AHORA SÍ SERÉ LA VILLANA

El viaje de Ángelo iniciaría por el reino rubí. Sí, él había dicho que viajaría del reino más lejano al más cercano, pero sospechaba que la emperatriz haría algo en su contra. Ella nunca había ocultado su odio hacia el. Por una parte, eso estaba bien, pues sabía a que se atenía, haciéndola una persona predecible.

Otro cambio qué el haría a sus planes es que precisamente saldría a la media noche, no esperaría los primeros rayos de Sol, eso también lo hacía estar dos pasos delante de la emperatriz. No dudaba qué ella con tal de matarlo mandaría a mercenarios a interceptar su camino.

Emperatriz: son unos estúpidos, buenos para nada, como puede ser posible que ni siquiera lo hayan visto pasar y así se dicen llamar Mercenarios.

La emperatriz estaba molesta por la mala noticia qué acababa de recibir. Ella, el mismo día que se enteró de la partida de Ángelo, había contratado a los mejores mercenarios para acabar con la vida de su hijastro. Está era la mejor oportunidad pues el emperador no sospecharía nada y cuando se diera cuenta, sería demasiado tarde y no habría pruebas que la inculparan.

Hace años cuando el príncipe era un bebé, había intentado acabar con él, pero al parecer el emperador se dio cuenta o simplemente se aferro a él, que no se lo despegó ni para dormir, haciendole imposible a la emperatriz acabar con él. después cuando creció, no lo dejaba solo, ni para dormir, había colocado guardias en la puerta a vigilar día y noche, lo sobreprotegio de sobremanera. Tiempo después, cuando pudo sostener una espada, lo entreno personalmente.

Mercenario: señora estamos seguros de que el nunca paso por aquí.

Emperatriz: no digas estupideces, el salió hoy, a primera hora de la mañana, como puede ser posible que me digas que nunca paso por aquí.

Mercenario: bueno, entonces la información que nos proporcionó era incorrecta, a menos que...

Emperatriz: a menos que, qué, dímelo.

mercenario: bueno, una opción es que haya tomado otra ruta o dos, que haya salido en la noche, nosotros llegamos al punto desde las 5 de la mañana, calculando qué como a las 7 pasaría por allí y nunca lo vimos.

Emperatriz: maldito bastardo, debí predecir qué haría lo contrario a lo que dijo, investiguen qué ruta tomó y acaben con el.

Mercenario: está bien, pero eso le costara más caro. no sabemos que dirección tomó, eso significa que tendré que desplegar más de mis hombres y ocuparé recursos.

Emperatriz: ni siquiera terminaste el trabajo y quieres más, bastardo.

mercenario: jajaja ese no es asunto mío, usted nos dio la ubicación y el horario, que haya sido incorrecta no es culpa nuestra, mis hombres se desplegaron así que el dinero ya se lo ganaron.

Emperatriz: bastardos, está bien, pero quiero que localicen a ese bastardo y lo maten.

La emperatriz arrojó una bolsa de dinero, el mercenario la reviso, encontrándose con monedas de oro.

Mercenario: vaya, sí qué es generosa mi emperatriz, nos retiramos, tenemos trabajo qué hacer. _ le tomá la mano y le da un beso en el dorso para después retirarse

la emperatriz se limpió con un pañuelo y lo tiró, despues se colocó una capucha para que no la reconocieran y también salió del lugar, necesitaba regresar antes que se dieran cuenta de su ausencia.

mientras tanto él príncipe estaba por llegar al reino rubí. Le había tomado toda la noche y todo el día llegar al lugar, era el reino más cercano al imperio.

Al llegar a él lugar, pudo ver a simple vista qué el lugar estaba en muy buenas condiciones, a pesar que era de noche y no todas las calles estaban iluminadas, sé podía apreciar una buena estructura en las casas, incluso, en las más sencillas.

Aunque eso tal vez se debía a la cercanía con el imperio, no se menospreciaba el buen trabajo que el rey estaba haciendo.

Por ahora Ángelo necesitaba encontrar una posada donde quedarse a pasar la noche, mañana haría un recorrido por todo el pueblo y vería cual es el sector más vulnerable, para establecerse. Después de un tiempo, buscaría el modo de llegar hasta el palacio y ya sea de un simple jardinero o empleado de cualquier tipo entraría al palacio.

Tiempo actual con sol

Sebastián tenía un secreto guardado. Él, se había jurado nunca sacarlo a la luz, pero al ver las circunstancias y el interés del rey en meterse con su hija, no lo dejaría pasar asi nada más.

Está vez al subir a la segunda planta, no se dirigió a su habitación, sí no que, a una recamara qué había permanecido cerrada desde hace muchos años, para ser exacto, desde la muerte de su padre, el duque Diego D'ángelo.

Una vez en aquella recamara, movió un libro falso, que estaba en un pequeño estante de libros, qué había en la recamara, a su padre le gustaba mucho leer, así que no podía faltar un lugar así en la habitación.

al mover el libro, una pequeña pared se deslizó, era algo así como un escondite o una caja fuerte en la edad moderna.

Una vez la pared echa a un lado, el duque encontró lo que buscaba. Una carta y una fila de papeles, ademas de que en el lugar habian otras cosas, como joyas, diamantes y lingotes de oro. Pero lo importante eran los documentos, estos le serian de utilidad en este momento.

cuando su padre falleció, todo eso se le fue entregado y a pesar de leer el contenido de la carta, había decidido no mover nada. El había sido feliz al lado de su padre y tenía dinero, buena reputación, un ejército poderoso, que más podía pedir.

Pero al parecer, el pasado se quería hacer presente, el no dejaría que su hija sufriera por la ambición de unos cuantos, así que comenzaría a mover sus fichas.

Mientras tanto en la cita de Sol

Una vez sol y Fernando llegaron al pequeño pueblo, los tres se dirigieron a un lago, claro, seguido por su guardia y otros más, quienes cuidaban de ellos. Miguel mucho más cerca que los otros, sabía que su vida dependía de que la hija de su general estuviera bien.

Sandra como siempre, sé había guindado del brazo del príncipe. parecía más que la cita había sido con ella, el vez de Sol. Aun así, sol de vez en cuando hacia movimientos seductores, en donde dejaba ver un poco más de piel, o pequeñas insinuaciones "Inocentes", las cuales, no solo al príncipe tenían en aprietos. Ella se había dado cuenta del pequeño(por el principe) y gran(por su guardia) problema, aún así, disimulaba, ella quería que el principe no aguantará más y buscará su desahogo en cualquiera, pero seria mucho mejor que fuera la estúpida de su hermanastra, sin duda los dos se merecían, eran el uno para el otro. un príncipe infiel y una hermanastra buscona.