Lauren Rossi, creía tener la relación perfecta con su amado novio, Paul, hasta que lo descubre en la cama su mejor amiga. Cegada por el dolor, Lauren decide ir a un bar a ahogar sus penas en alcohol; lo que ella no sabía que en ese bar se encontraría con el mismísimo diablo, llamado Alexei Kutnezcov.
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Capítulo 23
Abrí los ojos, comenzando a notar como el sol ingresaba por las cortinas grises, tan largas que llegaban al suelo. Observé mis manos, tan pequeñas, como las de un niño. Caminé por el lugar, observando atentamente el hermoso y desconocido sitio en el que me encontraba, tan extraño y familiar a la vez.
—Vita mía, ¿Dónde estás? –Una voz masculina que nunca antes había oído me llamaba, sin embargo, siento que lo conozco. Comencé a seguir la voz, el lugar era enorme y cálido, mis pasos eran cortos y torpes, pero necesitaba encontrar al dueño de aquella voz misteriosa–.
Salí de la casa, encontrándome con un hermoso jardín repleto de hermosas flores, en el centro había una mesa redonda de hierro, allí había un hombre muy alto, su vestimenta era digna de admirar, pues portaba uno de los trajes más hermosos jamás creados.
Él estaba de espaldas, pero escuchó mis pasos y volteó, no podía ver su rostro debido a que el sol no me lo permitía, pero sí escuché su voz una vez más.
—Stellina... Mí bella Stellina...
No sé por qué, pero escuchar aquéllas palabras, causaron que una inmensa angustia llenara mí corazón y mis lágrimas comenzaron a caer.
—Oh, no, no, no... –Él se acercó y me tomó en sus brazos, pero no me atreví a mirarlo, me oculté en su pecho a llorar, mientras su mano acariciaba mí cabello. Su aroma era familiar, igual que su presencia–. No llores, mí bella Stellina, a papá no le gusta verte llorar...
Me detuve al escucharlo, rápidamente levanté la vista, queriendo verlo. Pero no pude, el sol me encandiló y por más que intenté, no lo logré.
Él me puso nuevamente en el suelo, acarició mí cabeza y comenzó a alejarse. El pánico se apoderó de mí y comencé a seguirlo, corrí y corrí pero no lo alcancé.
—¡No te vayas, no te vayas! –Grité, pero él nunca miró hacia atrás. Mí dolor aumentó y mis lágrimas cayeron a borbotones–.
—Milashka...
—¡¡POR FAVOR, REGRESA!! –Trataba de tomar su mano, pero su imagen era cada vez más borrosa–. ¡¡NO ME DEJES SOLA, LLÉVAME CONTIGO!!
—¡¡MILASHKA!! –La voz cargada de preocupación de mí esposo me despertó, junto con una sacudida, abrí los ojos, sentándome en la cama mientras trataba de calmarme, pero no podía, así como tampoco podía detener las lágrimas que recorrían mí cara–.
Me detuve a observar el entorno, dándome cuenta que todo había sido un sueño, ¿Pero por qué se sintió tan real? ¿Quién era ese hombre? ¿Por qué se sentía tan familiar? No lo conozco.
—Milashka... –Alexei puso su mano en mí barbilla y me obligó a mirarlo, sus pulgares limpiaron suavemente mis lágrimas, mientras me observaba con preocupación–. ¿Estás bien? ¿Es el bebé? ¿El bebé está bien? ¿Te duele algo? Llamaré al doctor ahora mismo –Lo detuve antes de que pudiera moverse, negué y apoyé mí frente en su hombro. Él me abrazó, y traté de encontrar consuelo en sus brazos, pero en éste momento, era imposible–.
—Tuve una pesadilla muy fea... –Murmuré, recordando ese sueño y el dolor en mí corazón aumentó. Él se apartó suavemente y su expresión se volvió más seria, pero su preocupación seguía intacta–.
—¿Una pesadilla? ¿Quieres contarme? –Acomodó un mechón de cabello detrás de mí oreja, para luego comenzar a acariciar mí vientre mientras esperaba mí respuesta. Negué, no quería hablar de eso y, lo que es peor aún, no sabía cómo hacerlo porque, ¿Cómo le explico que soñe con una niña y con un hombre desconocido? No tendría sentido, ni siquiera para mí lo tiene–.
—No quiero hablar de eso... –Él frunció el ceño, pero no insistió–.
—Bien, pero debes comer un poco, te traje fruta. Es bueno para la bebé –Me pasó un plato repleto de frutas, para que pudiera desayunar en paz–.
—¿No hay chocolate? –Me quejé y mí esposo enarcó una ceja, mientras que una sonrisa burlona amenazaba con formarse en su boca–. Es para la bebé... –Dije con un puchero, sabía que así podía ganarle–. A la bebé le gusta el chocolate, debes cumplir mis antojos o ella se molestará contigo.
Él ya no pudo soportarlo y soltó una fuerte carcajada, causando que mis mejillas se pusieran rojas por lo infantil que estaba siendo.
—¿Si? ¿Si no cumplo con tus antojos, la bebé se molestará conmigo? –Sonrió y aunque se estaba burlando de mí, me siguió el juego–. No quiero que eso pase, no puedo permitir que la princesita se moleste con papá –Besó mí vientre, para luego salir del lugar en busca de mí petición–.
Unos minutos más tarde, mí esposo regresó con una taza de chocolate caliente y un cuenco de chocolate derretido para que pudiera comer mí fruta con el.
Está demás decir que me emocioné tanto que se lo arrebate. Pero a él no le importó, mí esposo estaba feliz de complacerme, como siempre.
Mientras comía plácidamente mí desayuno y Alexei le hablaba a mí vientre, la puerta se abrió, revelando a Xander, quien venía acompañado de los trillizos.
La sonrisa en el rostro de mí esposo se borró al instante.
—¿No sabés tocar? –Gruñó y sus ojos fueron a los niños detrás de su hermano–. ¿Qué hacen ellos aquí? –Los niños se ocultaron aún más, se sentían muy intimidados por su padre o, quizás, avergonzados por sus acciones–.
—¿No me vas a recibir con un abrazo? –Fingió un puchero– ¡Eso me causa tanto dolor! –Llevó sus manos a su pecho, fingiendo estar dolido, mí marido gruñó en respuesta, pero sus ojos seguían fijos en los niños–.
Xander se dió cuenta de ésto y sonrió, se acostó a mí lado.
—¿Me das un poco de fruta, preciosa? –Asentí y le pasé el tazón, pero el muy descarado abrió la boca para que yo lo alimentara, no me molestó en absoluto, después de todo, es mí cuñado–.
Lo alimenté yo misma, mientras Alexei se cruzaba de brazos, molesto. Xander se acomodó en la cama y miró a los niños.
—¿No tienen algo que decir? –Los niños se movieron torpemente, viéndose unos a otros y, finalmente, Ezra dió un paso adelante–.
—Perdón, mami Lauren... –Sus palabras me paralizaron, tanto a mí, como a mí esposo–. Lamentamos haber sido malos contigo, sólo queríamos que papá volviera con nuestra mamá...
Escuché a mí esposo soltar un suspiro frustrado, pero no interrumpió.
—Lamentamos haberte empujado a la jaula del tigre, no tenemos excusas para nuestras acciones, porque aunque mamá nos lo ordenó, nosotros obedecimos, perdón, mami Lauren –Me sorprendió escuchar palabras ya contundentes de la boca de Reegan, quién siempre solía ser más reservado–.
Eos se acercó a mí y me entregó un papel, lo observé y era un dibujo de una mujer, con dos conejitos y tres niños jugando en un jardín.
—S-Somos nosotros, con vaquita y canela –Murmuró sin verme, perdón por querer que el tigre se comiera a los conejitos... –Murmuró–.
No sé si es debido al suelo que tuve o qué, pero comencé a llorar, los niños estaban disculpándose conmigo y eso era todo lo que quería. Sequé mis lágrimas lentamente y sonreí.
—Vengan con mamá, niños –Abrí mis brazos y ellos no dudaron, corrieron hacia mí, se subieron a la cama y se acurrucaron en mis brazos–.
Murmuraban palabras de disculpa, mientras sollozaba y no pude evitar llorar de nuevo. Miré a mí esposo, quien nos observaba con una expresión suave, él se acercó y nos abrazó a todos.
—¿No hay lugar para mí? –Musitó Xander, interrumpiendo, como siempre–.
—No, ya vete –Ordenó mí esposo, pero Xander simplemente continuó comiendo mis frutas con chocolate–. Niños, no sean rudos con su madre, podrían lastimar a su hermana y si hacen eso, me molestaré muchísimo.
Los niños se apartaron rápidamente y nos observaron con confusión.
—¿Hermana? ¿Qué quieres decir? –Cuestionó Ezra–.
Alexei se acomodó a mí lado y acarició mí vientre suavemente.
—Mamá está embarazada, hay un bebé en su panza –Explicó con calma–.
Ezra y Reese se miraron entre si con confusión, mientras que Eos me miró con horror.
—¿En tu panza...? ¡¿TE LA COMISTE?! –Xander se atragantó con su comida, mientras que Alexei y yo soltabamos una carcajada por su inocencia–.
—Tú deberás explicarle de dónde vienen los bebés –Le murmuré a mí esposo, quien sonreía como un tonto, pero estaba feliz y yo lo sabía, ahora podía estar con todos sus hijos–.
...★★★...
...¿Qué les pareció el capítulo de hoy? No olviden comentar, yo siempre los estoy leyendo🫶✨...