Jamás pensó que las personas más cercanas a su vida, su propio padre y el padre de su novio Agustín, la intercambiaran por una deuda de dinero.
Siendo que estos debían mucho a un mafioso llamado Thomas Moretti, su libertad se vio reducida a mil pedazos.
Presa del dolor que le ocasionó su niñez, así como todo lo que tuvo que sufrir, su única "esperanza" es intentar salir de aquella oscuridad mediante Thomas, el hombre que marcaría para siempre su vida.
¿Podrá llegar a lo más profundo del corazón de aquel mafioso?
¿Podrá encontrar su libertad?
¿Podrá al fin ser feliz y dejar atrás tanto dolor que ha tenido por años?
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Capitulo 11.
Cenaron en silencio pero cada cierto tiempo Thomas miraba a Luisa está por su parte comió lo más rápido que pudo porque las miradas que le daba su esposo la incomodaba.
Decidida a levantarse una vez término de cenar aparto la silla y se levantó dio unos pasos pero Thomas la detuvo.
- Luisa tenemos que hablar.-. Quedó estática en ese puesto sabía que iba a tocar el tema de lo que pasó en la habitación.
- Si es por lo que paso allá arriba sé que fue un error.-. Dijo antes de que Thomas hablara.
- No Luisa no es de eso, es sobre el acuerdo que tenemos.-.
Luisa se sintió avergonzada claro que él no iba a tocar ese tema si no era importante, él no sentía nada por ella y así era mejor no quería enamorarse de un hombre que la ve como un objeto para cerrar sus tratos.
- Luisa.-. La voz de Thomas lo hizo mirarlo.-. Me escuchaste.-. Ella negó.
Thomas suspiro molesto había recogido todo el valor para decirle que no se divorciarían en tres años y que posiblemente estarían casados hasta que la muerte los separe pero ella no lo escuchó.
- Lo lamento.-. Se disculpó.-. Me decías.
- Ya olvidé lo que iba a decir.-. Que vil mentira le había dicho la verdad era que no tenía el valor suficiente para decírselo otra vez.
- Me puedo retirar.-. Thomas asintió y ella salió casi corriendo del comedor.
Thomas curvo sus labios en una media sonrisa había decidido que si no se atrevía a decirle la verdad la enamoraría y después se la contaría cuando estuviera seguro de que ella no se alejaría de él pero temía que las cosas fueran diferentes y él saliera enamorándose de ella pues no le era para nada indiferente.
Después de esa pequeña charla que tuvieron en el comedor Luisa se propuso esquivar a Thomas como de lugar él era demasiada tentación y no quería salir lastimada de nuevo.
Los días pasaron y ya llevaban un mes de casados Thomas no pasaba el día en la casa y llegaba cuando Luisa dormía pero eso no le impedía ir a su habitación y contemplarla por unos minutos él quería verla pero tenía demasiado trabajo por hacer ahora que las acciones de Luisa pasaron a su poder.
Ese era otro tema que tenía que hablar con ella no quería mentirle y sentía la necesidad de decirle la verdad.
Ese día había llegado temprano del trabajo estaba en su despacho pero oyó que el timbre sonó espero un momento para ver si Lucía le avisaba de que tenía visitas pero ella nunca le comunico nada así que decidió ir a ver quien era.
Entre más se acercaba a la sala escuchaba los murmullos de Luisa y Lucía.
- No te pongas así mi niña.-. Lucía consolaba a Luisa.
- Es que me duele mucho que me hayan hecho esto.-. Levantó un sobre.-. Yo lo quiero Lucía y pensé que él también.
- Ellos no merecen tus lágrimas.-. Limpio sus mejillas.-. Solo quieren causarte más dolor así que no lo permitas.-. La abrazo.
Thomas desde el umbral del pasillo las observaba sin que lo vieran no se atrevió a dar un paso más, no sabía por qué, pero escuchar decir a Luisa que quiere a otro le molesto espero a que las dos se fueran y fue a ver el sobre que había recibido Luisa.
Al verlo se encontró con una invitación a una boda empezó a leerlo y con cada palabra que leía su ira crecía, como era posible que Luisa llorara por un imbécil que había elegido los lujos en vez de a ella.
- Pasa algo Thomas.-. Al escuchar la voz de Luisa rápido escondió el sobre.
- No.-. Dijo serio.
- Te veo molesto.
- Y yo te veo que has estado llorando así que debería ser yo el que te pregunte si pasa algo.-. Su voz salió fría.
Luisa negó y él se río.-. Así que solo lloras porque te dieron ganas es eso.-. Empezó a acercarse a ella peligrosamente.
- Sí.-. Le volvió a mentir.
La agarro de los brazos y la empujó contra la pared pero no midió su fuerza y Luisa se golpeó muy fuerte que soltó un quejido.
- Dime Luisa me ves cara de idiota.-. Apretó con fuerza los brazos
- Thomas me estás lastimando suéltame por favor.-. Luisa empezó a temblar de miedo el poco tiempo que lleva conociéndolo jamás lo había visto así.
-PORQUE ME MIENTES LUISA.-. Le grito.
- No, no lo hice.
- Y sigues haciéndolo.-. Su ira aumentó.-. Porque no aceptas que estás llorando por el cabrón que te dejo a la merced de mis hombres sin mirar atrás dime porque no lo aceptas.-. Empezó a sacudirla.
- Thomas suéltala por favor.-. Lucía al escuchar los gritos fue a ver que era lo que pasaba.
- No te metas nana esto es entre mi esposa y yo.
- Eres una tonta Luisa llorar por un hombre que te intercambio por dinero no lo vale.-. Sus palabras hicieron enojar a Luisa.
- Y tú si lo vales.-. Aquellas palabras hizo a Thomas soltar el agarre.-. Te atreves a juzgar a otra persona cuando tú hiciste lo mismo conmigo.-. Le apunto el pecho con su dedo.-. Tú eres igual o peor que él es más tú no vales nada eres un ser despreciable igual que mi padre que piensa que con dinero resuelven todo.
Thomas no podía creer lo que Luisa le decía no se contuvo y le dio una cachetada que hizo caer a Luisa, al darse cuenta de su error intento ayudarla.
- Perdóname Luisa no quise hacerlo.-. Luisa lo empujó lejos de ella.
- No sabes cuanto te odio Thomas.-. Subió las escaleras corriendo.
- Ahhh.-. Thomas pego un grito de frustración.
- Cálmate Thomas.-. Lucía le trajo un vaso con agua.
- La lastimé nana y no quería hacerlo.-. Jalo sus cabellos.-. Ella me odia y yo,.. yo.-.Agacho la cabeza entre sus rodillas.
- La amas.-. Le dijo Lucía con tristeza.
- Yo no la amo nana.
- No te mientas muchacho se que amas a esa mujer desde que Raul te la enseño en un foto.-. Thomas levantó la cabeza.-. No me mires así ese día tus ojitos te brillaron pero no quieres aceptar ese sentimiento por el odio que le tienes a los Brown.