Soy Azahara y os voy a contar mi historia, aunque no lo creáis, todo lo que os voy a decir es real.
Nunca imaginé que dejaría mi casa, mi ciudad, mi familia y amigos, en fin en dejar mi vida para empezar otra en un lugar diferente donde solo conozco a un par de amigas y lo que menos esperaba era todo lo que me deparaba el futuro con seres increíbles pero reales.
NovelToon tiene autorización de Mónica Ibáñez Ruiz para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 21. Bienvenida a mi manada.
Unai.
Han pasado más de diez horas y aún sigue inconsciente, sé que está bien y es normal lo que está pasando, pero ya quiero que despierte, no pueda verla más tiempo así.
Doy vueltas en la habitación como león enjaulado, bueno en este caso como lobo enjaulado.
Ya hable con mi Beta y doble la seguridad de los padres de Azahara, todavía no han ido allí, pero no creo que tarden mucho, tengo que traerlos y hacerles miembros de la manada para que no les pase nada, me sentiría mal si alguno de ellos sufrieran algún daño sabiendo que los podría haber protegido.
- Vamos Azahara, mi luna, despierta. - me siento a su lado en la cama. - tenemos que viajar, hablar con tus padres y venir todos de nuevo a casa, contarte todo y buscar quien te ayude a salir de ese hechizo. -
Fui al baño, tenía que refrescarme un poco e intentar despejarme un poco, no quería que me viera así si se despertaba.
Me ducho con agua tibia, dejo caer el agua por el cuerpo y noto como se van relajando los músculos uno por uno, sabía que estaba tenso, pero no tanto, cuando noto que estoy más relajado salgo de la ducha, me lío una toalla en la cintura y salgo a la habitación.
- Por fin has despertado. - suelto un suspiro de alivio al verla sentada en la cama. - ¿te encuentras mejor?. -
- Estoy un poco confundida, ¿que me paso?. - su voz estaba un poco ronca.
- Te desmayaste después de beber mi sangre. - me acerco a la mesita y le lleno un vaso de agua. - por cierto, bienvenida a mi manada, bebe un poco te vendrá bien. -
- Nunca he escuchado que alguien se haya desmayado después de eso. - bebió agua.
- Tú estabas aún unida a la manada de Vladimir, al rechazarlo y unirte a mí te causó el desmayo. -
Su mirada estaba puesta en mis ojos, lo que no sabe es que me di cuenta de como me miró cuando me vio entrar.
Me doy la vuelta y voy al armario, una de las veces que salí de la habitación, fui a la mía a coger algo de ropa, podía notar su mirada en mi espalda me puse los bóxer y un pantalón de deporte.
- ¿Te gusta lo que ves?. - no pude evitar reírme
- No seas engreído, ni te creas Dios, hombres como tú hay muchos y me llaman más la atención, he tenido relaciones con hombres mucho más guapos. -
Ahí estaba de nuevo la Azahara contestona, mucho había durado en salir, aunque la había echado de menos, pero sus palabras no me hicieron gracia, había estado con más hombres, no iba a ser el primero en acariciar su piel, entrar en ella y no fui el primero en besarla, eso me enfadaba.
- ¿Has estado con muchos?, ¿tengo competencia?. - en mi forma de hablar se podía notar mi enojo.
- ¿Y a ti que te importa?. - ella igual se enfadó.
- Solo responde. - me di la vuelta quedando frente a ella.
- No tengo por qué hacerlo. -
Mi enfado iba en aumento, pensar que alguien más la había tocado me ponía muy celoso.
Caminé hasta la cama, me tumbé encima de Azahara y le puse las manos por encima de su cabeza, mi respiración era muy agitada.
- Sabes que puedo averiguar lo que quiera de ti sin tener que preguntarte. - pase mi nariz por su cabello, su olor me volvía loco. - ahora sé buena chica y responde. -
- Puedes averiguar lo que quieras, no pienso contestar, es mi vida privada y a ti no te importa. -
- Me importa más de lo que crees y cuando sepas la verdad, quizás te arrepientas de tratarme así, y seré yo quien te trate con indiferencia. -
Me levanté de la cama, si seguía ahí acabaría haciéndola mía y marcándola.
*¿Por qué no la has marcado Unai?, estábamos tan cerca.
*Aún no es el momento, yo tengo las mismas ganas que tú de hacerla mía, de disfrutar de su cuerpo, entrar en ella y marcarla para que todos sepan que es mía.
*Espero que no tarde mucho en llegar ese día, no puedo estar cerca de ella sin tocarla, además de que tengo ganas de encontrarme con Lía.
*Ya queda poco Jon.
- Cuando te encuentres un poco mejor, viajaremos y hablaremos con tus padres, tienes que convencerlos, hacerles entender que el que se unan a nuestra manada será lo mejor.- mi voz era fría.
Tuve que salir de allí antes de hacerla mía, saborear ese cuerpo que tanto me excitaba y clavar mis colmillos en el cuello.