Entre Las Sombras

...Eres la razón por la cual creo en los finales felices...

...ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ...

Cristal:

En la penumbra del atardecer, mi teléfono retumba, y una voz distorsionada pero familiar del otro lado revela la pesadilla: <"Tengo a tu madre">. La adrenalina se apodera en mí, quien, con el corazón latiendo fuertemente, decido actuar. Rápidamente, junto a mi amiga, nos lanzamos a toda velocidad por las calles hacia la dirección proporcionada, cada intersección aumentando la ansiedad. La angustia se mezcla con la urgencia mientras el reloj avanza inexorablemente, y la esperanza de salvar a mi madre se convierte en el motor que impulsa cada giro y cada acelerón en el viaje hacia lo desconocido.

Cuando por fin llegamos a un callejón, me quedo sin aliento al ver el escenario. Es un lugar oscuro y sucio, lleno de basura y grafitis. El olor a podredumbre y orines me invade las fosas nasales. Al fondo, hay una puerta metálica con un letrero que dice "No entrar". Detrás de esa puerta, supongo, está mi madre.

Salgo del auto dejando a mi amiga dentro, pero antes

_Quédate aquí, yo me encargo de esto.

_¿Estás segura? -me pregunta ella con preocupación.

_Sí, confía en mí. No te preocupes, todo va a salir bien -le miento con una sonrisa forzada.

Me acerco a la puerta con cautela, esperando que no haya ninguna trampa o sorpresa desagradable. Golpeo con fuerza y espero una respuesta. Nada. Vuelvo a golpear, más fuerte. Nada. Empiezo a impacientarme y a temer lo peor.

( ¿Y si ya es demasiado tarde? ¿Y si mi madre ya no está ahí? ¿Y si todo es una trampa?)

Entonces, la puerta se abre de golpe y me quedo paralizada al ver la cara que aparece. Es alguien que conozco muy bien, alguien que me ha hecho mucho daño, alguien que nunca esperé volver a ver. Es mi padre.

Mi padre, el hombre que nos abandonó a mi madre y a mí cuando yo era una niña, el hombre que nos hizo sufrir tanto, el hombre que ahora tiene a mi madre secuestrada. No puedo creer lo que veo.

( ¿Cómo es posible que él esté detrás de todo esto? ¿Qué quiere de nosotras? ¿Qué le hemos hecho?)

Mi padre me mira con una sonrisa maliciosa

_Hola, hija. Cuánto tiempo sin verte. ¿Me echabas de menos?

_No, no te echaba de menos. Te odio, te odio con toda mi alma -lo miro con rabia.

_Vaya, qué poco cariño me tienes. Después de todo lo que he hecho por ti, por tu madre...

_¿Qué has hecho por nosotras? ¿Abandonarnos? ¿Hacernos sufrir? ¿Secuestrar a mi madre? ¿Qué clase de monstruo eres?

_Un monstruo que sabe lo que quiere, y lo que quiere eres tú.

_¿Yo? ¿Qué quieres de mí?

_Quiero tu sangre, tu poder, tu esencia. Quiero lo que te hace especial, lo que te hace diferente, lo que te hace una Licantropo.

Mi loba interior ruge al escuchar esas palabras. Siente el peligro, la amenaza, el desafío. Quiere salir, quiere luchar, quiere vengarse. Yo solo trato de calmarla, de controlarla, de no perder la razón. Sé que mi padre es más fuerte que yo, que tiene más experiencia, que tiene ventaja. Sé que si me transformo, puede que no salga viva de aquí. Pero también sé que si no lo hago, puede que no salga mi madre.

_¿Qué le has hecho a mi madre? ¿Dónde está? ¿Está bien? -le pregunto con angustia.

_Tu madre está bien, por ahora. Está en una habitación, atada y amordazada, esperando a que la rescates. O a que la mates.

_¿Qué? ¿Qué quieres decir?

_Quiero decir que tienes que elegir, hija. Tienes que elegir entre tu madre y tu loba. Si quieres salvar a tu madre, tienes que renunciar a tu loba. Tienes que dejarme extraer tu sangre, tu poder, tu esencia. Tienes que dejarme convertirte en una humana normal, sin nada especial. Pero si quieres conservar tu loba, tienes que matar a tu madre. Tienes que dejar que tu instinto se apodere de ti, que tu furia te domine, que tu sed de sangre te ciegue. Tienes que elegir, hija. ¿Qué vas a hacer?

Pienso en todo lo que me ha dicho mi padre, pero no voy a dejar que me quite a mi loba. Así que mi loba gruñe, pero antes me dice internamente que nos comuniquemos con Deimos telepáticamente. Así que eso hago y le digo que llegue por la parte trasera y que cuando esté cerca se meta para rescatar a mi madre, para poder derrotar fácilmente a mi padre. Espero unos cuantos minutos, cuando en mi cabeza escucho un

(ya estoy aquí)

Así que río maniáticamente y hago que el poder de demonio y lobo se encienda para luchar con los guardaespaldas de mi padre. Mando ráfagas de fuego a los hombres, pero siento un fuerte dolor en mi abdomen. Mi padre me había metido una daga en el abdomen. Grito de dolor y rabia, pero no le doy el gusto de verme caer. Con un último esfuerzo, le lanzo una bola de fuego que lo hace retroceder. Mi padre huye con su forma lobo y yo gruño fuerte. Escucho que Deimos arranca su auto, escuchando que mi madre está a salvo. Yo me destransformo y veo mi herida, la cual ha crecido más. Veo una carta que dejó mi padre, así que la agarro y camino al auto, metiéndome en él y poniendo la carta en un asiento. La carta dice que pronto nos volveremos a ver y que esta vez su objetivo no va a fallar. Me quedo helada al leer eso.

(¿Qué objetivo? ¿Qué planea hacerme? ¿Por qué no me deja en paz?)

Mi amiga, que estaba esperando en el auto, me mira con preocupación y me ayuda a ponerme el cinturón.

_ ¿Estás bien? - me pregunta ella, mientras me amarra la herida con un pañuelo.

_ No, pero lo estaré - le digo, tratando de sonreír.

_ ¿Qué dice la carta? - me pregunta, señalando el sobre.

_Nada bueno, solo amenazas - le digo, sin querer entrar en detalles.

_¿Quién te la escribió? - me pregunta, con curiosidad.

_Mi padre, o el que creía que era mi padre - le digo, con amargura.

_¿Qué quieres decir? - me pregunta, confundida.

_ Es una larga historia, te la contaré luego - le digo, evitando el tema.

_Está bien, pero no te guardes nada, ¿vale? - me dice, con cariño.

_Vale, gracias por estar aquí - le digo, agradecida.

_No hay de qué, somos amigas - me dice, sonriendo.

_Sí, lo somos - le digo, devolviéndole la sonrisa.

Conduzco con cuidado, siguiendo las indicaciones de Deimos. Él me dice que nos espera en un lugar seguro, donde podremos curarnos y descansar. No sé si confiar en él, después de todo lo que me ha pasado. Pero tampoco tengo otra opción. Así que sigo conduciendo, esperando llegar pronto. Esperando que todo esto termine. Esperando que mi vida vuelva a la normalidad. Pero sé que eso es imposible. Sé que mi vida ha cambiado para siempre. Sé que mi destino me espera. Y no sé si estoy preparada para enfrentarlo.