James Jones, J.J es un hombre guapo, orgulloso y sexy, hijo único de la famila más rica y poderosa de la ciudad. Acostumbrado a tenerlo todo al precio que sea.
Casandra Howell una joven sencilla, tímida, y solitaria, enamorada desde niña en secreto del joven Jones quien era diez años mayor que ella. Pero Casandra creció con problemas de autoestima debido a que de niña fue obesa, y su hermana mayor Monique en cambio si era una auténtica belleza.
El destino de Casandra pondrá su voluntad a prueba cuando, un día se despierta en la habitación de un hospital y le informan que fue drogada y abusada sexualmente.
Alguien le había robado su virginidad y su inocencia. Y ella no recordaba nada.
Cómo pudo ese encuentro de una noche cambiarlo todo?.
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Capitulo XXI.
Casandra despertó temprano a la mañana siguiente, un débil rayo de sol se filtró por la ventana e iluminó su rostro. Se estiró adormilada y descubrió que estaba en vuelta en las sabanas de seda azul de la habitación de James, entonces recordó con claridad su terrible comportamiento de la noche anterior. Miró hacia el otro extremo de la habitación donde se encontraba el sofá vacío, James al parecer se había levantado hace ya buen rato.
Casandra sintió dolor en el corazón. Cómo podía enfrentarlo después de lo sucedido ? Él pudo haberle hecho el amor, sin embargo se detuvo antes de que las cosas llegarán demasiado lejos. Por qué?. La joven frunció el ceño.
Nunca había tenido novio, no sabía nada al respecto. Pero estaba segura que James la deseaba, más sin embargo no la tomó anoche. Él tenía algo especial, una especie de poder sobre ella que hacía que se le acelerará el pulso. Que tenía él que el solo hecho de ver su rostro, tenerlo cerca, le robaba el aliento.
"Lo Odiaba", dijo una vocecita interna.
Él abuso de ella sexualmente, dopandola, la uso y la lastimó, destruyó su vida y le causó heridas tan profunda que tardarán en sanar. Pero realmente lo odiaba?
Casandra se levantó de la cama, y fue hacia su habitación, necesitaba con desesperación tomar una ducha y lavarse el cabello antes de hablar de nuevo con él. Necesitaba recobrar el dominio de sí misma primero.
Encontró a James en la cocina preparando el desayuno, el ambiente olía realmente delicioso, después de todo no era solo una cara bonita. Pensó la joven. James al sentir su presencia se alejó de la ventana desde donde observaba el paisaje pensativo y serio.
_ Tienes hambre_ le preguntó sin expresión en el rostro.
_ Si. Gracias_ dijo ella sonrojándose.
La presencia del hombre parecía llenar la cocina mientras servía el desayuno, se sentó a la mesa frente a ella, muy consciente de la intimidad del momento. La joven sentía la garganta cerrada, y seca, no podía comer, simplemente movía la comida de un lado a otro en el plato con la esperanza de que él no lo notara.
_ No voy a saltar sobre ti, Casandra_ comentó James de pronto.
_ Lo lamentó, es que no tengo hambre, me duele la cabeza_ mintió ella y el río burlón.
_ Se llama resaca, y ocurre cuando abusas del alcohol. Y a pesar de que te crees una experta en decir mentiras. No sabes fingir Casandra, a diferencia de las otras mujeres. Y por favor mantente alejada de las botellas de vino_ se burló él_ Trata de relajarte_ miró el resto pálido de ella_ Haces que está situación sea mucha más difícil para ti.
_ No estoy acostumbrada a beber, solo lo hice para calmar los nervios, y no me compares con ninguna otra, yo soy como soy y punto_ dijo ella con un toque de celos en su voz_ Me creas o no, no te he mentido.
_ Está bien Casandra ya veo que seguirás teniendonos en esta situación. Hoy voy a visitar a una vieja amiga, no creo que venga a comer. Así que descansa todo lo que quieras_ dijo él en tono amable.
_ Una vieja amiga?Acaso es una rubia despampanante como las que te gustan a ti_ dijo la joven levantando de la mesa, y dejando su plato en el fregadero_ Que quieres que haga mientras tú sales a ver a otra mujer esperarte aquí con la mirada agachada.
_ Si eso estaría bien para mí_ se burló él.
_ Eres un ..._ escupió la joven
_ Si Casandra ya sé lo que piensas de mí y no me importa. Puedes guardarte tus insultos_ dijo James con desdén.
_ Que clase de hombre eres?_ dijo ella herida.
_ Ese tonito lastimero conmigo no te va a funcionar. Soy un hombre Casandra tengo necesidades, y supongo que una mujer tan reprimida como tú sabrás eso. Déjame en paz, me acostare con las mujeres que se me de la gana, cuando quiera. Tu no eres nada para mí_ gritó él y salió de la cocina.
Casandra sentía como la ira hacia que su cuerpo temblaba, tenía deseos de herirlo así como él la heria a ella, apretó los puños con tanta fuerza que se enterró la uñas en la palma de la mano. Como aquel hombre podía ser tan cruel, ella era su esposa, él así lo había querido, y sin embargo la maltrataba y la humillaba cuando quería. Cómo podía ella ser capaz de aguantar seis meses de sufrimiento y dolor a su lado, como podía ser tan tonta de permitir que él la tratará así. Era demasiado obvió James era experto depredador ella solo era un cervatillo asustado bajo sus dientes filosos, una presa fácil para él.
La joven sintió como su mundo de destrozaba por segunda vez en el transcurso de unos meses. Había creído que el peor día de su vida había sido el día que asistió al baile de máscaras y los días que siguieron fueron un aderezo. Sin embargo eso era juego de niños al compararlo con el dolor que retorcía su entraña en ese momento.
Debió saberlo, pues todos las señales estaban allí, y Monique trato de decírselo una, y otra, y otra vez, cuando le repetía lo poca cosa que era, la insignicancia de su existencia. Enfadada, se enjuago las lágrimas con el dorso de la mano.
Todos tenían razón, al decir que ella se había confinado a una vida solitaria, y vacía, con sus libros como su única compañía solo para tener que evitar a enfrentarse a su patética vida, creando un amor ficticio con James para sentirse más viva, más humana, más normal, y que después esa fantasía le haya costado tan cara en la vida real, arrebatandole las esperanzas y sus sueños. Ella no tenía armas a su disposición para luchar contra un enemigo tan poderoso como James, para batallar por su supervivencia en un mundo duro y extraño, donde todos los ideales y valores que aprendió desde niña no servían para nada. Decidió que, sin importar cuanto lo amaba la batalla sería perdida bajo los términos de él. Y ella no estaba dispuesta a comprometer su alma, en una relación que jamás podría ser, era obvio que James no creía en ella, y Casandra ya no estaba segura que él realmente haya abusado de ella, la noche anterior le había demostrado que no se aprovechaba de las circunstancias. Pero ya eso no le importaba solo quería terminar con aquello que estaba segura la destruiría en mil pedazos.