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Vuelve A Mí

Vuelve A Mí

Status: Terminada
Genre:Donde hubo fuego cenizas quedan / Malentendidos / Traiciones y engaños / Romance / Autosuperación / Romance de oficina / Completas
Popularitas:464.9k
Nilai: 4.9
nombre de autor: Crisbella

Desde que era niña, siempre soñé con tener mi propia familia: un refugio donde sentirme segura y rodeada de personas que me amaran. Sin embargo, ese anhelo parecía inalcanzable, ya que crecí en un orfanato, un lugar donde las sonrisas eran escasas y el tiempo para los demás aún más. Me sentía invisible entre aquellos muros grises. Todo cambió el día en que cumplí la mayoría de edad; ya no podía quedarme allí. La directora del orfanato me ayudó a conseguir un trabajo en una empresa, sin imaginar que ese sería el comienzo de mi verdadera desgracia. Esta es la historia de mi vida, una travesía marcada por el amor y la traición

NovelToon tiene autorización de Crisbella para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capitulo III Primer día de trabajo

El día siguiente era especial: cumplía dieciocho años y también era su primer día de trabajo. Cristina sentía un torbellino de nervios en el estómago. Su nuevo jefe no parecía precisamente alguien fácil, ni mucho menos amable.

Llegó temprano a la empresa, justo como le habían indicado. Antes de que Enrique apareciera, ya había organizado su escritorio con esmero. Después, fue a buscar el café que sabía que le gustaba a él. Para cuando Enrique entró, todo estaba impecable y el aroma del café fresco flotaba en el aire.

"Buenos días, señor", saludó Cristina con una sonrisa tímida.

"Buenos días", respondió él, seco. "Tráigame mi agenda".

La seriedad que irradiaba Enrique era casi abrumadora, pero también tenía algo en su porte que a Cristina le parecía irresistible. No pudo evitar fijarse en sus ojos intensos mientras le entregaba la agenda.

"Aquí tiene, señor", dijo ella con firmeza.

Él se acomodó en su silla y clavó la mirada en aquellos ojos claros que parecían desafiarlo.

"Vamos a dejar algo claro", dijo con voz fria. "Sé que mi padre te contrató para que seas su espía".

Un escalofrío recorrió a Cristina al escuchar esas palabras; se sintió descubierta. Enrique, por su parte, se quedó hipnotizado por la profundidad de su mirada, aunque rápidamente apartó la atención.

"No soy ninguna espía", respondió ella apresuradamente. "Solo acepté el trabajo porque lo necesito".

Él sonrió con sorna. "No soy tonto y conozco bien a mi padre. Pero te advierto: si descubro que me estás espiando, lo vas a pagar caro".

Cristina tragó saliva; sabía que estaba entre dos tormentas: la necesidad de independencia y el miedo de estar atrapada entre padre e hijo, ambos intimidantes a su manera.

Con voz segura respondió: "Soy leal solo a mi jefe. Lo que pase en esta oficina no saldrá de aquí".

Enrique asintió con una mezcla de satisfacción y desafío: "Eso espero. Ahora manos a la obra; hay mucho por hacer".

Las horas parecían multiplicar las tareas pendientes en lugar de disminuirlas. La frustración se apoderó de Enrique al punto de tomar un puñado de papeles y lanzarlos al suelo con fuerza. Cristina dio un salto de susto ante el estallido inesperado.

"Esto es una locura", murmuró él masajeándose las sienes. "Regreso en una hora".

Se puso el saco sin mirar atrás y salió dejando un rastro de tensión en la oficina.

Cristina miró el caos sobre el piso, se arrodilló y comenzó a recoger los papeles uno por uno. Mientras los organizaba y releía para entenderlos mejor, sin darse cuenta la noche había caído sobre la ciudad. El silencio y la oscuridad le recordaron que debía regresar al orfanato; *Mirian debe estar preocupada*, pensó apresurando el paso hasta salir corriendo del edificio.

Al llegar encontró la sala decorada suavemente para celebrar su cumpleaños, pero Mirian descansaba profundamente en el viejo sofá central del lugar.

"Señora Mirian... señora Mirian... por favor despierte", susurró Cristina tratando de no alterarla.

Con lentitud Mirian abrió los ojos y al verla sonrió antes de abrazarla con ternura:

"¡Hija! ¿Dónde estabas?"

Cristina bajó la mirada apenada: "Perdón por llegar tan tarde... me quedé trabajando en la oficina y perdí la noción del tiempo".

Mirian suspiró con voz cansada: "No sabía dónde estabas... me mataba la preocupación... al final me quedé dormida así..."

Cristina tomó sus manos entre las suyas: "Debí avisar... lo siento mucho...", las palabras de ella eran sinceras.

Al final del día Cristina celebro su cumpleaños número dieciocho al lado de su mejor amiga: Laura y de la mujer que veía como una segunda madre: Mirian.

La mañana llegó tan rápido como se fue y la hora de volver al trabajo había llegado, tal cual hizo el día anterior Cristina llegó temprano a su trabajo, organizo todo como el día anterior y se quedó esperando a su jefe quien desde el día anterior se había ido a medio día y no volvió.

"Buenos días", saludo Enrique llamado la atención de Cristina.

"Buenos días, señor. Ya le llevo su agenda y su café".

Enrique la miró de arriba a abajo con desprecio, pues la joven estaba toda desaliñada y sus ojeras eran notorias. "Llame a mi padre, necesito hablar con él", ordenó mientras entraba a su oficina.

Cristina suspiro profundamente y procedió a cumplir la orden de su jefe. Mientras ella hablaba por teléfono con Rafael, Enrique se encontraba en su oficina revisando los documentos que no había podido resolver, su ceño fruncido mientras revisaba las notas escritas a mano con letra legible y sin tachones.

Cristina entró a la oficina llevando consigo una taza de café y la agenda de su jefe. "¿Quién hizo esto?", pregunto con seriedad.

"Lo siento señor, sé que no debí meterme con eso, pero una vez que empecé no pude detenerme...", la joven empezó a respirar rápidamente creyendo que su actuar la estaba metiendo en problemas; sin embargo, lo que ocurrió después la dejo sin palabras.

"No tienes que disculparte, esto es absolutamente perfecto, finalmente pudiste corregir lo que estaba mal", dijo con una sonrisa genuina. "¿Cómo pudiste hacer algo así?" Pregunto Enrique sorprendido.

"La verdad no lo sé, las ideas simplemente llegaron a mi cabeza y empecé a escribir", respondió la chica con nerviosismo.

"Seguramente fue solo cuestión de suerte", comento Enrique incrédulo.

"Si, eso debió ser". Cristina no tenía idea de la capacidad que ella tenía para salir sola adelante, haber estado tanto tiempo en aquel orfanato acabo con su seguridad y ahora necesitaba recuperar eso que había perdido.

Los días siguieron pasando y Enrique se empezaba a dar cuenta de que su secretaria era muy especial y sabía que le podía servir a sus propios intereses.

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Ani España
de allí se va enamorar de ella seguro está
Luz Maritza Rodriguez Pinilla
felicitaciones hermosa narración
Magdalena Petrazzini
Me gustó mucho tu historia!! Felicitaciones!!! 🇦🇷🎉🌹🌹🫶🤗👏👏👏👏
Yris Rios Gonzalez
sin anestesia 🤣😈🔥
Lorena Larios
me gustó mucho la novela
Lorena Larios
se está poniendo interesante
Norma Miquel
Excelente!¡
Norma Miquel
Felicitaciones,me encantó la novela!!👏👏
Lorena Larios
esa Margot se merece un buen castigo
Ysabel Calderon
🤣🤣que jugada del destino🤭
Lorena Larios
la pastilla no funciono🤭
Lorena Larios
Rafael es un cobarde
Cinzia Cantú
Es muy satisfactorio leer esta historia que está muy bien escrita
Cinzia Cantú
La historia tiene una trama muy linda y triunfó el amor por sobre el odio y el resentimiento
Cinzia Cantú
Es importante que las brujas hayan desaparecido de la vida de la feliz familia
Cinzia Cantú
Por favor AUXILIO la loca Margot quiere matar a Cristina
Cinzia Cantú
Creo que Enrique le va a pedir matrimonio a Cristina
Cinzia Cantú
Falta agarrar la última desgraciada delincuente. Dónde estará la zorra de Margot ??
Cinzia Cantú
Ay Cristina no vuelvas ni siquiera a pensar de hacer algo así otra vez
Cinzia Cantú
Aviven a Cristina ya que más tonta no puede ser
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