La princesa reencarnada, ayuda a un malhumorado príncipe en su venganza...
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Reencuentro
Unos días después, el principe había reunido toda la información para realizar el hechizo de teletransportación.
[Aprenderé a usar este hechizo, me puede servir para mas adelante]
Vitorio para su sorpresa fue teletransportado a la mitad de una montaña.
[es imposible, no hay lazos de sangre, toda mi familia fue asesinada... habré tenido algún hermano ilegitimo...]
Vitorio activo la capa de invisibilidad y recorrió el lugar. Encontró una casa grande iluminada con cristales de luz.
Su cuerpo se tensó al reconocer unas risas...
Entró por la puerta trasera y recorrió el lugar...
Habían dos habitaciones en el primer piso ocupadas con ropa de mujer.
Subió a la segunda planta y al escucharla su cuerpo se lleno de ira.
- Duérmete Arturo por favor...
La vio salir de la habitación e inmediatamente entró y cerró la puerta... nada lo había preparado para lo que encontró... habían dos cunas, cada una con un niño idéntico al otro.
[No puede ser...]
Vitorio giro al niño que estaba despierto y le levanto su diminuta polera y encontró una marca de sol en la espalda, aunque estaba seguro, hizo lo mismo con el otro niño y encontró la misma marca provocando que el niño llorara.
Vitorio por primera vez en su vida, no supo que hacer, esos niños eran sus hijos, tenían su marca...
Se quedó en un rincón observando como ella entraba a consolarlos.
- Leandro, que paso bebé...
Ella lo meció en su pecho y el niño en poco tiempo se volvió a dormir. Les dio un beso en la frente y salió nuevamente de la habitación.
Vitorio, soltó la respiración qué no sabía que estaba conteniendo.
[Por eso huiste mujer, porque estabas embarazada, te llevaste a mis descendientes y ni si quiera pensaste en decirmelo]
Vitorio salió de la habitación y recorrió la casa, se dio cuenta que solo vivían los dos niños y ella en la segunda planta. Era una casa grande, cómoda y con una decoración muy diferente a lo que él había conocido.
Después decidió esperar a Bella en su habitación, sería una larga noche, pero antes de hacerlo, quemo el pomo de las puertas de las mujeres que estaban el primer piso, para que no pudiesen salir.
Bella entró al baño y cuando se quitaba su ropa para ponerse pijama, el cristal de su habitación se apagó.
[Que extraño nunca habían fallado]
Lo encendió nuevamente y se encontró con Vitorio, sentado en la silla de su habitación.
- Tú... es imposible...
El sonrió ladino, mientras veía el rostro de pánico de la princesa.
Bella no lo pensó más y lo empujó con todo su poder de aire, sacándolo por la ventana. Mientras subió corriendo la escalera. Ella tenía un plan C en caso que la encontrarán, pero esa pequeña cabaña no estaba habilitada para los niños, pero eso no le importó, ya volvería a esa casa a buscar las cosas, porque aun tenía la primera botella con su sangre en el piso de su habitación.
Cuando llegó a la habitación de sus hijos cargó a Arturo y mientras levantaba a Leandro, el mercenario entró...
- ¿Cómo crees que llegue aquí? sí, el hechizo de teletransportación. Esos son mis lazos de sangre, donde vayas con ellos, te encontraré, piénsalo.
- Por favor no les hagas nada.
- Deja a los niños, te espero en la habitación.
Bella salió de la habitación y su cabeza se llenaba de cientos de pensamientos...
[con los niños tiene lazos de sangre, ¡maldición! Debo buscar otra manera...]
Cuando ella entró nuevamente en su habitación, Vitorio no se veía... [Los niños...] Bella pensó en salir, pero los brazos de Vitorio la cargaron hacia la cama.
- ¿Qué haces? ¡sueltame! ¿por qué me hueles?
- Contando el tiempo que te fuiste, el embarazo y tu olor, se que no has estado con nadie más.
- Por supuesto, pero eso a ti, no te interesa, ¿que haces?, no me amarres.
- Hoy te tendré amarrada, escapaste por un año.
Vitorio comenzó a besar, tocar, morder, lamer el cuerpo de la princesa, quien no aguanto más, dando gemidos que invitaban al mercenario a seguir. Le soltó las piernas y las puso sobre sus hombros, para entrar ella...
Bella no supo cuando la desató, habían estado lejos mucho tiempo y a pesar que les esperaba una temible conversación, esa noche apagaron sus conciencias y le dieron rienda suelta a la pasión.
