Freya, Renacida Para Luchar

Dos días después, Freya estaba en la escuela, en una lección de números, intentaba hacer que los niños y las niñas leyeran un pequeño problema matemático y les daba algunas opciones... Freya: entonces niños, si mi madre me da tres monedas para comprar manzanas, cada manzana cuesta una moneda para cuántas manzanas me alcanza

- para tres maestra

Freya: muy bien... y si quiero comprar solo una naranja que cuesta dos monedas con cuántas monedas me quedo entonces...

- con una maestra y así se compra una manzana

Freya y los niños rieron, pero ellos se quedaron callados de inmediato, ella los miró sorprendida y se dio cuenta que en la puerta del salón estaba el Gran General, El mago y un guardia al que no había visto antes.

Freya lo miró furioso, porque los niños estaban asustados, nunca habían visto a esas personas en el pueblo y su rostro infantil lo reflejaba...

- maestra todo está bien

- maestra ¿quiénes son?

- maestra tengo miedo

Freya: tranquilos niños, estos señores solo vienen a saludar no querían asustarlos... ¿cierto?

Los tres hombres asintieron y aunque el mago era el único que sonreía, los niños de igual forma los miraban con desconfianza

Gran General: maestra Freya, será posible que hablemos ahora, es importante

Freya: gran general será posible que espere unos minutos hasta el receso de la clase

Gran General: creo que estos buenos niños se merecen unos minutos más de receso

Freya lo miró furioso

Freya: bien, niños salgan por favor, es hora de un gran receso.

Los niños y las niñas salieron felices del salón, pero mirando con desconfianza a los tres hombres que estaban cerca. Cuando el último niño salió los hombres se acercaron. Ella no quitaba su mirada molesta hacia ellos.

Freya: no había una forma más sutil de avisar que habías llegado, asustaste a los niños. Gran General: era importante necesitaba hablar contigo

Freya: te dije que no tengo problemas en ayudarte, pero no puedes entrar así e interrumpir mi trabajo.

Gran General: bien, solo escúchame, el mago tiene algo que decirte

Mago: perdona señorita Freya por nuestra forma acelerada manera de entrar, no fue nuestra intención interrumpir sus lecciones con los estudiantes

Freya: solo dígame qué necesita

Mago: será posible que me dé una gota de su sangre

Freya: ¿una gota de mi sangre? ¿para qué?

Mago: quiero ver porque su cuerpo reacciona asi ante el general... bueno, mejor dicho porque el cuerpo de él reacciona al de usted...

Freya: bien solo hágalo rápido 

El mago asintio y le hizo rápidamente un corte en el dedo, ella solo hizo un pequeño gesto de molestia.

Freya: bien, ahora se pueden ir

Mago: por supuesto 

Gran General: vuelve con cuidado 

Freya: vivo al frente... mmmm ¿el mago y el guardia también se quedarán en la casa?

Mago: si

Gran General: no. ya tengo un lugar para la central militar que se ubicará en este pueblo.

Freya: central militar? General podemos hablar a solas un momento.

Mago: Por supuesto, esperaremos afuera

Freya: ¿Cómo es eso de central militar?

Gran General: Necesito trabajar y tu no quieres ir a la capital

Freya: bien, pero por favor, no alteres a la gente de este lugar, son gente buena

Gran General: por supuesto, de hecho planeo ayudar a este pueblo

Freya: ¿de verdad?

Gran General: por supuesto

Freya: maravilloso, estas personas necesitan ayuda, muchas gracias.

Él asintió y salió del salón. La clase en el salón continuo con normalidad.