmigo en completo silencio y Remi se sentó en su sillón sin apartar la mirada de mí.

—Iré por tu comida— Mi abuela se levantó y camino hacia la puerta.

—Gracias— Mi voz salió áspera y Remi frunció el ceño.

—Molly, espero que cada vez que salgas me informes y tienes que llevar más seguridad, no puedes estar solamente con Tony— Dijo con calma pero autoritario.

—Está bien — Murmuro y se acercó a mi lado.

—No sabes lo mucho que me preocupé por ti— Me susurró en el oído y mi corazón salió desbocado del pecho.

—Lo siento— Fueron las únicas estúpidas palabras que salieron de mi boca, ¿Porque mierda me estoy discúlpando?.

—No es tu culpa, fue mía por ser tan.bruto contigo— Literal mi mandíbula se cayó al piso.

—En parte, te coges a puras locas— Dije y sonrió

—Apenas te recuperes nos encargamos de ella— Dijo hastiado y se recosto a mi lado, su calor inmediatamente me hizo aferrar a él, me abrazó con mucha delicadeza y beso mi frente. Nos quedamos en completo silencio en aquella agradable posesión, me sentía muy a gusto estando a salvo entre sus brazos, todo lo malo lo compensa lo bueno.

—Lamento interrumpir— Ava entro por la.puerta con una enorme sonrisa, es la primera vez que nos ven de esta manera. Digo,no somos de darnos abrazos, además que parecemos como perros y gatos.

—Gracias Ava, deja la bandeja ahí — Señaló la mesita y ella la puso de inmediato.

—Descansa y comete todo— Salió con una sonrisa pícara. Me incorporé en la cama y me puso dos almohadas detrás de mi espalda, puso la mesita encima de mis piernas y el plato de sopa encima de ella, cogió la cuchara y la levanto hacía mi boca

—¿Que haces?— Dije extrañada

—Cuidando de ti, no es obvio.

—Yo puedo hacerlo sola, no te molestes, por cierto no tienes trabajo que hacer— Ladea la cabeza frunciendo el ceño.

— Cuidaré de ti, ese es mi trabajo — Me vio a los ojos y me quedé sin palabras por unos segundos.

—Remi, me asustas. Este no eres tú— Negué con la cabeza mientras me mordia el labio inferior

—Soy yo, solo que bueno — se aclaró la garganta y reí

—Ya entiendo señor. Tranquilo porque veo que te va a dar un ataque— Dije juguetona y sonrió mostrando su blanca dentadura, ¿enserio es Remi la temida bestia, el hombre cruel y rudo?.

—Come o te castigo — Sentenció

—Me encantan tus castigos, pero el doctor dijo que debo guardar mucho reposo— Hice un hincapié y frunció el ceño.

—Seré tu medicina — dijo pícaro y se acercó a darme un beso lento y tierno.

—No quiero incomodar pero están regando toda la sopa encima de la cama— Dijo Vito parado en la puerta y nos separamos.

—Llamaré a Ava— Remi se levantó y salió de la habitación rápidamente.

—Ya veo que estas mejor, hermosa— Leila entró junto a él y me ayudó a levantarme de la cama. Como traía una pequeña bata puesta Vito desvió la mirada.

—Gracias Leila, por cierto, no te metiste en problemas— Dije en voz baja y negó con la cabeza.

—No, ven Molly siéntate aquí — Me ayudó a sentar en el sillón de Remi que es muy cómodo y enorme, quedo como una pequeña coneja en el. Me cubrió con una manta las piernas y se sentó a mi lado.

Al final Vito se retiró a la oficina de Remi para hablar de negocios y Leila me ayudó con la sopa, lo cierto es que, es una chica muy amable y dulce, nada problemática. Me contó de como empezó la relación de Vito y ella, llevan muchos años siendo novios, le pregunté si le gustaría casarse con él, a lo que respondió, que sí. Entonces empecé a ilusionar una vida juntos, pero a quien en engaño. Remo jamás sentaría cabeza con una mujer.