El Cachorro Del Rey

El pequeño Alain estaba en el jardín trasero con sus abuelos, había una piscina, pero aun no podía entrar pues no podía nadar bien todavía, aunque le encantaba el agua prefería esperar a su mamá para que entrara con él.

Así que mientras se entretenía jugando con sus cochecitos que su abuelo Frank le había regalado.

- Alain\, ¿Quieres galletas? – Aurora llegó al jardín y coloco un plato de galletas sobre la mesa que tenían ahí.

- ¡Si quiero! ¡Loki también quiere! – Grito emocionado dejando sus juguetes y acercándose a la mesa.

- Solo dile que se controle\, hice suficientes para los dos – dijo Aurora con nervios recordando la última vez en la cocina.

- Si\, abuelita\, gracias – Alain se sentó en una silla y empezó a comer las galletas. - ¡Deliciosas! – Grito emocionado mientras tomaba otra con su mano desocupada.

Astrid llegó en ese momento, muy emocionada por las nuevas noticias, saludo a sus padres dándoles unos besos en la mejilla y luego cargo a Alain y lo lleno de besos.

- Mami\, te extrañe – El pequeño rodeo el cuello de su madre con sus cortos bracitos.

- Y yo a ti\, mi amor ¿Cómo te has portado con los abuelos? – Preguntó sentándose en la silla con Alain sobre sus piernas.

- Muy bien\, Loki dijo que les agrada y también los protegerá – Comentó mientras tomaba otra galleta – Solo deben darles más galletas deliciosas – Dijo el pequeño mirando a su abuela con ojitos tiernos.

- Loki\, eso es chantaje – dijo Astrid\, sabiendo que el lobo de su pequeño estaba escuchando.

- Pero está bien\, me encargare de preparar galletas especiales para mi nieto y por supuesto para Loki – Dijo Aurora sin pensarlo.

- ¿Cómo te fue hija? – Preguntó Frank y deduciendo por la felicidad de su hija sabía que traía buenas noticias.

- Muy bien\, me dieron dos semanas para entregar el acta y lo mejor es que…- Hizo una pausa- ¡Me dieron el trabajo en el palacio real\, como asistente! – Grito emocionada.

Frank y Aurora aplaudieron por esa noticia, así su hija tendría más oportunidad de hablar con el rey y solicitar su ayuda con el registro del pequeño.

- Empezare el lunes – Agregó y miro a Alain\, ahora su felicidad se había pausado pues le preocupaba su pequeño\, ella tenía que viajar al palacio para poder trabajar.

- Tranquila\, nosotros cuidaremos de él – Dijo Aurora entendiendo la preocupación de su hija.

- Pensaba inscribirlo al colegio\, sus documentos están en revisión así que… - Miro a sus padres dudosa.

- Claro\, podríamos hablar con Samantha\, ella es la actual directora del colegio – Dijo Frank.

Astrid sonrió, conocía a Samantha desde niñas, miro a la casa de a lado ella vivía ahí o eso es lo que recordaba.

- Llega normalmente por la tarde\, tal vez podrías ir a visitarla y hablar con ella – Comentó Aurora.

Astrid asintió, por supuesto que lo haría, aunque sabía que sus padres cuidarían bien del pequeño Alain, él también necesitaba continuar con sus estudios e ir aprendiendo de sus verdaderos orígenes, aunque también le preocupaba el hecho de que pudiera perder el control de su lobo.

Alain había escuchado la conversación, comía tranquilamente sus galletas, le daba temor regresar de nuevo a la escuela y lo rechazaran por ser “raro”, pero no quería preocupar a su mamá, ahora que ella iba a trabajar de nuevo y tampoco quería ser una carga para sus abuelos.

Así que estaba decidido, él iría al colegio de nuevo y se portaría bien, no dejaría que nadie lo viera platicando con Loki y lo mantendría en secreto para que no le dijeran raro y pudiera tener amigos.

- Yo puedo – Susurro en un bajo susurro.

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El lunes llegó más rápido de lo esperado, Astrid ya estaba lista para ir a su nuevo trabajo, todas sus esperanzas estaban puestas en conocer al rey Lycan y que aceptara ayudarla con el registro de Alain.

- Mami\, que tengas un gran día en el trabajo – Dijo Alain sentado en la cama aún con su pijama color azul.

- Gracias mi amor\, pórtate bien con los abuelos ¿Sí? – Se acercó a él y se sentó a su lado – Dile a Loki que se mantenga tranquilo…- Agregó con cierto temor en sus palabras de que algo pasara en su ausencia.

- Si\, mami\, tranquila – Alain se puso de pie en la cama y la abrazo.

Astrid respondió a ese abrazo con mucho amor, no había tenido oportunidad de hablar con Samantha sobre el ingreso de Alain al colegio, pero lo haría esa tarde una vez que terminara su primer día de trabajo.

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Astrid condujo hasta el palacio real, estaba a tan solo treinta minutos de la manada, así que llego antes de la hora citada, pero a ella eso no le importaba prefería llegar antes de tiempo, que tarde. Mostro al guardia el mensaje que había recibido durante el camino, el cual le daba un permiso provisional para entrar al palacio.

- Adelante – Dijo el guardia y dio la seña para que abrieran las enormes rejas del palacio.

Astrid miro con asombro el palacio, era la primera vez que estaba ahí, lo había visto en fotos, pero no se comparaba para nada con la realidad, era maravilloso.

- Es…exagerado – Dijo refiriéndose al tamaño. Se estacionó y bajo del coche.

Camino hasta la entrada de personal, el palacio era tan grande que estaba dividido por diferentes secciones, así que ella solo estaría en el área de trabajo. Tomo asiento en la cómoda sala de espera ahí estaría hasta que la llegara su turno de ser atendida por el Beta del Rey.

El elevador se abrió de par en par en ese instante y salió Danilo mantenía su mirada fija en su teléfono.

-Buen día - Dijo, sin dejar de ver el teléfono.

- Buen día - Respondió Astrid mirando al hombre recién llegado\, lo reconoció de inmediato por las fotografías que había visto en internet.

Danilo se detuvo después de dar unos pasos y se giró para ver a la chica, sonrió al ver quien era.

- Señorita Astrid Cameron\, ¿Cierto? – Pregunto con una leve sonrisa.

- Si\, Beta – Respondió con calma.

- Es muy temprano aún para su cita- Comentó mirando la hora del reloj de su teléfono.

- Si\, bueno\, me gusta llegar a tiempo al trabajo – Respondió con seguridad en sus palabras.

- Perfecto\, acompáñeme\, empezaremos con su contratación – Guardo el teléfono en el bolsillo de su elegante saco color beige.

Astrid se levantó de su lugar, ella vestía un traje formal, falda tipo tubo larga hasta el inicio de sus rodillas color azul marina y una blusa blanca de mangas voluminosas que terminan ajustadas de las muñecas, tacones altos color azul marino, su cabello estaba suelto y lacio, un maquillaje no muy cargado, con sus labios pintados en un tono rosa pastel.

Siguió a Danilo hasta su oficina, él le ofreció asiento en una de las sillas que estaba frente a su escritorio.

- Muy bien\, señorita Cameron\, me gustaría hacerles unas preguntas- Dijo Danilo con formalidad- En su hoja de vida dice que estuvo trabajando con los humanos\, ¿por qué? – Preguntó.

- Bueno\, pasaron algunas cosas en la manada así que decidí simplemente irme lejos y empezar de nuevo – Respondió\, por un momento pensó que él la recordaba.

- Entiendo. ¿Por qué regreso? – Preguntó.

Astrid pensó en su respuesta, decirle la verdad sobre su hijo o no.

- Quiero que mi hijo crezca donde pertenece… - Respondió.

Danilo entrecerró la mirada ante su respuesta.

- ¿Tiene un hijo? – Preguntó.

- Si…no lo agregue en mi hoja de vida\, por miedo a ser rechazada\, pero le prometo que no será impedimento para cumplir con mi trabajo – Explicó rápidamente con miedo a que la rechazaran.

- No\, si\, entiendo…Solo me sorprendió un poco\, se ve muy joven – Sonrió.

Danilo pensó en la situación, la idea de que ella tuviera un hijo complicaba las cosas, y empezaba a preocuparle la reacción del Rey sobre eso, leyó de nuevo la hoja de vida de Astrid, en el apartado de su estado civil estaba en blanco.

- ¿Está casada? – Preguntó\, su trabajo dependía de esa respuesta\, si decía que sí\, simplemente no la aceptaría no quería que su rey mandara a matar a un hombre indefenso solo por qué esta obsesionado con la mujer.

- No\, soy madre soltera – Respondió.

Danilo asintió, cerró la carpeta y empezaba a dudar con darle el trabajo a Astrid, pero también sabía que entre todos los candidatos era la que más experiencia tenía para el puesto así que se arriesgaría.

- Perfecto\, su trabajo es fácil una vez que se acostumbra al Rey\, normalmente no esta de buen humor – Empezó a explicar mientras sacaba de un cajón una tablet y un celular- Aquí esta la agenda del día del rey\, todo puede modificar de acuerdo a las necesidades\, así que deberá estar atenta de los cambios – Le entregó la tablet – En este teléfono están tres número que nadie sin autorización debe tener\, El gamma del Rey\, un servidor y sobre todo el número de su majestad\, por nada del mundo debe ser revelado – Le entregó el dispositivo móvil.

Astrid miró la tablet y el celular, los dos eran demasiado importante, era como tener la vida del rey Lycan en sus manos, suspiró, tenía que ser muy cuidadosa.

- Entiendo – Respondió con decisión.

Danilo sonrió y luego saco unas tarjetas.

- Si necesitas hacer alguna compra que su majestad requiera\, usa esta tarjeta y está es tu credencial\, te dará acceso al palacio – Le entregó ambas tarjetas.

- Gracias – Respondió mirando su credencial\, solo llevaba su nombre y su id de empleado. Sin foto.

- Ahora – Dijo mirando la hora de su reloj – Su majestad esta por llegar\, tiene una reunión con el líder de los ancianos – Comentó y la miro de nuevo- ¿Podrías preparar un café para él? Tengo que preparar la sala de juntas y el personal llega dentro de media hora – Comentó.

- Claro que sí\, ¿Dónde puedo hacerlo? – Preguntó\, no era algo que le molestara\, pues era algo que hacía en su trabajo anterior.

Danilo se levantó y salió con ella guiándola hasta la pequeña cocina, le mostro donde se encontraba todo para preparar el café y también como le gustaba tomarlo al rey.

- Cuando termines\, puedes llevarlo a la oficina de rey\, es la última del pasillo – Comentó Danilo\, sacando su teléfono.

- Claro – Respondió Astrid concentrada en preparar el café.

Danilo salió de la pequeña cocina y se dirigió a la sala de juntas para preparar todo para la reunión, ya se imaginaba lo que pasaría, el líder de los ancianos debía estar molesto por lo que su majestad hizo a su nieta, pero tampoco era como si Kaelen fuera a dejarse, después de todo él era el rey.