Sol Rucci es una joven de 18 años que ha sido profundamente marcada por la trágica muerte de su hermana, Flor, sucedida ante sus propios ojos. Al quedar huérfana, fue acogida y protegida por el novio de su hermana, quien asumió su crianza desde que Sol tenía 10 años. Ambos han encontrado en su apoyo mutuo una forma de sobrellevar el dolor de esta pérdida.
Con el paso del tiempo, él ha desarrollado una tendencia a sobreprotegerla, ejerciendo un control sobre su vida. Por su parte, Sol ha experimentado un notable aumento en su belleza, convirtiéndose en un reflejo impactante de su hermana. Con el tiempo, comienza a despertar en ella sentimientos que trascienden la gratitud y el apoyo, mientras que él empieza a verla de una manera diferente, ya no como la niña indefensa a la que él protegía por una promesa hecha a su novia antes de su muerte, sino como una oportunidad de reencontrarse con su amada Flor a través de ella.
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Capítulo 3 entorno de alta tensión
Sol Rucci
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Se encontraba frente a mí con una expresión que reflejaba claramente su molestia. Su rostro estaba más enrojecido de lo habitual y, al bajar la mirada, contempló todo mi cuerpo mientras alzaba una ceja. Un leve sentimiento de vergüenza me invadió. Miré hacia Víctor, quien le gritaba preguntándole por qué le había arrojado a la piscina, pero Kai simplemente lo ignoró y se acercó a mí, tomando mi mano.
—Tú y yo hablaremos en casa —me dijo en un tono molesto, apretando mi mano con firmeza.
Nunca lo había visto tan furioso, y un ligero miedo me invadió; no sabía qué decir, así que permanecí en silencio. Sin embargo, su mirada penetrante me provocó un escalofrío. ¿Estará decepcionado de mí? ¿Qué debo hacer ahora? Era la primera vez que mentía y él me había descubierto. Noté cómo Zoe y los demás se acercaban.
—Kai, suelta a Sol. No tienes por qué exagerar; no estaba haciendo nada malo. Déjala que se divierta —dijo Zoe.
—No te metas, no deberías estar aquí y menos tomando alcohol. Recuerda que eres menor de edad y, además, estás haciendo que Sol también consuma licor. No quiero que estés cerca de ella. Ahora, vámonos —respondió Kai con tono irritado.
—¡A mí no me hablas así! ¡Modifica tu tono! Y no me dirás qué hacer ni mucho menos prohibirme mi amistad con Sol. El hecho de que tú seas un amargado no significa que Sol también deba serlo. Ella tiene derecho a salir y no deberías prohibirle nada; la tratas como si fuera de tu propiedad, y no lo es. Ella puede hacer lo que desee —replicó Zoe, visiblemente molesta.
—¿Cómo me dijiste? Eres una inconsciente que no conoce los límites. No permitiré que arrastres a Sol a tu libertinaje—gritó Kai.
—Te he dicho que eres un amargado, y eso es exactamente lo que eres. ¿Acaso también eres sordo? Esto no es libertinaje; somos jóvenes y tenemos derecho a disfrutar nuestra juventud, no como tú —alzando la voz, respondió Zoe.
—Me estás haciendo perder la paciencia, Zoe. Eres una mala influencia para Sol, y quiero que te mantengas alejada de ella; ya te lo he dicho —reactivó Kai, irritado.
Zoe apretó su puño y se acercó a él, pero Edmon le tomó del brazo.
—Zoe, Kai, por favor, no sigan peleando. Vámonos ya. Kai, no le cuentes a nadie sobre esto —intervino Edmon.
—¿A quién no le va a contar? ¿A nosotros? —responde.
Miramos hacia atrás y vimos a Elio y Gino, que estaban cruzados de brazos. Almass se había puesto pálida, al igual que Esmeralda y Edmon.
—Suban al auto, nos vamos ahora —ordenó Gino en voz alta.
—Hermanitos, ya vamos hacia el auto, pero debemos conversar —dijo Almass con un tono dulce, acercándose a ellos con una sonrisa nerviosa.
—Sube al auto, Almass. Cuando lo sepa mi padre, no te dejará salir en tu vida. Y tú, Edmon, por ser alcahueta, también serás castigado —advirtió Gino.
—No voy a perder tiempo hablando con ustedes —dijo Edmon, tomando de la mano a Almass y Esmeralda y caminando hacia la salida.
—Zoe, vamos, te llevaré a la mansión —dijo Kai, visiblemente frustrado.
Ella puso los ojos en blanco, movió la mano en señal de despedida a Flanki, quien le lanzó un beso. Zoe sonrió y caminó hacia la salida. Al subirnos al auto, el ambiente se tornó en silencio. Zoe me miró.
—Sol, no te dejes intimidar por ese amargado. Recuerda que no hiciste nada malo. Ya eres mayor de edad, tienes derecho a salir —me dijo, antes de mirar hacia el retrovisor.
—¿Vas a empezar de nuevo? —preguntó Kai, irritado.
—No voy a comenzar nada, solo estoy diciendo la verdad —respondió ella.
La tomé de la mano y le hice un leve gesto para que guardara silencio; la situación con Kai se estaba tensando aún más. Ella me observó con inquietud.
—Por favor, ya no más —le pedí en voz baja.
Iba a decir algo, pero se lo pensó mejor y permaneció en silencio, moviendo la cabeza en señal de negación. Tras unos minutos, llegamos a la mansión de los padres de Kai. Se bajó del auto, se despidió de mí sin mirar a Kai y cerró la puerta con fuerza, escuchando cómo Kai maldecía en voz baja.
—Voy a hacer que se arrepienta esa malcriada —murmuró, lleno de rabia.
Aceleró el auto y yo apenas podía mirar por la ventana, tratando de evitar su mirada intensa. Al llegar, me bajé rápidamente y entré a la casa, subiendo las escaleras con prisa; sin embargo, su voz me hizo detenerme.
—Sol, ven aquí.
Giré sobre mis talones, observando cómo me miraba. Suspiré pesadamente y comencé a bajar las escaleras hasta el penúltimo escalón. Él se acercó, quedando casi a mi altura, frente a mí.
—¿Por qué fuiste a esa fiesta si yo había dicho que no? ¿Por qué me mentiste, Sol? —me preguntó.
—Porque quería ir. Kai, nunca había ido a una fiesta y quería experimentar cómo se siente. He estado encerrada durante años, solo salía para ir a la escuela. Ahora que estoy en la universidad, quiero hacer lo que hacen las chicas de mi edad. No le veo nada de malo. Sé que hice mal en mentirte; lo siento.
Bajé la mirada, sintiendo cómo mis ojos se nublaban. Solo quiero ser una chica normal. Él tomó mi mentón, levantó mi rostro y pasó sus dedos suavemente para limpiar mis lágrimas.
—No llores, por favor. No me gusta verte llorar; eso me lastima. Si no permito que salgas es porque es peligroso y no quiero que corras ningún riesgo. Aquí en esta casa estás segura. Solo entiende que si te llegara a pasar algo, y si te perdiera, yo no lo soportaría. Tú eres lo único que ella... —guarda silencio por unos segundos—. Solo quiero que estés segura. Te fuiste a esa fiesta, mira todo lo que pasó. Dime, ¿por qué estás vestida así? ¿Quién era ese chico con quien bailabas? ¿Acaso tú tienes algo con él? —me pregunta apretando mi brazo.
ahora resulta que flor no estaba muerta que la habían llevado a otro país para que se prostituirla ahora que ha escapado qué casualidad que se haya topado con Kai ahora qué pasará kai dejará sol por flor