El Omega Y El Demonio.

Riley siente el calor aumentando en su cuerpo, pese a que Hayden se ha detenido, quizás se deba a las feromonas del alfa que aun le causando excitación y estando sobre el regazo de Hayden, puede notar que no es el único en tal estado.

— lamento ponerte en esta situación...— menciona Riley.

— esta bien, esto ayudará a alejar a ese imbécil.— responde Hayden.

Hayden estaba sufriendo, era difícil no saltar sobre el omega y hacerle de todo, su aroma era tentador, pero, no quiere hacerle nada, no si este no le ha dado su permiso, no piensa actuar como todos esos alfas que solo buscan satisfacer su propia lujuria sin pensar en el daño que causan.

Riley apenas estaba logrando aguantar aquella situación, por lo que, al levantar la vista y tener tan cerca el rostro del alfa, lo observa detenidamente, sin duda desde que lo conoció, pudo notar que era bastante atractivo y tenerlo tan cerca le hace ver a detalle esos ojos color rojo, eran exóticos sin duda, Hayden se había quedado quieto. Para Riley fue irresistible, así que le abraza por el cuello uniendo sus labios en un beso desesperado, Hayden dejándose llevar por la feromonas, no duda en corresponder el beso, abrazando de la cintura al omega, mientras saborea sus labios y juguetea con su lengua.

Ambos se estaban dejando llevar, la atracción era irresistible, sus cuerpos estaban deseando ese momento, Hayden desliza sus manos hasta meterlas nuevamente bajo la camisa del rubio y este ahoga un jadeo entre besos, al escucharlo, Hayden reacciona y rompe el beso, se estaba dejando llevar, sabiendo que Riley no estaba en sus cincos sentidos en ese momento.

— es mejor que vayas a otra habitación, con la marca, es suficiente para alejar a ese hombre.— le aparta sujetando sus hombros.

— e-esta bien...siento causarte este problema, si quieres yo podría...—

— no, no haremos nada y no quiero que hagas algo así solo por agradecimiento.— Hayden levanta la vista hacía Riley.

Su respiración era agitada y su cuerpo estaba doliendo, pero no se dejaría llevar por su instinto.

— siento haberte puesto en este problema...—

Riley también sentía su cuerpo caliente, pidiendo ser aliviado por el alfa que tiene frente a él, pero si este no desea hacerlo, no le puede insistir, pues seguramente debe ser difícil para él debido a que él no es el verdadero Riley. El rubio sale corriendo de la sala y en su camino hacía su habitación, Susan le sigue, ella es beta, así que no siente las feromonas. Riley le pide traerle un supresor y enviar uno a Hayden para que este pueda calmarse.

Tras la orden, Riley se metió al baño, necesita aliviarse un poco mientras Susan regresa con los supresores. Hayden por su parte, estaba siendo atendido por uno de los sirvientes beta, quien le suministra el supresores a modo de inyección, para que sea más efectivo.

.

.

.

Ya que todo se ha calmado, Riley debe prepararse para asistir a esa fiesta de té, ya verá esa mujer, su hijo no logrará nada y además se dará cuenta que no es rival para el alfa que le ha dado su marca temporal, pues aunque intente someterlo con sus feromonas, éstas no funcionarán.

Al llegar, es recibido por el mayordomo de la familia, quien lo guía hasta el salón de té, donde ya la duquesa Ferguson y otras damas estaban presentes, la mujer se paro a saludar y le lleva hasta la mesa presentándolo ante todas, las mujeres que estaban presentes, algunas son alfas y éstas pueden notar feromonas muy fuertes viniendo del omega, lo cual les hace ver que este ya tiene pareja, mientras que la duquesa, siendo beta no sabe de esto. El té se comienza a servir y todo transcurre normal, hasta que llega el hijo de la duquesa, Manson, quien saluda a todas las mujeres y tan pronto ve a Riley sonríe, observando al rubio con morbosidad, pero tan pronto se acerca a saludar, siente el aroma de un alfa, las feromonas de este se combinan con las de Riley y era un aroma que le causaba mareo, esto le hizo alejarse y se retiro de inmediato.

La duquesa al ver esto, se va tras su hijo, quiere saber que ha pasado y este le explica que Riley ha sido marcado ya por un alfa y aunque se nota que es una marca temporal, el aroma del alfa que lo marco es muy fuerte, incluso si intenta usar sus propias feromonas, no puede repeler las de alfa que lo marco y no podría someterlo.

— es un omega, no importa su aroma, solo llévalo a un lugar donde nadie lo escuche, eres más fuerte que él.— le exige la duquesa.

— podría hacer eso, pero si entro y le pido que me siga, no vendrá.— se queja.

— haré que las demás salgan y cuando estemos en el jardín, aprovecha para llevártelo, no lo dejes ir y si es posible marcalo, así el rey no podrá negarse a una boda con él.—

"¿Pero que es lo que esta diciendo duquesa?"

"Ella quiere que abusen del príncipe, no creí que llegase a tanto."

"Por los dioses, que atrocidad."

Riley había hecho que las mujeres le siguieran hasta ese lugar, diciendo que deberían ir a dar un paseo por jardín ya que era hermoso, por supuesto, las guió por el lugar contrario al jardín, hasta llegar a ese salón donde la duquesa y su hijo hablaban.

— du-duquesa Ferguson...yo en verdad creí que estaba siendo buena persona conmigo...pero esto...usted no sabe por lo que yo he pasado...y planea hacerme algo así...— Riley se muestra con los ojos llorosos.

La duquesa y su hijo estaban pasmados ante todos, no imaginaron que serían escuchados por esas mujeres y algunas los miran con enojo, claro, algunas de éstas tienen hijos omegas y saben lo mal que la pasan sus hijos ante la presencia de alfas como Manson, que solo buscan someterlos por creerse superiores.

— no es lo que piensan...han mal interpre...—

— lo escuche claramente, esta instruyendo a su hijo para que me vi*le...es usted una persona despreciable, mi padre sabrá esto...—

Riley se da la vuelta y se apresura para salir de ese lugar, por lo que la duquesa le ordena a su hijo detenerlo, las mujeres que estaban presentes se van contra la duquesa, insultando a la mujer por planear algo tan horrible. Riley casi llegaba fuera cuando Manson le agarra del brazo y lo intenta arrastrar hacía un salón.

— al menos no quedaré con las ganas de divertirme contigo...—

— ¡ha!lamento decir que sí, te quedas con ganas.—

Una flama azul cubre el brazo del rubio y quema la mano de Manson, quien se sorprende al ver que el omega puede usar magia. Pero comienza a gritar de dolor ya que su mano estaba quemando.

— maldito...voy a acabar contigo, puta.— grita molesto.

Riley solo sigue su camino y sube a su carruaje, pidiendo que regresen a la mansión. Por ahora solo se irá, pero piensa volver para terminar de quemar a ese hombre que se atrevió a pensar en tocarlo.

...