Nerea, luego de terminar con una relación por más de diez años, se ve en la obligación de buscar otro prometido antes de que su familia se entere que ya no se va a casar.
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capítulo 21
Al llegar al edificio mi hermana ya estaba allí, así que ni bien bajamos se acercó a mí y dijo por lo bajo.
— ¿Nerea en que lío te metiste esta vez...?
Mire disimuladamente en dirección a mis padres y conteste de la misma manera al verlos cerca de nosotras.
— En ninguno hermana. Después te cuento...
No pudimos seguir hablando, ya que mi madre se acercó a nosotras y mirándome seriamente esperamos a que los hombres nos siguieran.
Subimos al ascensor y al llegar a mi departamento dejaron todas sus cosas y les mostré las habitaciones. Mi departamento tenía dos, el de Dylan tenía una sola, puesto que la otra la había convertido en un estudio, pero al imaginarnos que mis padres solo se quedarían unos días, decidimos dejarlos a ellos en mi departamento y yo mudarme temporalmente con él.
Luego de dejar sus maletas mi madre se acercó a Laura y a su esposo y les pidió dejarnos a solas. Al ver que mi hermana no quería irse le entregue la llave de mi auto a su esposo y dije.
– Cuñado, toma mis llaves, es el auto rojo qué está en el estacionamiento. Lo veras enseguida, o que tal si mejor los acompaño...
Cuando mi madre oyó eso, se adelantó a mis palabras y contestó.
— Creo que podrán encontrarlo, tu tienes muchas cosas que explicar.
Guarde silencio al oír su enojo y en cuanto mi hermana y mi cuñado salieron, mi madre tomo asiento en el sillón junto a mí padre y agregó.
– Muy bien, los escuchamos.
Dylan y yo nos miramos y tomando asiento en frente de ellos dije.
— Hace poco más de un año empezamos a salir, no les pude contar esto porque sabía que estarían decepcionados de mí. Nuestra relación comenzó cuando aún no terminaba la otra que tenía con mi ex.— Veo como mis padres me miran sorprendidos y agregó. — Al principio no quería aceptarlo, Dylan tenía fama de ser mujeriego y aunque quise evitar sentirme atraída por él, las cosas se fueron dando... Al poco tiempo terminé con mi noviazgo con Mateo y comenzamos a salir. Sabía que esto no les gustaría a ninguno de los dos y por eso preferí ocultarlo. Nuestro romance comenzó a ser serio y cuando ya no tuvimos dudas de que ambos estábamos enamorados, Dylan me pidió matrimonio...
Dylan decidió tomar la palabra y agregó.
— Estaba consciente de que debía presentarme ante ustedes y decirles la verdad, pero... mi abuelo al poco tiempo nos informó a nuestra familia que mi padre se iba a retirar del mando de la empresa y que iba a poner a competir a ambos nietos para ver quien sería el próximo CEO. También agregó una cláusula especificando que solo quien se casara y demostrará qué podía manejar la compañía iba a tomar el mando. Mi compromiso con Nerea había sido antes de eso, pero al ver lo conveniente que todo esto se veía, no quise exponer en ese momento nuestra relación. Mi padre se enteró hace unos días y hasta a él le costó aceptar esta noticia. Está feliz, pero me amenazo de que si estaba jugando con Nerea me mataría.
Vi como Dylan al decir eso último sonrió y luego volviendo a ver a mis padres dijo.
– Amo a su hija y ambos somos felices juntos, es por eso que quisimos que estuvieran aquí junto a nosotros. Aquí vive Nerea, pero el departamento de enfrente es mío, el tiempo que decidan quedarse nos gustaría que estén junto a nosotros. Soy consciente de lo mucho que Nerea los extraña y de lo infeliz que le hacía esta mentira. Espero que nos puedan perdonar y me den la oportunidad de demostrarles que en verdad quiero a su hija.
Veo como mi madre lo mira fijamente y contesta.
– No debieron mentirnos en primer lugar. Su situación era complicada desde el inicio, pero no somos tan cerrados, podríamos haber entendido.
— No fue solo eso, en el proceso tuve que demostrarle a su hija que había cambiado, estaba insegura de mis sentimientos y no la culpo, pero eso ya quedó atrás — Dylan tomo mi mano y mirándome con ternura agregó —Nerea se convirtió en mi mejor amiga, en una gran colega y una mejor mujer, es por eso que no dude en pedirle ser mi esposa.
Pronto nuestras miradas se conectaron y aunque sabía que todo esto era una mentira para mis padres, mi corazón se aceleró y pronto mis mejillas se sonrojaron. Al desviar la mirada vi como mi padre ya no nos miraba con severidad y mi madre parecía conmovida.
— Muy bien, dejaré pasar esto porque conozco a tu padre muchacho y sé que vienes de una buena familia. Pero no creas que vas a librarte de nosotros tan rápido. Hemos liberado nuestras agendas hasta su boda, así que espero que no se arrepientan de tenernos aquí porque estaremos por un largo tiempos.
Sonreí más triste que feliz por esas palabras, ya que eso significaban más mentiras y más engaño, pero aun así me levante de mi asiento y sentándome en medio de mis padres dije.
— ¿Pueden perdonarme?
Veo como ambos cruzan miradas y asintiendo me abrazan cálidamente. Me sentía horrible de estarles mintiendo así, pero, teníamos un trato con Dylan y ya no podía retractarme.
Pronto mis padres comenzaron a hablar de otros temas y Dylan llamando a su padre dijo.
— Papá dice que nos espera en sí casa para cenar. Él sabía que llegaban hoy y quería recibirlos en su casa.
Mi padre sonrió por eso y aceptando su invitación decidió darse una ducha mientras nosotros nos despedíamos de mi madre para ir al apartamento de Dylan.
— Mamá, estaré aquí en frente, si necesitas algo me llamas.
– Está bien hija, aún estoy enojada contigo, pero voy a hablar con tu padre para que se tranquilice más tarde. Creo que aún no comprendió que tú planeas dormir con tu prometido mientras nosotros nos quedamos aquí.
Mire a mi madre y al saber que podía tener razón sonreí tímida y solo me dirigí al departamento de Dylan. Cuando entre, cerré la puerta y dije.
— Estoy acabada... cuando sepan que todo esto es un teatro van a matarme.
Dylan se acercó a mí y abrazándome por la cintura solo me consoló diciendo.
— Tranquila si eso pasa, guárdame un lugar que pronto mi padre me enviará contigo.
Su sonrisa era contagiosa así que al igual que él sonreí y solo agregué.
— Basta, no te rías. Esto es serio, tengo que hacerme borradores para recordar todas las mentiras que les eché. Jamás en mi vida les había mentido tanto.
— No te preocupes, te prometo que ya no mentirnos más.
Asintiendo a sus palabras, puesto que no quería seguir engañando a mi familia. Nos empezamos a prepara para ir a la casa de su padre, debíamos seguir con este teatro un tiempo más...