Silvia Sephiran, es la protagonista de una historia de amor, donde una trampa llena de mentiras, la separa de su amado Javier, pero, como toda historia, la verdad sale a la luz y los protagonistas luchan por estar juntos, alcanzando su final feliz.
Pero ahora que ella ha reencarnado en Silvia, no esta dispuesta a seguir la trama y mucho menos a amar a un hombre que se deja manipular, así que, cuando tiene la oportunidad se marcha lejos de aquel hombre para iniciar una nueva vida cambiando su destino.
Lo que Silvia no esperaba es que al poner su negocio de perfumería en el reino Khalix, caería en las garras del gran general del reino, conocido como, "el hijo de la bestia", un atractivo hombre de ojos grises que se siente tentado por el dulce aroma de Silvia.
¿Silvia escapara de las garras de este hombre o caerá ante sus seductores ojos grises?
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Capitulo 03.
Los siguientes días, Oriana siempre buscaba encontrarse con Silvia cada vez que Javier estaba cerca para crear situaciones en las que ella resultaba como víctima de una prometida celosa, que buscaba alejar a la madre de su futura hijastra.
En el pueblo, ya se sabía sobre el regreso de Oriana y era el tema de conversación todos los días. Unas hablan de lo ridícula que era al volver, otras decían que ella merecía una segunda oportunidad al menos con su hija. Otras hablan de lo estúpida que era Silvia al permanecer en la mansión del duque, después de que su exesposa volvió y este le permitió vivir en la misma mansión.
Por supuesto, también se habla sobre los actos violentos de Silvia hacía Oriana por sentirse celosa y por querer alejarla de su hija. Incluso se atreven a decir que probablemente Silvia maltrata a la niña, por el regreso de su verdadera madre.
Esa mañana, Silvia había salido a beber el té en el balcón del segundo piso, pero, no tardo en llegar Oriana a arruinar el momento, sentándose frente a ella y se sirvió una taza de té, para, tirarlo sobre ella misma y gritar. Mientras que Silvia, se queda tranquila en su asiento.
Ante el grito de Oriana, las doncellas llegan, presenciando como la mujer estaba en el suelo y con té sobre su cabello y el vestido, mientras solloza.
—señorita...por favor...¿que mal le he hecho?, ¿acaso esta mal querer recuperar el cariño de mi hija y ser una buena madre?, se que usted la ha criado y lo agradezco, pero por favor, no me haga daño.— suplica.
Silvia solo mira hacía otro lado, mientras le da un sorbo de té con toda la tranquilidad del mundo, y las sirvientas, murmuran lo cruel que ha sido con una mujer que trata de ser una buena madre. Javier no tarda en llegar junto con Lina, quien al ver a su madre en el suelo, corre hacía ella usando su pañuelo para limpiarle el rostro y mira a Silvia.
—deja a mi mamá en paz...vete, te odio...— le grita a Silvia.
La pelirroja voltea y sonríe.— ¿y en que me afecta tu odio?— pregunta con frialdad.
Lina sintió un escalofrío al escuchar la frialdad en la voz y mirada de Silvia. Ella jamás la había mirado de esa forma, pues siempre la mirada con cariño.
—señorita Sephiran...sus actos esta sobrepasando los límites.— interviene Javier.— Oriana es la madre de Lina, y usted no tiene porque actuar con celos.
—Javier...ella cree que tú y yo tenemos algo...dile que no es así, que solo estoy aquí por nuestra hija.— suplica Oriana quien ya se ha puesto de pie y Lina la abraza.
—es así, señorita Sephiran, usted sabe que la amo, pero, su actuar, no es de mi agrado, por favor, detenga sus malas acciones.— le pide Javier.
Escucharlo, solo le causa náuseas, como si realmente le importará lo que él piense de ella.
—tampoco es de mi agrado él como usted se ha estado comportando.— responde la pelirroja.
Silvia se pone de pie, y tras llenar su taza, la levanta caminando para quedar a pocos pasos de Oriana.
—les puedo asegurar que yo no le tire el té, y nadie lo ha visto, pero le creen. Entonces, les mostraré que esta vez si he sido yo.—
Silvia tira todo el té de su taza en la cara de Oriana, la cual grita y se cubre el rostro. Lina se asusta y se pone delante de Oriana.
—te odio Silvia...ya no dañes a mi mamá...— suplica.
Javier sujeta la mano de Silvia con la cual sostiene la taza, y aunque mira a la joven pelirroja con enojó, Silvia no muestra expresión alguna.
—ahora si, has sido testigo de que fui yo.— responde con calma.
Aparta su mano y aunque Javier le pide hablar a solas, ella lo ignora saliendo de esa lugar, han arruinado su día.
—Javier lo siento...es mi culpa...tal vez debería irme...— comenta Oriana con una expresión lastimera.
—no mamá, no te vayas, que se vaya Silvia.— pide Lina.
—tranquila Oriana, hablaré con ella.— Javier le pide a las doncellas que ayuden a limpiar el lugar y a Oriana a buscar ropa limpia.
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Oriana ya estando sola en su habitación, no puede evitar reír, porque todo estaba saliendo bien, Silvia pronto tendrá que irse de la mansión, y ella pasará de nuevo a ser la señora de la casa, y cuando eso pase, hará que Lina sea enviada a un internado, para que no le estorbe, ya que es un fastidio tener que actuar como una madre amorosa. Pero, esa niña era la clave para que su plan salga bien, pues con todo lo que le ha dicho, la niña ya muestra su odio hacía Silvia.
Por otro lado, Silvia, había ido a perderse en el laberinto del jardín. Donde se pone a practicar su uso de magia, el cual aún seguía siendo limitado, pero lo cual era normal, ya que ahora era humana. Pero piensa irse pronto y necesita la magia suficiente para poder defenderse fuera, ya que, en ese mundo, una mujer sola es un objetivo fácil para los pervertidos y esclavistas.
La chica levanta la mano hacía adelante, cerrando los ojos mientras deja salir un leve suspiro, para después recitar un conjuro.
—rughet rakthek lek um infhertus.—
Un pequeño círculo mágico dorado aparece ante su mano y lanza un relámpago contra una banca, la cual se destruye por el impacto, demostrando que a pesar de haber sido un relámpago pequeño, tenía suficiente poder de destrucción.
–eso no es suficiente...— frunce los labios.
Nuevamente lanza el hechizo, esta vez el relámpago se eleva hasta el cielo y retumba causando un sonido de explosión, esto, llama la atención de quienes estaban en la mansión, incluso Javier se asoma por la ventana pero, no logra ver nada. Oriana también corrió hacía la ventana pensando que podrían estar atacando la mansión, pero, afortunadamente no fue así.
Silvia sonrió con satisfacción ante ese segundo ataque, poco a poco, su magia se va restaurando, aunque se siente un poco agotada, quizás porque ahora es humana, lo cual era una verdadera molestia, pero espera encontrar una forma de ser nuevamente de su especie, y entonces, podrá eliminar a quien sea que interponga en su camino.
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Villanas, aquí están los primeros tres capítulos.
Recuerden que esta obra se actualizará de lunes a viernes.
Y la de, "la reencarnación del príncipe sanguinario." se actualiza, sábado y domingo.