Una semana antes de su boda, Amelia, de 25 años, descubrió que su prometido la engañaba con su mejor amiga Lisa… y que ella está embarazada, sintiéndose asqueada, decepcionada y traicionada, Amelia se negó a derramar una sola lágrima porque no les daría el gusto de verla rota, así que en silencio, trazó un plan: avergonzarlo públicamente el día de la boda y poner fin a una relación construida sobre mentiras y lo que comenzó como una humillación planeada se convirtió en el primer paso hacia una nueva vida, donde Amelia ya no será la víctima, sino la autora de su propio destino.
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Capítulo XI: El respeto detrás del silencio
Amelia luego de lavarse la cara y corregir su maquillaje regresó con el grupo, y debía admitir que se sentía más tranquila además de que el tema no se volvió a mencionar, sino que por el contrario hablaron de lo que harían durante los próximos dos días porque el cliente acababa de llamar al equipo para pedir una serie de fotografías en otra locación.
—Amelia hay un cambio de planes y vamos a regresar el martes — anunció Emilio
—¿El martes?, yo pensé que regresaríamos el día de mañana—respondió Amelia sorprendida.
—Ese era el plan original pero el cliente al revisar las imágenes decidió añadir una locación más — explicó Emilio.
—Esto es mejor de lo que esperaba — admitió Amelia con una sonrisa pensando en que eso le evitaría encontrarse con la pareja de traidores.
Mientras tanto en su pequeño apartamento tipo estudio, Lisa yacía acostada en su cama sintiendo que el mundo giraba a su alrededor, y en un momento de debilidad le envió un mensaje a Amelia para decirle que se sentía mal esperando que como en el pasado viniera en su ayuda, pero lo que recibió fue un escueto “lo siento no me encuentro en la ciudad”.
Entonces le escribió a Tomás, y su respuesta fue más desconcertante: “Felicitaciones lo lograste, vamos a casarnos este viernes, pero no puedo ir porque hoy estoy celebrando con mis amigos así que no estoy disponible”.
—¿Lisa que quieres?, ¿Por qué me llamas a esta hora? —le dijo su madre tras contestarle después de varios intentos.
Lisa al verse sola decidió llamar a su madre, y luego de varios intentos esta finalmente le atendió el teléfono con un tono de impaciencia.
—Mamá me siento muy mal— respondió Lisa con un tono quebrado.
—Tienes 25 años así que deja de comportarte como una niña, y si te sientes tan mal ve a emergencias— dijo antes de colgar la llamada.
Lisa no pudo hacer más que soltar una carcajada muy amarga, no porque estuviera feliz sino porque cada decisión que había tomado la hundía un poco más.
—Pero al menos Tomás se va a casar conmigo, así que no voy a ser madre soltera—se dijo a sí misma intentando convencerse de que todo estaría bien.
A la mañana siguiente Tomás tenía una resaca terrible, le palpitaba la cabeza y tenía mucha sed y mientras bebía un sorbo de agua, revisó su teléfono y se dio cuenta de que Amelia solo le había enviado un mensaje, y si bien era amable algo se sentía diferente y puede que no la amara, pero estaba acostumbrado a sus cuidados así que decidió escribirle y para su asombro ella tardó mucho tiempo en responderle.
—¿Por qué no entiendes que no tengo ganas de hablar contigo? — se preguntó Amelia con sarcasmo.
El rostro de Amelia solo mostraba su desagrado, a medida que leía el mensaje y pensaba en lo falso que era Tomás y en cómo no se había dado cuenta antes, pero eso no fue lo peor, sino que al no responderle el mensaje Tomás la llamó y por descuido terminó atendiendo la llamada.
—Mely, ¿Por qué no respondes mis mensajes? —preguntó Tomas con impaciencia.
Amelia puso los ojos en blanco y resopló con enojo y agradeció no tenerlo en frente porque no sabía si se podría controlar.
—Tomás estoy en medio de una sesión de fotos, ya te lo expliqué, cuando estoy trabajando no puedo estar pendiente de mi teléfono.
Tomás no estaba preparado para esa respuesta porque no estaba acostumbrado a que ella le respondiera de esa manera además de que no consideraba el trabajo de Amelia tan demandante e importante como el suyo.
—¿Qué tan difícil es vestir a una mujer que todo le queda bien? — preguntó Tomás en tono de burla como si fuera un comentario inofensivo.
Amelia en el pasado le había explicado que no se trataba solo de vestir a una persona, se trataba del concepto, tomar en cuenta el entorno y la imagen que se deseaba transmitir, pero ya estaba cansada de explicarle algo a una persona que obviamente no comprendía cuanto esfuerzo había tras una fotografía que parecía espontánea, pero tras ella había, precisión, e intuición, pero en especial arte.
—Ya hemos hablado al respecto Tomás, pero es obvio que no quieres comprender.
Tomás se dio cuenta de que ella estaba enojada y no quería que a solo una semana de la boda discutieran.
—Disculpa Mely, es que no entiendo porque a una semana de la boda, decidiste salir de la ciudad.
—Tú también estabas de viaje
—Es distinto
—¿Por qué es distinto?
Tomás sentía que la palpitaba la cabeza y no estaba de humor para esta conversación y ponía su mejor esfuerzo para no perder la paciencia.
—No puedes comparar tu trabajo con el mío— dijo finalmente como si eso cerrara la discusión.
Amelia soltó el aire que estaba conteniendo porque esto era casi tan ofensivo como cada vez que le sugería bajar de peso.
—Tomás voy a hacer como que no escuché lo que acabas de decir, y si lo que te preocupa son los preparativos de la boda, descuida por que todo está listo.
—Mely no necesitas ser tan grosera
—No estoy siendo grosera, lo que pasa es que tú y tu madre quieren una ceremonia fastuosa, pero ni ayudan ni aportan, todo lo he hecho yo y lo ha pagado mi familia.
Amelia colgó la llamada porque estaba a punto de perder los estribos y la razón por la cual pudo cancelar la boda tan fácilmente era que no solo asumió toda la planificación, sino que los gastos fueron pagados íntegramente por su familia.
—¡Amelia! — gritó Tomás al teléfono, pero ya era tarde porque había colgado.
Amelia apagó su teléfono porque no deseaba hablar con Tomás en ese momento y por mas que él intentó comunicarse al final se dio cuenta de que era imposible.
—¿Te parece que esa es la forma en la cual le debes hablar a tu prometida? — preguntó una voz grave a su espalda.
Tomás se sobresaltó porque no se dio cuenta del momento en el cual su padre entró en la cocina.
—Papá … no escuché entrar.
—Esa era la idea, de otro modo, ¿Cómo iba a enterarme de que mi hijo es un patán con la mujer con la cual va a casarse?
—Estás malinterpretando las cosas —replicó Tomás, sintiéndose muy incómodo.
—¿Malinterpretando? No, hijo, me parece que lo estoy entendiendo demasiado bien.
Richard al igual que Tomás tenía una resaca terrible, abrió la nevera y se sirvió un vaso de agua fría, observaba a su hijo de reojo, negó con la cabeza y sintió mucho disgusto.
—No me hagas perderte el respeto, Tomás — dijo con una fría calma antes de tomar las llaves de su auto y salir cerrando la puerta de un golpe seco.
Tomás observaba a su padre y estaba asombrado de su actitud y se preguntaba porque todo se estaba volviendo tan complicado.
—Que dramático es mi papá—murmuró intentando convencerse a sí mismo de que todo estaba bien.
Le escribió a Lisa para decirle que iría a visitarla porque después de todo Amelia regresaría al día siguiente.
—Cuando regrese a Amelia la voy a poner en su lugar porque como se le ocurre colgarme el teléfono—murmuró con tono agrio.
Cuando llegó a la casa de Lisa y la vio con ese aspecto tan lamentable sintió un profundo disgusto, ademá el apartamento, aunque estaba limpio olía a vómito y ella tampoco estaba dispuesta como antes a complacerlo, estaba pálida y hambrienta, no era un enfermero, ni sabía cocinar, él solo vino a tener intimidad no a cuidarla.
—¿No se suponía que al tercer mes pasaban las náuseas matutinas? — preguntó Tomás con impaciencia.
Lisa yacía en su cama con los ojos cerrados y un gel frío en la frente, quería maldecirlo y exigirle que se pusiera en su lugar por un momento, odiaba el hecho de que solo ella sintiera los efectos del embarazo, pero acababa de descubrir que Tomás distaba mucho de ser un príncipe azul y era evidente que no sería un padre de los que ayudan sino de los que esperan que las mujeres lo hagan todo.
—Pues ya ves que no, Tomás por lo menos compra algo de comer, estoy muy mareada debido al hambre
—Esta bien pero no vine para esto.
—Bueno esto es lo que hay
—Pensé que eras más divertida.
—Por ser tan divertida es que terminé en esta situación—Lisa no pudo decir más nada, porque las nauseas volvieron y tuvo que ir al baño mientras Tomás tenía arcadas.
—Que asco—dijo Tomás con desagrado.
Ezra le envió un mensaje a Amelia, pero no recibió una respuesta, sin embargo, no se preocupó porque sabía que ella estaba en medio de una sesión de fotos fuera de la ciudad y que en ese momento debía estar muy ocupada, y lo comprendía muy bien porque le pasaba lo mismo, de hecho, él estaba en medio de los preparativos de un banquete para esa tarde lo cual fue un pedido de última hora.
—Gracias por aceptar a pesar de la prisa — dijo el cliente.
Ezra esbozó una sonrisa mientras con mucha agilidad cortaba ingredientes y revisaba que cada uno luciera perfecto, porque era un perfeccionista cuando se trataba de su trabajo pero en especial era una persona que sabía cuándo dar espacio y respetar el silencio de la otra persona.
Lisa le tocará aprender que la amistad se traiciona y envidia.
Tomas a no ser interesado y valorar a la persona que lo ama.
Isabel a ti te tocará más duro porque con tu egoísmo y arrogancia perderás a Richard y que harás porque no sabes lo que es trabajar.
Lisa alias cerebro seco como se le ocurre que se puede ir a vivir a una casa con unos recién casados aunque eso no se dará otra loca más.
Tomas ni te imaginas el karma que te vendrá tu casamiento con Lisa, el divorcio de tus padres, te quedarás sin boda con Amelia, tu madre y tú se quedarán a la deriva sin casa y de paso con un caso con un mafioso 😱😱😱
Amelia ahora se enfrentará a Isabel con que mentira le saldrá su suegra 🤔🤔🤔🤔❓❓❓❓❓
Lisa que cara dura eres llamar a Amelia para pedirle ayuda porque su cuñado la mando a desalojar y no tiene a donde vivir por andar de zorra te darás cuenta muy tarde que no recibirás ayuda y tampoco cuentes con Tomas y tu futura suegra porque esos están guindando y no son un racimo de uvas 🍇 🍇 🍇 🍇😱😱
Amelia se te despertó lo malévola que llevas adentro acorraló a Tomas para casarse el viernes sabiendo que lo hará con Lisa buena jugada y mientras Miguel le mando un caso a Tomas difícil de resolver.
Maratón Maratón Maratón Maratón Maratón Maratón Maratón Maratón Maratón Maratón Maratón Maratón 🙏
Ezra está babeado por Amelia y el dice que ella no era gordita y quiere saber el por qué y como paso a esa talla pero igual la quiere si ya se extrañan que más puedes pedir.
Amelia es que no te haz dado cuenta que eres bella por dentro y por fuera por eso Ezra está feliz ya se dió cuenta que la boda está cancelada y tiene una oportunidad de conquistarte.
Tomas otro desgraciado aparte de que embaraza a Lisa y va a verla para quitarse el estrés con sexo porque para eso es lo que sirve y está mal con los síntomas y el está incómodo que asco de hombre porque no te cuidaste tú.
Amelia a ti te gusta Ezra porque el está loco por ella.
Tu padre Richard está abriendo los ojos de como es el trato que le das a tu prometida.
Lisa por tu mal comportamiento te quedarás sola con tu hijo porque una madre viene al rescate de su hija si está enferma pero tú madre le importa tres pepinos si estás bien o mal y por envidiosa dañaste a las únicas personas que te querían y apreciaban Amelia y su padre Miguel que mal agradecida.