"Dos almas gemelas, unidas por el dolor y la lucha. Nuestras vidas, un eco de la misma historia de sufrimiento y desilusión. Pero cuando el destino nos ofrece una segunda oportunidad, debemos elegir: venganza o redención.
En un mundo donde las apariencias engañan y los rostros esconden secretos, la privacidad es un lujo inexistente. Las cámaras nos observan, juzgan y critican cada movimiento. Un solo error puede ser eternizado en la memoria colectiva, definir nuestra existencia.
Ante esta realidad, nos enfrentamos a una disyuntiva: buscar justicia personal y arriesgarnos a perpetuar el ciclo de dolor, o proteger y amar a quien necesita consuelo. La elección no es fácil, pero es nuestra oportunidad para reescribir nuestra historia, para encontrar un final feliz en este mundo de falsas apariencias."
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Aclarando las aguas
Los días posteriores al encuentro con Yeon-Jun habían sido un torbellino de emociones, noticias y decisiones difíciles. Las fotos de nuestro momento privado en el café habían salido a la luz antes de lo que imaginábamos, llenando las redes sociales y los titulares de los medios con especulaciones sobre nuestra relación. El escándalo no solo estaba afectando a Yeon-Jun, cuya imagen pública ya estaba debilitada por su propio conflicto, sino que ahora también me involucraba a mí, poniendo en peligro todo por lo que había trabajado como Jia.
Me desperté esa mañana con el sonido constante de notificaciones en mi teléfono. Los mensajes de apoyo de los fans se mezclaban con los comentarios de odio, los titulares y los rumores. Era como si el mundo entero hubiera decidido opinar sobre lo que había pasado en ese café, como si nadie pudiera entender que, para nosotros, solo había sido un momento de vulnerabilidad y consuelo. Pero la realidad era que el público no perdonaba fácilmente, y nuestra relación estaba siendo diseccionada bajo una lupa cruel.
En la sala de la agencia, Jinwoo, nuestro mánager, se paseaba de un lado a otro, visiblemente alterado mientras revisaba su teléfono y hablaba con el equipo de relaciones públicas. Las chicas de Cloud9 estaban allí también, sentadas en silencio mientras las discusiones sobre cómo manejar la situación llenaban el espacio. El ambiente era tenso y pesado, como si una tormenta invisible se estuviera gestando sobre nosotros.
—Esto es un desastre —dijo Jinwoo, finalmente deteniéndose y mirando a todas con una mezcla de frustración y preocupación—. El escándalo de Yeon-Jun ya estaba mal, pero ahora te han arrastrado a ti también, Jia. Necesitamos pensar en una estrategia antes de que esto se salga de control.
Sentí la mirada de mis compañeras sobre mí, sus expresiones llenas de preguntas que aún no se atrevían a formular. Había algo en sus ojos que me decía que estaban preocupadas, no solo por el escándalo, sino también por lo que estaba pasando conmigo. Min-Ju y Ha-na me miraban con cautela, como si intentaran descifrar qué estaba mal.
—Jia, ¿estás bien? —preguntó Ha-na finalmente, su voz suave pero cargada de un tono que indicaba que sospechaba más de lo que decía.
Intenté sonreír, pero sabía que no estaba convenciendo a nadie. —Sí, solo estoy... abrumada. Todo esto ha sido demasiado rápido.
Las palabras sonaban vacías incluso para mí, y podía sentir que Min-Ju lo notaba. Ella siempre había sido la más perceptiva, la que sabía leer entre líneas. Me observó con una expresión seria antes de asentir lentamente, pero su silencio me dijo más que cualquier palabra.
Mientras el equipo discutía sobre cómo manejar la situación, mi mente no podía dejar de pensar en lo que realmente estaba en juego. No era solo mi carrera la que estaba en peligro; Yeon-Jun también estaba en el centro de esta tormenta, y ahora nuestras vidas se habían entrelazado de una manera que no tenía vuelta atrás. Sabía que él ya estaba lidiando con demasiadas cosas, y no quería ser una carga más, pero también sabía que no podía dejarlo enfrentar esto solo.
Al salir de la reunión, Jinwoo me detuvo y me llevó aparte, su expresión llena de una mezcla de preocupación y exasperación. —Jia, necesitamos una declaración. Algo que calme las cosas y aclare tu relación con Yeon-Jun. No podemos permitir que este escándalo te arrastre a ti también.
Lo miré, sabiendo lo que se esperaba de mí. Podría decir la verdad y arriesgarlo todo, o podría seguir el guion que la agencia me daba y proteger mi carrera, pero a costa de traicionar lo que sentía. Era un dilema que no tenía una respuesta fácil, y el peso de la decisión me estaba aplastando.
—Necesito tiempo para pensar —respondí, alejándome antes de que pudiera presionarme más.
Pasé las siguientes horas en el estudio de práctica, sin poder concentrarme en nada más que en el conflicto interno que me carcomía. Mis compañeras vinieron a buscarme más tarde, preocupadas por mi desaparición repentina. Min-Ju se sentó a mi lado en el suelo, dejando que el silencio se instalara entre nosotras antes de hablar.
—Sabes que puedes confiar en nosotras, ¿verdad? —dijo, sus palabras suaves pero llenas de sinceridad—. Siento que algo ha cambiado en ti, Jia. Desde Jeju, desde lo de Yeon-Jun... No tienes que cargar con todo sola.
Las palabras de Min-Ju hicieron que mi fachada se rompiera. No podía seguir fingiendo que todo estaba bien, no podía seguir pretendiendo que era la misma Jia que habían conocido. Tomé aire, intentando encontrar las palabras para explicar lo que estaba sintiendo.
—No quiero decepcionarlas —admití, mi voz temblando—. Pero hay cosas que no puedo ignorar. No sé si puedo seguir siendo la Jia que esperan que sea.
Min-Ju y Ha-na se miraron, y por un momento, me preocupé de que no pudieran entender. Pero cuando me miraron de nuevo, lo hicieron con una comprensión que no esperaba.
—Eres nuestra amiga antes que cualquier otra cosa —dijo Ha-na, con una sonrisa suave—. Sea lo que sea que estés pasando, estamos aquí contigo. No necesitas ser perfecta para nosotras.
Sus palabras me dieron la fuerza que necesitaba. Sabía que, pasara lo que pasara, no estaba sola. Pero también sabía que había llegado el momento de tomar una decisión, una que podría cambiarlo todo. Podía mentir y salvar mi carrera, o podía ser honesta y arriesgarlo todo por la persona que había llegado a significar tanto para mí.
El sonido de mi teléfono vibrando contra la mesa me despertó de un sueño inquieto. Había pasado la noche dando vueltas en la cama, luchando contra la ansiedad que me había estado carcomiendo desde que las fotos de mi encuentro con Yeon-Jun se habían hecho públicas. Miré la pantalla, viendo las notificaciones que se acumulaban como una avalancha: mensajes, llamadas perdidas y, por supuesto, los titulares de los medios que parecían multiplicarse cada minuto.
Al abrir uno de los artículos, sentí un nudo en el estómago. Los rumores se habían intensificado de una manera que jamás habría imaginado: los tabloides no solo especulaban sobre nuestra relación, sino que ahora insinuaban que estaba embarazada. Era como si cada gesto, cada mirada, y cada movimiento que había compartido con Yeon-Jun se hubiera convertido en la base de una narrativa fuera de control.
**"¡Escándalo en la industria del K-pop! ¿Jia y Yeon-Jun esperando un bebé?"**
Leí el titular, sintiendo cómo la sangre se me helaba. No era solo un rumor; era una bomba de relojería que amenazaba con destruir todo lo que habíamos construido. Los artículos estaban llenos de conjeturas, citando fuentes anónimas que afirmaban haber visto a Yeon-Jun acompañándome a citas médicas y hablando de un posible futuro juntos. Fotos borrosas de momentos en los que habíamos salido juntos, tomadas sin nuestro conocimiento, ahora se utilizaban como "pruebas" de un embarazo inexistente.
Las redes sociales explotaron. Fans de ambos lados se dividieron entre los que nos apoyaban y los que exigían respuestas. La comunidad en línea se convirtió en un campo de batalla de especulaciones, insultos y teorías sin fundamento. Los comentarios se volvieron más agresivos, cada palabra un ataque a nuestra integridad y nuestras carreras.
**"¿Cómo pudo Yeon-Jun ser tan irresponsable? Esto es una traición a los fans."**
**"Jia arruinó su vida y la de Yeon-Jun. No los quiero ver juntos."**
**"¡Yeon-Jun debe dejar el grupo! Está arrastrando a ELIXIR al fondo."**
Me dolía leer cada comentario. Los fans de ELIXIR, normalmente tan leales, ahora estaban enloquecidos, llenando las redes con demandas de que Yeon-Jun dejara el grupo. Varios clubes de fans comenzaron a organizar campañas para presionar a la agencia de Yeon-Jun a tomar medidas drásticas. Incluso llegaron a colocar letreros en las afueras de la agencia, exigiendo su salida del grupo para "proteger la imagen de ELIXIR". Era como si toda la confianza y el amor que habían depositado en él se hubieran convertido en rabia y decepción de la noche a la mañana.
En la televisión, los programas de entretenimiento debatían sobre nuestra relación como si fuera un tema abierto para todos, analizando cada gesto en las fotos, especulando sobre mi figura y sobre si había señales de un embarazo oculto. Era surrealista ver cómo algo tan íntimo se había convertido en un espectáculo público, una novela que los medios y los fans estaban dispuestos a escribir a su antojo.
Recibí un mensaje de Yeon-Jun, su tono calmado intentando contrarrestar el caos que nos rodeaba.
Yeon-Jun: No prestes atención a lo que dicen. Sabemos la verdad, y eso es lo que importa. Lo superaremos juntos.
Pero incluso con su apoyo, la situación se sentía insostenible. Las oficinas de nuestras agencias estaban inundadas de llamadas, y la presión para emitir declaraciones era cada vez más intensa. Sabía que no podíamos seguir ignorando lo que estaba pasando, pero cualquier cosa que dijéramos solo parecía alimentar más los rumores.
Esa tarde, fui a la agencia para una reunión urgente con Jinwoo y el equipo de relaciones públicas. La tensión en la sala era palpable; todos estaban al borde del pánico, intentando encontrar una manera de manejar la situación sin causar más daño. Jinwoo estaba sentado en la cabecera de la mesa, con una expresión que no había visto en él antes: una mezcla de frustración, preocupación y algo de resignación.
—No podemos seguir así, Jia —dijo, su voz tensa—. Esto se ha salido de control. Necesitamos una declaración oficial para desmentir los rumores del embarazo y aclarar tu relación con Yeon-Jun. Si no lo hacemos, esto podría hundir la carrera de ambos.
Asentí lentamente, aunque sabía que las palabras que usáramos tendrían que ser cuidadosamente elegidas. Cada frase sería analizada y desmenuzada por millones de ojos, y cualquier error podría empeorar las cosas. No era solo mi futuro el que estaba en juego; era el de Yeon-Jun también, y no quería ser la causa de que lo expulsaran de su grupo.
Al salir de la reunión, me encontré con Min-Ju y Ha-na en el pasillo. Sus rostros reflejaban la preocupación que también sentían por mí. Habían leído los titulares, visto los comentarios y sabían que la situación estaba lejos de resolverse.
—No tienes que hacer esto sola —dijo Min-Ju, su voz llena de apoyo—. Cualquiera puede ver que esto no es justo. No tienes que cargar con toda la culpa.
Ha-na asintió, su mirada firme. —Hagas lo que hagas, estamos contigo. No importa lo que digan los demás.
A pesar del caos y la incertidumbre, sus palabras me ofrecieron un consuelo inesperado. Sabía que tenía que ser fuerte, no solo por mí misma, sino por todos los que contaban conmigo. Pero también sabía que la verdad, por más dolorosa que fuera, era la única manera de salir de esto.
Esa noche, mientras las luces de los letreros de los fans parpadeaban afuera de la agencia, supe que no podíamos seguir escondiéndonos. Las decisiones que tomaríamos en los próximos días definirían no solo nuestras carreras, sino también quiénes éramos como personas.
Porque en el mundo del espectáculo, la lealtad tiene un precio alto, y la verdad, a menudo, es la única forma de pagar esa deuda.
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El sonido del agua hirviendo en la estufa llenaba el pequeño apartamento, mientras el vapor se elevaba y envolvía la cocina en una ligera neblina. Estaba preparando un ramen, mi comida reconfortante cuando el mundo parecía demasiado pesado de soportar. Cada movimiento era automático: abrir el paquete, agregar los fideos, el condimento, y dejar que el aroma cálido llenara el espacio. Pero aunque trataba de concentrarme en la tarea, mi mente no dejaba de darle vueltas a todo lo que había sucedido en los últimos días.
Los rumores del embarazo, las exigencias de los fans y los comentarios hirientes aún resonaban en mi cabeza, un recordatorio constante de lo que habíamos perdido: nuestra privacidad y la tranquilidad de vivir nuestra relación lejos del ojo público. Sabía que no podíamos seguir así, ocultándonos y dejando que los rumores controlaran nuestra narrativa.
Tomé mi teléfono y busqué el contacto de Yeon-Jun. Habíamos hablado mucho desde que el escándalo había estallado, pero esta vez, sabía que necesitábamos hacer algo más que consolarnos mutuamente. Necesitábamos un plan, una respuesta que calmara las aguas y les mostrara a todos que, aunque nuestras vidas eran públicas, merecíamos algo de paz.
Toqué la opción de videollamada, y después de unos segundos, la imagen de Yeon-Jun apareció en la pantalla. Estaba en su estudio, con el cabello desordenado y una expresión cansada, pero cuando me vio, intentó sonreír, aunque fuera un poco.
—Hey, Jia —dijo, su voz suave pero teñida de preocupación—. ¿Cómo estás aguantando todo esto?
Suspiré, removiendo los fideos en la olla. —He estado mejor. Cocinando ramen y tratando de no volverme loca con todo lo que está pasando.
Yeon-Jun asintió, su mirada fija en la pantalla. —Lo siento mucho, Jia. No quería que todo se saliera de control de esta manera.
Me acerqué al teléfono, colocándolo sobre la mesa de la cocina para poder verlo mientras servía el ramen en un tazón. —No es tu culpa, Yeon-Jun. Pero no podemos seguir así. Los rumores no van a desaparecer por sí solos. Tenemos que hacer algo, y creo que es hora de aclarar todo.
Se quedó en silencio por un momento, y pude ver en su expresión que estaba pensando en todas las posibles consecuencias. Sabía que hablar públicamente sobre nuestra relación no era algo que habíamos planeado. Siempre habíamos querido mantenerlo privado, una parte de nuestras vidas que perteneciera solo a nosotros. Pero ahora, con todo lo que estaba pasando, parecía que no teníamos otra opción.
—Tienes razón —dijo finalmente, sus ojos serios y decididos—. No podemos seguir escondiéndonos. Pero quiero hacerlo bien, juntos. No quiero que esto te haga más daño.
Asentí, sintiendo una mezcla de alivio y nerviosismo. —Podemos emitir un comunicado conjunto. Explicar que estamos juntos y que queríamos mantenerlo privado, pero que no es justo que nos ataquen de esta manera. No estamos embarazados ni ocultando nada más. Solo somos dos personas que se encontraron en medio de todo este caos.
Yeon-Jun sonrió, una sonrisa pequeña pero genuina que me dio fuerzas. —Me gusta la idea. Es honesto, y creo que necesitamos eso ahora mismo. Vamos a decirles la verdad, y que entiendan que estamos haciendo lo mejor que podemos.
Pasamos los siguientes minutos redactando el comunicado juntos, línea por línea, asegurándonos de que reflejara exactamente lo que queríamos decir. No estábamos dispuestos a disculparnos por amarnos, pero también queríamos que los fans supieran que no habíamos intentado engañarlos. Era un equilibrio delicado, pero con cada palabra, sentí que estábamos recuperando un poco de control sobre nuestra narrativa.
Comunicado Oficial de Weverse
"Queremos tomar un momento para hablar directamente con ustedes, nuestros fans, sobre lo que ha estado ocurriendo en los últimos días. Primero que nada, lamentamos no haber compartido antes nuestra relación de manera pública. La verdad es que ambos deseábamos mantener este aspecto de nuestras vidas de la manera más privada posible, alejados de las cámaras y la atención que ya recibimos en otros aspectos de nuestras carreras."
"No estamos esperando un bebé, y lamentamos que los rumores hayan causado preocupación y confusión. Nuestra relación es algo que valoramos profundamente, y hemos decidido vivirla de la manera más sincera y personal posible. Sabemos que al ser figuras públicas, hay curiosidad y expectativas sobre nuestras vidas, pero pedimos respeto y comprensión mientras navegamos esta situación."
"Gracias a todos los que nos han apoyado. Estamos juntos en esto, no solo como artistas, sino también como personas que están aprendiendo y creciendo cada día. Esperamos que puedan entender nuestra posición y seguir acompañándonos en este camino."
Firmamos el comunicado con nuestros nombres y lo enviamos a nuestros equipos para que lo distribuyeran en todas nuestras plataformas. Sentí una mezcla de alivio y miedo mientras veía cómo las palabras se volvían públicas, como si hubiéramos soltado un gran peso, pero también abriéndonos a un nuevo tipo de vulnerabilidad.
Yeon-Jun me miró a través de la pantalla, su expresión llena de apoyo. —Lo hicimos, Jia. No sé qué pasará ahora, pero lo enfrentaremos juntos.
Sonreí, sintiendo que, aunque el camino por delante no sería fácil, al menos lo recorreríamos lado a lado. —Gracias por estar conmigo, Yeon-Jun. No importa lo que digan, no me arrepiento de nada.
Nos quedamos un rato más hablando, riendo suavemente sobre lo surrealista que todo se había vuelto, pero también encontrando consuelo en la honestidad que habíamos compartido. Era el primer paso para retomar nuestras vidas y enfrentar al mundo con la verdad, sabiendo que, pase lo que pase, siempre nos tendríamos el uno al otro.
Y mientras el ramen se enfriaba en la mesa, supe que habíamos tomado la decisión correcta, porque en un mundo lleno de rumores y mentiras, a veces la verdad es lo único que realmente puede salvarte.