Isabell Janssen es una hermosa mujer de 24 años, hija de una importante familia en Nashville y esposa del director de Multinational Bank DN, ha preparado todo para celebrar su aniversario de bodas y darle a su esposo el mejor regalo. Pero su esposo tenía otros planes, dos cuerpos semidesnudos en el sofá, es lo que Isabell encontró cuando se apresuró a buscarlo en su oficina. ‘A veces el amor dura y otras veces en cambio, duele mucho’, ella creyó tenerlo todo, pero esa misma noche lo perdió; se enfrentó a los recuerdos que la aprisionaban en la tristeza y frustración para poder levantarse y darse una nueva oportunidad.
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Capítulo 2. Feliz aniversario cariño.
Capítulo 2. Feliz aniversario cariño.
Es media noche, Joseph conduce su auto por las avenidas de la ciudad hasta llegar a su casa, el poco tráfico le facilita llegar sin contratiempos, estaciona su auto en la acera, tan pronto entra a su casa percibe un ligero olor a humo, todo está completamente oscuro, la tenue luz que entra del exterior le permite dar unos cuantos pasos hasta el interruptor. Se detiene en la cocina, ensimismado en sus propios pensamientos al contemplar lo que Isabell había preparado para esa noche.
Afloja el nudo de su corbata mientras avanza a paso lento hasta acercarse al comedor, está adornado con un lindo mantel rojo, cristalería elegante y un candelabro, se acerca a la mesa, hay una pequeña nota bajo un estuche aterciopelado color negro. ‘Feliz aniversario cariño’, arruga el entrecejo, abre el estuche y se sorprende al ver la hoja membretada del Centro de Fertilidad y Cuidado para la mujer en Nashville, donde se realizó la prueba de embarazo junto a un fino reloj.
Las lágrimas escapan de sus ojos sin previo aviso, los cierra con pesar mientras sujeta con fuerza entre sus manos la hoja. Isabell le había preparado el mejor regalo de aniversario.
Se sienta perezosamente sobre el sofá, con un vaso de whisky en la mano y la hoja en la otra, reposa la cabeza sobre el respaldo, mantiene los ojos cerrados pensando en todo lo que ha sucedido, su teléfono móvil comienza a sonar dentro del bolsillo de su pantalón. Asiente sobre la mesa de centro el vaso para sacar su celular, cuando ve el nombre en la pantalla frunce el ceño y responde de mala gana.
- Te dije que no te volvieras a aparecer frente a mí\, y todavía tuviste el descaro de ir a la clínica donde está mi esposa. – Grita furioso al teléfono.
- Sé que estás molesto y con todo lo que ha pasado… yo también me siento culpable Joseph\, pero cariño\, yo te amo. No me pidas que me aleje de ti. – Lloriquea Beatrice.
- Lo siento\, pero amo a Isabell\, lo que pasó entre nosotros nunca debió ser.
Joseph cuelga la llamada sin darle oportunidad de replicar, lo escucha sonar un par de veces más, Beatrice intenta comunicarse con él desesperadamente, pero él simplemente ignora el sonido de su celular. Se pone de pie y avanza hacia su habitación, aún se percibe el dulce perfume de Isabell en el interior de ésta, se acerca al tocador, acariciando con la yemas de los dedos el borde del mueble. Sostiene en sus manos el cepillo que peina la larga cabellera castaña de su esposa, lo acerca a su nariz para impregnar sus fosas nasales con su aroma, todo en ese lugar le recuerda a ella, se maldice en su mente porque es consciente de que esto puede separarlos.
Isabell solo tenía dieciocho años cuando se conocieron, Joseph era uno de los mejores amigos de Brian, cada que llegaba de visita, se ocultaba tras la ventana de su habitación, mientras lo observaba divertirse con el resto de los chicos en el jardín de su casa. Era un chico despreocupado y divertido, pero cuando se convirtió en el director de Multinational Bank DNN, la carga de trabajo y las nuevas responsabilidad lo convirtieron en un hombre complejo, al menos esa era la impresión que muchos tenían de él, pero con Isabell era diferente.
Sus padres nunca estuvieron de acuerdo con su relación, su hija era demasiado joven para un compromiso tan serio como lo es el matrimonio, no creyeron que durarían mucho tiempo y querían evitarle la decepción amorosa. Después de un año de novios, decidieron casarse a escondidas, ella parecía feliz y fue lo único que tranquilizó a sus padres, Joseph era un hombre considerado y amoroso, no podía ocultar su amor por ella, siempre creyó ridículo lo que esa hermosa mujer lograba en él.
Con lágrimas en los ojos observa la cama, ahora está vacía y un sentimiento extraño lo invade, es la primera vez desde que se casaron, que ella no pasa la noche en casa. Deja escapar un fuerte suspiro, termina de quitarse la corbata y el resto de su ropa la deja caer en el cesto que está en el baño, toma una ducha, se mantiene inmóvil bajo el chorro de agua tibia, recuerda el rostro de Isabell, cierra los ojos con ira, se imagina lo que pudo haber sentido al verlo haciéndole el amor a otra mujer.
Después de ducharse sale del baño y se viste con ropa casual para ir a la clínica, antes de hacerlo, toma una pequeña maleta del vestidor y empaca algo de ropa para Isabell junto con sus accesorios de uso personal. Media hora después, se encuentra a su suegro en la sala de espera tomando un café, luce desaliñado y cansado, Joseph deja escapar un suspiro sabiendo que el señor Bruce no perderá oportunidad para reclamarle, sin más remedio se acerca a él.
- ¿Ha despertado? – Pregunta ansioso.
- Lo hizo hace un momento\, abrió los ojos perezosamente\, cuando reconoció el lugar se agitó\, tuvieron que darle un calmante. Se ha dormido nuevamente. – Explica su suegro. – Una vez que Isabell esté bien\, tú y yo nos sentaremos a hablar. – Advierte antes de ponerse de pie\, se aleja dejándolo solo en la sala de espera.
Mientras espera, su teléfono continúa sonando sin parar, lo saca de su bolsillo solo para confirmar que es Beatrice quien no ha dejado de mandarle mensajes desde la última vez que hablaron.
A la mañana siguiente, Isabell comienza a abrir los ojos pesadamente, se siente débil y el dolor en todo el cuerpo le recuerda el accidente que sufrió la noche anterior. La mirada se le nubla rápidamente, cada recuerdo se hace vivido, pasa una y otra vez en su mente. Comienza a ponerse ansiosa, pone las manos sobre su vientre, hay un sentimiento extraño en su interior, presiente que algo está mal, se inquieta rápidamente, necesita ver a su doctor, asegurarse de que su bebé está bien, ahora es lo único que le importa. Con la mirada nublada observa alrededor de la habitación, no está sola, pero quien ahora está frente a ella, es a quien menos espera ver tan pronto despierta.
- ¿Qué haces aquí? – Isabell intenta mantenerse calmada\, pero no soporta la presencia de Beatrice\, quien se encuentra de pie junto a la puerta.
Beatrice entró a la habitación de Isabell aprovechando que sus padres habían ido por un café a la cafetería de la clínica y Joseph se había quedado dormido en la sala de espera.
- Me enamoré de él hace mucho tiempo\, cuando Louise nos presentó\, me propuse conquistarlo. No me importaba que estuviera casado\, pero… él se resistió durante todos estos años hasta que por fin logré llamar su atención. Después de lo de anoche se ha negado a verme y a responder mis llamadas\, temo que me aleje de él\, en mi estado… yo no podría soportarlo.
- ¿De qué hablas? – Cuestionó ansiosa\, era la segunda vez que la había escuchado decir eso.
- Isabell\, no sé cómo decirte esto. – Dijo pretendiendo estar preocupada por ella.
- Si estás aquí\, es obvio que ansías decírmelo. Habla de una vez por todas y sal de aquí. – Dijo impaciente y molesta.
- Beatrice frunció el entrecejo irritada por las palabras de Isabell. – Estoy embarazada – Isabell abrió los ojos incrédula. – Ahora que tú has perdido a su bebé\, creo que podrías alejarte de él. – Las duras palabras de Beatrice la dejaron sin habla.
Isabell puso de nuevo las manos sobre su vientre, ese sentimiento extraño que tuvo hace tan solo unos segundos, era el vacío que se había apoderado nuevamente de su interior. Tenía mucho dolor en todo su cuerpo, pero la presión que ahora sentía en su pecho minimizó todo lo demás. Comenzó a llorar histéricamente, arrancó bruscamente el catéter que tenía en el dorso de su mano, cerró los puños con fuerza enterrando las uñas en la sábana que cubría la cama. Tiró al piso todo lo que estaba a su alcance, mientras ella lloraba, Beatrice la observaba desde donde estaba parada, con cierto regocijo en su mirada.
- Vete – gritó Isabell – Lárgate de aquí. – gritaba.
Los gritos se escuchaban afuera de la habitación, pronto entraron un par de enfermeras y atrás de ellas, Joseph y los padres de Isabell. Las enfermeras se acercaron a ella, sujetaron sus manos para impedir que se hiciera daño.
- Haz que se vayan papá\, no quiero volver a verlos. – Gritó entre llanto.
Joseph observaba furioso a Beatrice, no pensó que se atreviera a tanto. El señor Bruce sujetó a Joseph de la camisa, Beatrice intentó ayudarlo, pero la mirada de la señora Elizabeth la hizo mantenerse inmóvil en su lugar.
- ¿Qué está pasando aquí? – Dijo el doctor Guillermo cuando entró al cuarto. – Bruce\, será mejor que te comportes.
El doctor Guillermo ordenó a una de las enfermeras que le suministrara una pequeña dosis de calmante a Isabell, a los pocos minutos de que el calmante hiciera su efecto, el doctor sacó a todos de la habitación.
- No sé qué problemas tengan\, pero Isabell necesita estar tranquila. – Dijo el doctor Guillermo\, el señor Bruce asintió. – Se supone que la daría de alta al medio día\, pero debido a su condición será mejor que se quede en la clínica\, al menos por hoy.
Sus padres estuvieron presentes cuando el doctor Guillermo le habló sobre la intervención que tuvieron que hacerle de emergencia, ella se mantuvo en silencio, con la mirada perdida en sus propios pensamientos, lo único que les confirmaba que ella estaba escuchando era ver la expresión de dolor en su rostro bañado en lágrimas. El señor Bruce y la señora Elizabeth permanecieron a su lado hasta que se quedó dormida, tras eso, Brian y Khloe cubrieron guardia en lo que ellos regresaban a casa a tomar una ducha y descansar.
Joseph se había mantenido en la sala de espera, en dos ocasiones intentó colarse a su habitación, estaba desesperado por hablar con su esposa, por saber qué le había dicho Beatrice e intentar aclarar la situación, pero Brian se lo había impedido. En cuanto vio a la mejor amiga de su esposa llegar a la clínica frunció el ceño actuando con nerviosismo.
- La puerta de la habitación se abrió. - ¡Hola! ¿Puedo pasar? – Dijo Elaine Wheeler\, la mejor amiga de Isabell.
- Claro – respondió Brian – Aunque ahora está dormida.
- Ya no lo estoy. – Dijo Isabell con voz ronca. – Puedes decirles que dejen de sedarme\, no soporto cuando pasa el efecto\, me siento débil y aún más deprimida. – Isabell extendió débilmente sus brazos hacia su amiga. Elaine se acercó de inmediato\, se sentó a su lado y la abrazó tiernamente.
- Las dejaremos solas por un momento. – Dijo Khloe acariciando la cabeza de su hermana menor\, ella asintió con la cabeza y sonrió con los labios apretados.
Las dos esperaron a que Brian y Khloe salieran de la habitación, fue hasta entonces que Isabell pudo echarse a llorar descontroladamente, Elaine le permitía desahogarse mientras acariciaba su cabello.
- Lamento no haber estado aquí antes. – Dijo Elaine. – Fui a visitar a mamá e insistió en que me quedara a dormir\, fue hasta hoy que vi los mensajes de Khloe en mi celular. – Elaine la separó un poco\, y fijó su mirada en ella. – Dime qué pasó Bell. – Dijo suplicante.
- ¿Recuerdas que el viernes era mi aniversario? – Elaine asintió\, cómo olvidarlo\, Isabell no paraba de hablar de ello y de la sorpresa que había preparado para Joseph. – Esperé por dos horas a que él llegara\, estaba impaciente\, así es que tomé las llaves de mi camioneta y fui en busca de él. No sé porqué razón se me ocurrió que aún podría estar en su oficina\, cuando llegué ahí… - Isabell se echa a llorar cubriendo su rostro. – Lo encontré teniendo sexo con Beatrice\, la mejor amiga de su hermana.
- Elaine abrió los ojos con sorpresa\, jamás esperó escuchar lo que su amiga acababa de decir. – ¿Tus padres saben sobre esto? – Isabell negó con un movimiento de su cabeza. – Qué descaro el de esos dos. – Resopló furiosa\, Elaine y Joseph nunca se habían llevado bien\, ninguno de los dos podía ocultar su desprecio.
- Beatrice se coló a la habitación esta mañana y… me dijo que está embarazada. – Elaine cubrió su boca con su mano izquierda\, enseguida la estrechó en sus brazos tratando de consolarla. – He perdido a mi bebé\, por segunda vez he sido incapaz de poder conservarlo en mi vientre y ahora\, ella le dará un hijo. – Dijo entre llanto.
Lo que ninguna de las dos sabía, era que Brian se había mantenido cerca de la puerta, no sabía por qué su hermana estaba en tal situación y por qué razón su padre le había pedido mantener alejado a Joseph, su curiosidad había sido tan grande que no pudo evitar escucharlas. Joseph lo observa a lo lejos, se da cuenta de que su expresión ha sido reemplazada por un gesto de enojo, sus ojos rojos son capaces de consumirlo por completo desde tal distancia.
Cuando Brian lo observó, caminó con largas zancadas apresurando su paso hacia él, pero antes de poder llegar, su padre lo detuvo. Tras ellos estaban los padres de Joseph quienes no tenían idea de lo que estaba pasando, Khloe se había distraído mientras atendía una llamada, por lo que tampoco se enteró de nada.
- ¿Qué te pasa? – Cuestionó el señor Bruce mientras lo sujetaba del brazo y hablaba con él por encima de su hombro.
- ¡Este maldito! - Gritó Brian furioso.
- Tranquilo – dijo su padre intentando calmarlo – no es el lugar ni el momento correcto\, todo a su tiempo hijo. – Le aseguró.
- Bruce\, ¿puedes decirme qué está pasando? – Preguntó curioso el señor Robert\, padre de Joseph.
- Lo siento Robert\, he venido a la clínica a ver a mi hija\, es la única que me importa. Por ahora\, el único que puede aclarar todas tus inquietudes\, es tu hijo. – Dijo el señor Bruce observando fríamente a Joseph.
Mientras los padres de Joseph se acercaban a él en busca de respuestas, los padres de Isabell y sus hermanos, entraron a la habitación, donde pudieron ver a Isabell durmiendo en los brazos de su mejor amiga.
- Se acaba de dormir de nuevo\, el sedante aún no terminaba su efecto. – Dijo Elaine poniéndose de pie mientras asentaba despacio la cabeza de Isabell sobre la almohada.
- Gracias por venir hija. – Dijo la señora Elizabeth sujetando cálidamente su brazo\, Elaine asintió con la cabeza.
- Está ansiosa por dejar la clínica. – Dijo Elaine intentando sonreír. – Si no les importa\, me gustaría quedarme esta noche con ella; ustedes necesitan descansar y\, ya que mañana la darán de alta\, pueden venir por ella.
- La señora Elizabeth se mostraba renuente\, confiaba en Elaine\, simplemente no quería alejarse de su hija menor. – Ella estará bien mamá\, además\, Elaine tiene razón\, ustedes se han quedado la noche anterior\, necesitan descansar. – Intervino Khloe.
- Está bien\, pero por favor\, llámanos de inmediato si surge algo. – Dijo la señora Elizabeth.
te agradezco no poner fotos de referencia, cada le da forma a los protagonistas y eso es valorable