Charlotte que fue engañada por el hombre que juraba amarla, vuelve en el pasado para cambiar su pasado y proteger a su esposo, a quien ella mato con sus propias manos tras haber sido manipulada.
NovelToon tiene autorización de Layla Polimet para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
capitulo 18- Matanza
Tal como Charlotte quería la noticia de que el marqués había echado a ambas mujeres fuera de la mansión, era algo que ella sabía que iba a pasar.
Desde el principio su padre había aceptado a esas mujeres por ella, en el pasado quería tanto a Eloise como para considerarla una hermana, pero ahora era diferente.
«Muy bien hecho, padre», sonrió poniéndose la capa.
— Lista, cariño. — Mira a Killian con una sonrisa asintiendo mientras que este igual se pone su capa.
Ambos habían salido del palacio sin ser vistos por nadie.
Eloise se encontraba con su madre en el carruaje. La mujer no dejaba de llorar, culpando a su hija por lo que estaba pasando.
— Todo eso es tu culpa; si hubieras abortado a ese fenómeno, no estaríamos en esa situación. — Regaña a su hija.
Ahora ambas se encontraban dirigiéndose en el palacio, no pensaban volver en aquel lugar que tanto le costó salir. Eloise pensaba que al ser madre de uno de los príncipes, tenían que aceptar.
No pensaba volver a ese lugar que tanto odia y jamás lo haría. El palacio era su única opción, ahí vería a Edwin y podría hablar con él.
Eloise que estaba a punto de responder, el carruaje se movió tan bruscamente interrumpiendo sus palabras.
— ¿Qué está pasando? — cuestionó mirando a su madre.
— No lo sé. — Tracy se aferra al carruaje intentando no caer. — ¿Qué está pasando? — aquellas palabras van dirigidas hacia el cochero, sin embargo, ni hubo ninguna respuesta y sin que pudieran hacer algo, el carruaje rebotó con ellos y terminó rodeando en el suelo.
— ¿Quién es? — Musitó Eloise arrastrándose en el suelo debido al dolor que el carruaje le impactó. Mira a su madre inconsciente al otro lado. — ¿Por qué? — Fue lo último que susurré mirando las dos figuras que tenía enfrente antes de caer inconsciente.
Cuando volvió a abrir los ojos, se encontraba en un lugar completamente desconocido. Sus ojos husmearon en el lugar buscando a su madre que no estaba por ningún lado.
— ¡Dónde estoy! — gritó enojada al no ver a nadie, se encontraba atada de pies y manos en el sitio. Al no recibir ninguna noticia y solo su voz hizo un eco en el sitio, se asustó de inmediato. — ¿Mamá? — preguntó asustada, buscando por cada rincón. — ¡Madre, dónde estás!
— Para recién despertar, eres muy ruidosa. — Mira hacia dónde proviene la voz.
— Charlotte. — Mira la chica sorprendida que entra, mirando Eloise con una sonrisa.
—¿Sorprendida?
—¡Por qué me haces esto! — explotó furiosa. — ¿Solo porque voy a casarme con Edwin? Por supuesto, sigues atrás de él como una maldita víbora. — Sus palabras se ven interrumpidas por la risa de la chica que resonó en todo el lugar.
— Pensé que eras más inteligente, Eloise. — Está ladeando la cabeza, sonriendo. — Crees que si estuviera haciendo esto por el bastardo de Edwin, les tendería una trampa a ustedes dos.
— ¿Qué? —pregunta incrédula. —¡Tú fuiste!
— Así es. — Admite Charlotte con una sonrisa. — Tenía planeado hacer que te casaras con Edwin y luego lo mataría y tú, como mi buen, hermanita, tomaría la culpa, pero cambié de planes. — Se cruzó de brazos.
— ¡Eres una maldita! — Hace un intento de lanzarse contra Charlotte, sin embargo, tanto las cadenas de su pierna y mano la retienen, ahora entiende por qué sus planes han ido de mal en peor. Todo porque Charlotte se entrometía. — ¡Crees que el Emperador no se enterrará de esto! — Forcejea furiosa. — Cuando él vea tu verdadera cara.
— Cariño, terminaste con ella. — Eloise abre los ojos sorprendida al ver a Killian pasar por la puerta.
— Su majestad. — Observa cómo abraza Charlotte por la espalda, hundiendo su rostro en el hueco del cuello de la chica, fulminándola con la mirada. Eloise no pudo evitar temblar asustada, mientras que Charlotte le regaló una sonrisa de burla.
—¿Qué decías? — Se burla Charlotte.
— Mi madre… — Mira a todos lados. — ¿Dónde está mi madre?
— No estás aquí para hacer preguntas, Eloise. ¿Qué le hiciste a tu hijo para que no pudiera hablar? — Eloise desvía la mirada sin ninguna intención de hablar.
— Yo que fuera tú hablarías. — Mira cómo está sacando una pequeña daga. — O te arrancaré los dedos uno por uno. — Está tiembla ante las palabras.
— No serás capaz. — Mira, Charlotte; sin embargo, esta se acerca con una sonrisa y la daga en su mano. Lo siguiente que se escuchó en el lugar, fue el grito de dolor de Eloise.
Por otro lado, Edwin, que junto a sus guardias habían conseguido entrar en el palacio con éxito, comenzó a deshacerse de los guardias que estaban vigilando el palacio discretamente.
Edwin estaba seguro de que ganaría porque les había tomado por sorpresa, así que no tenía miedo.
Melisa, que había escuchado el alboroto, sale de su habitación yendo directamente en la habitación de Eydan. El niño se encontraba escondido en un rincón de la habitación.
Edwin había comenzado a asesinar tanto como los guardias y las doncellas del palacio, aquel lugar se había convertido en un mar de sangre.
Melisa se encarga de esconder el pequeño antes de que la puerta fuera abierta de una sola patada.
—¿Dónde está ese bastardo? — rugió con furia buscando a Eydan. El primero que mataría era ese niño, pero no encontró más que su madre.
— ¿Qué crees que estás haciendo, Edwin?
— Estoy tomando lo que siempre me debió pertenecer, madre. — Sonrió cínicamente.
Por otro lado, Killian se encontraba afuera del lugar, mientras que Charlotte hacía de la suya dentro. Mira el ave que viene y se posa en su mano, ahí pudo ver una carta, la saco y envío al ave de vuelta.
Abrió la carta leyendo lo que contenía.
— Edwin. — Su rostro cambió a uno furioso apretando la carta que tenía en su mano.
Charlotte había salido del lugar mientras limpiaba su mano, mira el rostro de Killian y de inmediato supo que algo estaba mal.
— ¿Qué pasa?
— Edwin ha atacado el palacio. — Charlotte abre los ojos sorprendida, no esperaba este suceso, ya que esto nunca pasó antes.
— ¿Qué piensas hacer? — Mira a Killian, quien sonríe aplastando la carta en su mano.
— Ya he sido demasiado amable con él. — La chica lo mira sin entender, pero sabía que él tenía algo planeado, su rostro lo mostraba.