Fernanda y Francisco.
Una historia de amor que va mas alla de todo los prejuicios.
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Cap 11
Estaba esperando para que el asesor del banco, me atendiera Don Martin nuevamente me dio permiso, para solucionar lo del banco.
El asesor estaba revisando todos mis datos, solo pienso sacar 3 millones no quería endeudarme mucho y su cuota no sería mucho.
El asesor se disculpó conmigo, y salió fuera de u oficina hablo con una compañera de trabajo y esta tecleo su computadora luego vi que intercambiaron algunas palabras y el asesor volvió en donde yo estaba.
_ Señorita Castillo, no hay ningún problema, todos sus documentos están bien, el préstamo que usted pide no es mucho y con el sueldo que usted tiene, tranquilamente le vamos a poder dar, pero hay pequeño detalle _ me dijo y lo mire confundida.
_ Usted esta casada _ me dijo y llevé mi mano al rostro.
_ No es cierto _ le dije y él asintió.
_ Necesitamos la firma de su esposo _ dijo y solté un largo suspiro.
_ Pero si no mantengo contacto ni relación con el _ le dije.
_ Lo siento muchísimo, señorita, pero son parte de nuestra política, y no podremos saltarlo _ me dijo.
_ Ya están todos los papeles solo falta la firma de su esposo y ya te entregamos de inmediato el préstamo _ me dijo y solo me quedo asentir.
_ Mañana, a primera hora o esta tarde vendré con mi marido, puede esperar verdad _ le dije y él asintió.
_ Claro que si señora, además con la firma de su marido el banco puede darle mucho más _ dijo y solo asentí.
_ Muchas gracias le esperamos de vuelta _ le dije a una señora que acababa de hacer compra.
_ Y conseguiste el préstamo _ me pregunto Don Martin.
_ No pude, estoy casada y necesito la firma de esposo _ le dije.
_ Bienvenida a mi mundo _ me respondió él con una sonrisa.
_ Es horrible _ le dije con mala cara.
_ Y que piensas hacer _ volvió a preguntarme.
_ Pienso visitar a mi querido esposo en hora del almuerzo, no sigo siendo la misma niña estúpida a quien enamoro con falsas promesas de amor _ le dije con resentimiento.
_ Y que paso de toda esa promesa de amor que te dijo, lo sigues llevando en cuenta o se quedó atrás _ me pregunto.
_ Eso ya no importa, si sigue presente o se esfumó _ lo único que quiero ahora es tratar de vivir en paz, porque féliz no creo que sea _ le dije y el solo asintió.
Estaba en frente de lo que por muchos años fue mi casa, ahora se veía muy diferente, y ya no era mía.
Solté un largo suspiro y me acerque para hablarle al guardia.
_ Buenas, podría decirle al señor Francisco que Fernanda la busca _ le dije y el me miro y luego llamo al alguien.
Lo único que dijo fue si señor, y luego sin decirme nada me hizo pasar.
_ El me llevo hasta la sala de la casa, todo estaba cambiado, las decoraciones, el color, todo.
_ Hola _ me dijo alguien y gire para verlo y me encontré con que era aquel hombre que fue hacer la compra en la ferretería.
_ Acompáñame, yo te voy a llevar con Francisco _ me dijo y lo seguí hasta el segundo piso.
Me dejo en frente de la puerta y luego se retiro.
Toque la puerta una vez y como no recibí respuestas entre nomas ya.
Nadie no estaba, por lo que me dirigí hacia la ventana, y había dos vehículos detrás de la casa.
Carina tenia razón la prensa estaba cerca, otro punto para mi.
Escuche como una puerta se abrió y al voltear lo vi hay parado con su estúpido rostro de angelito.
Mi corazón empezó a acelerarse, pero tengo que ser fuerte.
_ Mira nada mas que tenemos aquí _ dijo dirigiéndose a la silla que estaba detrás de su mesa.
_ Porque no te sientas, y vamos a charlar para recuperar el tiempo perdido _ me dijo el muy idiota con una estúpida sonrisa en su rostro y su mirada lo tenia muy fija en mi.
_ No vine a hacerte una visita pacifica _ le dije en un tono muy serio.
_ Entonces que le trae por aquí señora, acaso extraña demasiado a su esposo.
No le conteste y solo puse los ojos en blanco luego le dije que quería que me firmara los papeles para sacar el préstamo.
_ Y que te hace pensar que yo voy a hacer eso _ me dijo y yo solo me diriji hacia la ventana.
_ Los periodistas, que están hay afuera le interesa mucho una entrevista exclusivamente con la esposa del gran Francisco _ le dije y el rápidamente vino hacia a mi.
Miro por la ventana y confirmo lo que le estaba diciendo.
_ Tu no harías eso _ me dijo muy cerquita de mi utilice toda mi fuerza de voluntad para mantenerme serena.
_ Claro que lo hare, no sigo siendo la misma a quien engatusaste con mentiras y falsas promesas de amor _ le dijo y me miro bastante sorprendido.
_ Y si sabes lo que te conviene acompáñame ahora mismo al banco _ le dije dirigiéndome hacia la puerta.
_ Te espero abajo querido esposo _ le dije por ultimo y cerré la puerta para bajarme hacia la sala, en donde la frívola rubia estaba.
_ Tu que haces aquí _ reclamo ella al verme bajar las escaleras.
_ Tu que crees rubia, vine a ver a mi esposo, ya sabes cosas de marido y mujer le dije guiñándole un ojo y Salí fuera de la casa.