"he reencarnado en Selene, la villana de una novela y ahora debo encontrar una manera de sobrevivir. por eso, seguiré mi propio camino y dejare a los protagonistas vivir felizmente su historia de amor, pero algo está mal, años después, el príncipe me ha encontrado y reclama el hecho de que yo lo haya abandonado ¿que esta pasando? ¿por qué él y la protagonista no están juntos?
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capítulo 4- planes para mi futuro
Después de la visita del príncipe, Selene le ha pedido a su madre que la deje practicar esgrima y mejorar su magia, ya que se menciona en la novela que Selene tenía magia, más nunca la quiso perfeccionar, pero la condesa por supuesto que se niega, aunque Selene tiene un as bajo la manga.
- el príncipe dijo que le gustan las chicas que son buenas usando magia y que saben pelear.
- no creo que un príncipe dijera algo así, a los hombres no les gustan las mujeres masculinas.
- madre, si seré emperatriz en un futuro, debo aprender a defenderme de quienes quieran dañarme. Hay personas que estarán en mi contra.
- para eso tendrás guardias asignados solo a ti, pero si quieres, hablaré con tu padre, si él lo permite, traeremos un maestro.
- gracias madre, todo sea para que el futuro de nuestra familia sea próspero.
Selene la hace una reverencia, por ahora, espera que su madre logre conseguir el permiso del Conde, ahora debe pensar en una manera en la que permita que Marion y el príncipe se conozcan, si se conocen ahora, sería mejor, porque así, Marion estará a salvo cuando ella se vaya. Cuando la Condesa se va, Selene va en busca de Marion, la cual ahora no esta tomando clases porque no han traído a otra profesora, la pequeña rubia estaba en el jardín, sentada sobre una manta y comiendo un sándwich, pues los sirvientes no suelen atenderla como lo hacen con Selene.
- Marion ¿solo eso comerás? ¿Y el té?
- Señorita Selene...bueno yo...
- no me llames Señorita, dime hermana o solo Selene. Por lo visto esos sirvientes hacen lo que les place.
Selene llama a Milie para pedirle que traiga a las doncellas y la niña albina les pide traer a ese sitió todo para una beber el té, pero se miran dudosas entre ellas.
- Señorita, la Condesa no permite que esa, beba té como usted.
- ¿esa? ¿Quien te crees para hablarle así? Señorita Marion para ti. ¿Desde cuando los sirvientes son unos igualados?
- l-lo siento señorita, es solo que...
- ¿que? ¿Se te olvida quien soy?
- no señorita, enseguida le traemos todo.
- y de ahora en adelante, traten bien a Marion, ella también es la señorita de esta casa.
Las mujeres se apresuran para ir a cumplir con la petición de Selene, mientras que Marion ya tiene los ojos lagrimosos.
- g-gracias...hermana...
- no tienes porque agradecer, debes darte a respetar ante los sirvientes, porque también eres la hija de la familia Dubois.
- s-si, hermana...
Al día siguiente, la Condesa llama a Selene, pues las doncellas ya le han dicho lo que sucedió ayer en el jardín, la mujer se veía totalmente enojada, pues golpea el abanico sobre su palma.
- esa niña, no tienes porque estarla defendiendo de esa manera.
- madre, si dejo que los sirvientes la traten como nada ¿que crees que dirán de nuestra familia? Si llega a oídos del emperador nos veremos muy mal.
- no creo que al emperador le importe como se trata a una adoptada.
- madre, a él no, pero ¿a la emperatriz? Se sabe que ella fue la hija adoptiva de su familia.
La Condesa se queda en silencio, no era posible que su hija supiera algo así y claro, Selene lo sabe porque era algo que se menciona más adelante, de ahí que la emperatriz le tomará cariño a Marion, aunque sus vidas fueron muy diferentes, pues la emperatriz si tuvo muy buen trato de parte de su familia adoptiva.
- la emperatriz tiene mejores cosas que hacer que preocuparse por un chisme.
- madre, soy la prometida del príncipe heredero, por supuesto que la emperatriz se va preocupar ¿acaso quiere que mi compromiso corra peligro?
- Selene tú...
Últimamente su hija ha estado actuando diferente, hasta parece que la niña desea darle ordenes, pero, tiene razón, un chisme involucrado con su familia podría traer consecuencias y su esposo estaría muy enojado.
- madre, deje que yo me ocupe de Marion, podrá darle una buena educación.
- bien, hazlo, pero si algo sale mal, tomarás tú la responsabilidad.
- no se preocupe madre, Marion será educada como se debe.
Selene se despide de su madre, haciendo una reverencia, ahora que ya tiene ese permiso, puede ayudar a Marion para que aprenda lo necesario.
- madre, sobre lo otro, ¿mi padre me ha dado permiso de aprender esgrima?
- no le pregunte nada, el príncipe debe enamorarse de otras virtudes tuyas, el esgrima no es para damas.
Selene frunce los labios, tendrá que hacer eso en secreto, mientras que el Conde regresa, pues le preguntara directamente a él sobre ese tema, pues presiente que la Condesa no lo hizo.
Nuevamente había llegado el día de la visita, desde que ella reencarno en Selene, ya han sido dos meses, así que solo ha visto al príncipe dos veces, ahora ya se cumplía el tercer mes, Selene había hecho buena amistad con Marion, pues es una niña amable y necesita de mucho cariño, ya que se ha quedado sin sus verdaderos padres desde muy pequeña, ella sabe perfectamente lo que es eso, además, no le tiene rencores ni nada. Ese día la Duquesa no estaba en casa debido a que tenía una reunión muy importante, por lo tanto, solo Selene sería quien reciba al príncipe.
- ¿que? Pero yo no...si madre se entera se enojara.
- no te preocupes, si eso pasa, solo sígueme la corriente y todo estará bien.
- ¿estás segura? No quiero que te metas en problemas por mi culpa.
- no pasa nada, si mi madre te regaña, no dudes en decirme.
La pequeña rubia asiente, aunque sigue creyendo que es muy mala idea.