Después de la desaparición de su hija, la primera princesa de Asdefor, los reyes adoptaron a Valentina Befort, ella creció amada por su nueva familia. Pero todo se derrumba cuando la verdadera hija de los reyes es encontrada. Esta no solo le quita el amor de sus padres, también se lleva la atención de su prometido, convirtiendo a Valentina en la cruel villana que envidiaba a su hermana, a quien intenta asesinar. Su destino es la muerte por su crimen contra la princesa real, pero la historia no acaba con un final feliz, ya que los protagonistas encuentran su final en manos del cruel villano, Maximiliam Chevalier.
Pero ahora, otra alma ha reencarnado en Valentina y esta no piensa tener un final miserable por culpa de las personas que la traicionaron, así que, en busca de su supervivencia, se acercara a Maximiliam, el villano, siendo este, la mejor opción para cambiar su destino y su cercanía a él la llevaran a descubrir su verdadero origen.
¿Podrá Valentina escapar de su miserable destino?
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capítulo 21- investigar...
Lune se comunica con Maximiliam de nuevo, ya que este le informa sobre lo que han encontrado en la cueva, así que Lune le pide investigar, si esas cosas están en aquel condado, es posible que quien las creo este cerca, pero también le han hablado a Claude, para que este se haga cargo de averiguar si existió algún otro familiar de Pascal en Rotle. Toda la familia estaba siendo informada sobre lo que han encontrado.
Valentina estaba dentro del carruaje, después de regresar del bosque, Maximiliam se fue a hablar con su familiar. Así que ella y Susan estaban descansando un poco, por el momento no siente la presencia de otra criatura, así que es posible que no haya otro.
— ¿entonces esas cosas invadirán de nuevo el mundo?— pregunta Susan, pues estaba asustada.
— no se sabe, pero si parece haber serios problemas...—
— mi abuela vivió esos días donde todos vivían tras las barreras y veían familiares y conocidos ser devorados por esas cosas. Y nadie se imaginaba que el templo estaba involucrado...— Susan deja salir un leve suspiro.
— a veces son quienes menos crees los que causan más daño.— responde Valentina.
Un guardia toca la puerta del carruaje, para decirle a Valentina que Maximiliam la busca, al acudir a su llamado, el rubio le explica que se quedará más tiempo en el condado para buscar pistas de quien sea que haya creado esa arpía, por lo que cree que lo mejor será rentar una mansión en el territorio, para que tengan un lugar más cómodo, el capitán ya fue con el alcalde para preguntar un lugar lo suficientemente grande para que todos ellos puedan quedarse.
— así que todo este asunto tardará un poco...— deja salir un leve suspiro.
— ¿le molesta quedarse? Me aseguraré que sea una mansión lujosa.— asegura Maximiliam.
— en realidad eso no me molesta, pero estar en una mansión es más seguro para Susan, ella es una humana común.—
— mi pequeña hada se preocupa por su doncella, que buen corazón.— se burla.
— ella cuido de mí, solo me aseguro de hacer lo mismo por ella.— responde con tranquilidad.
Maximiliam se acerca y sostiene del rostro a Valentina dándole un beso en los labios, el cual ella corresponde, hasta que el capitán avisa que ha regresado y que consiguió un lugar. Maximiliam se aparta de Valentina para salir a ver al capitán.
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Un día después ya se estaban instalando en una lujosa mansión, esta pertenece al conde Mancilla, era su mansión de campo, pero era grande, lo suficiente para hospedar a bastantes personas y tenían empleados para atenderlos. Las doncellas jóvenes estaban encantadas al ver a Maximiliam llegar a la mansión, aunque esa emoción no deja ser algo más que platónica, en especial al ver que era muy cercano a Valentina y que además la presento como su prometida, pidiendo que la traten bien. Valentina fue amable con ellas, además de que pidió que hagan su trabajo como suelen hacerlo, a ella no le interesa pedir nada especial y si necesita ayuda, mandará a Susan para avisarlas. Valentina se instaló en una habitación con balcón, pues le gusta salir a tomar aire en las noches y esta no era la excepción, estaba sentada en un pequeño sofá bebiendo una copa de vino.
— pequeña hada, ¿disfrutando de una hermosa noche? —
Valentina levanta la vista observando a Maximiliam, quien estaba sentado en el barandal del balcón.
— veo que su alteza no suele usar la puerta, creo que comenzaré a poner llave.— se burla.
— eso no me detendrá, como aprendiz de una bruja, conozco ciertos trucos.— presume. Levanta la mano y mueve los dedos soltando pequeños destellos dorados.
— no esperaba menos del hijo de los emperadores más poderosos del mundo. Estuve leyendo su historia, es emocionante, su madre comenzó como la hija de un duque en un pequeño reino, y ahora, es la emperatriz del imperio más grande del mundo.—
— ¿y que hay sobre mi? Supongo que también ha leído mi información.—
— el hijo menor, rebelde, viaja por el mundo y es un seductor, dejando corazones rotos a donde va.—
— eso ya será así.— Maximiliam se acerca y se arrodilla ante Valentina sosteniendo su mano para dejar un beso en el dorso de esta.— ahora te tengo a mi lado, pequeña hada y soy solo tuyo.
— justo como dicen, seductor.— responde Valentina con total seriedad.
— que cruel eres pequeña hada.— Maximiliam apoya sus manos en las piernas de la chica y la observa con una expresión triste.
Valentina se inclina para besarlo y el rubio no duda en corresponder, después de todo, habían dejado pendiente ese beso cuando fueron interrumpidos y ahora que están en esa mansión, Maximiliam no dejará que todo acabe solo con un beso.
Desde las puertas del balcón hasta la cama, había un camino de prendas que fueron dejando hasta llegar a la cama. Maximiliam estaba sobre la cama, mientras que Valentina se mueve encima suyo, el rubio disfruta de la hermosa vista, el rostro levemente sonrojado de Valentina, mientras deja escapar sus jadeos. Valentina se mueve apoyando las manos sobre el pecho del rubio, sus cuerpos estaban extasiados por el acto que los llenaba de placer y aunque a Maximiliam le gustaba verla moverse encima suyo, no pudo resistir más, logrando cambiar la posición, para ahora ser él quien embiste con frenesí el interior de la albina, la cual se retuerce de plac*r, hasta que alcanzan el primer clim*x de la noche.
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En la mañana, todos se preparan para poder salir, deben iniciar con la investigación y asegurarse de que en otras zonas de los bosques no hayan otras criaturas. Los escoltas transformados en licantropos se dividen en grupos para adentrarse en los bosques, mientras que Maximiliam y Valentina irán a otro pueblo para preguntar si tienen conocimiento de algún mago o de alguien que haya llegado al pueblo recientemente. Maximiliam ayuda a Valentina a subir al cabello, cuando un carruaje llega a la mansión acompañado de varios guardias, al detenerse, de este baja un hombre mayor y algo robusto, en compañía de una joven hermosa de cabello rubio y ojos cafés, el hombre no duda en acercarse a Maximiliam y hace una reverencia ante él, al igual que la chica.
— saludos alteza, soy el conde Mancilla, he venido a saludarlo y ofrecer mi ayuda en todo lo que haga falta.— menciona al hombre.
Pero enseguida dirige su vista hacía Valentina, quien ya estaba sobre el caballo, ella inclina la cabeza ligeramente y el hombre sonríe con perversión, por supuesto, Maximiliam nota esto.
— no se preocupe conde, con la mansión es más que suficiente.— responde Maximiliam, deseando en ese momento sacarle los ojos a ese viejo.
— comprendo alteza, aún así, no dude en pedir nuestra ayuda. Mire, ella es mi hija, Lucila Mancilla, ella sabe usar magia y creo que lo puede ayudar.— señala a la joven.
— mucho gusto alteza, estoy a su servicio para lo que necesite.— la joven se inclina a modo de reverencia, pero haciendo evidente su gran escote.
Aunque Maximiliam aparta la vista, ya se imagina a lo que ha ido ese hombre y porque ha presentado a su seductora hija.
— un gusto lady Mancilla. Maximiliam Chevalier, segundo príncipe, y esta dama, es mi preciosa prometida...— señala a Valentina.
— Valentina Befort, un gusto conde, señorita.— sonríe con arrogancia.
Y puede ver como Lucila frunce los labios y aprieta las manos en su vestido, sin duda no esperaba escuchar que ella era la prometida del príncipe imperial.
—¿prometida? Que sorpresa.— ríe nervioso.— no sabía que su alteza ya estaba comprometido y con tan linda jovencita.
Por supuesto, el conde no deja se mirar a Valentina, recorriendo su cuerpo, Valentina no puede evitar sentir repulsión, sin duda a ese hombre le quemará los ojos.
— larga historia, pero, esta hermosa hada me ha cautivado, no hay mujer más perfecta que ella.— se asegura de halagar bien a Valentina.
Espera que con eso, esa rubia ofrecida deje su idea de lado, porque es obvio que estaba ahí para seducirlo, aunque lo logrará sin no estuviera con Valentina, solo sería una noche de pasión de pasión, pero eso ahora, ya no pasa por su mente, incluso se le hizo molesto el hecho de que ella mostrará a propósito su bien pronunciado escote.
— le doy la razón alteza, yo tampoco dejaría ir a tan semejante señorita.— responde el conde.
— si no me dejará ir, eso sería secuestro Conde.— sonríe con burla Valentina.
El conde casi le grita, pero escucha reír a Maximiliam y los murmullos de los sirvientes del lugar.
— conde, lamento no poder quedarme, si llegase a necesitar su ayuda, lo mandare llamar. Lady Mancilla, la misión que tengo es peligrosa, solo para magos bien preparados en batalla, así que no puedo arriesgarla.—
Dicho esto, y sin que la mujer pueda responder, Maximiliam sube al caballo y tira de las riendas para que este se ponga en marcha, seguido de un par de escoltas y dejando al conde con su hija, muy molestos.
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