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EL DESTINO ES LA MUERTE.

EL DESTINO ES LA MUERTE.

Status: Terminada
Genre:Completas / Escena del crimen / Leyenda sangrienta / Casos sin resolver
Popularitas:2.7k
Nilai: 5
nombre de autor: José Luis González Ochoa

Monserrat Hernández es una respetada abogada defensora⚖️. Una tarde como cualquiera otra recibe una carta amenazante📃, las palabras la aterraron; opción 1: observar como muere las personas a su alrededor☠️, opción 2: suicidate.☠️

¿Que tipo de persona quiere dañar a Monserrat con esta clara amenaza mortal?✉️.

Descubre el misterio en este emocionante thriller de suspense😨😈

NovelToon tiene autorización de José Luis González Ochoa para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

(CAPITULO 17) UNA NUEVA VIDA

Luna se sentó en silencio, rodeada por el hombre con barba y la mujer con el cabello enmarañado, mientras esperaban a que la policía llegara. La tensión era palpable en el aire.

Uno de los ocupantes de la casa hogar había encontrado el cuerpo de la mujer en el baño y había llamado a la policía. Ahora, todos esperaban ansiosos por saber qué sucedería a continuación.

Luna mantuvo su rostro serio, intentando no llamar la atención sobre sí misma. Sabía que debía mantener su nueva identidad en secreto, especialmente frente a la policía.

Después de unos minutos, se escucharon las sirenas de la policía en la distancia. La mujer con el cabello enmarañado se estremeció.

"¿Qué vamos a hacer?" susurró.

El hombre con barba la calmó con un gesto.

"No te preocupes", dijo. "Solo dime la verdad."

Luna asintió, sabiendo que debía estar preparada para responder preguntas.

La policía llegó y comenzó a evacuar la casa hogar. Un oficial se acercó a ellos.

"¿Alguien vio algo?" preguntó.

Luna negó con la cabeza, junto con los otros dos.

"No vimos nada", dijo el hombre con barba.

El oficial asintió y tomó nota.

"¿Sabéis quién es la mujer?" preguntó.

Luna se mantuvo en silencio, dejando que los otros respondieran.

"No", dijo la mujer con el cabello enmarañado. "No la conocíamos."

El oficial asintió y se alejó.

Luna respiró profundamente, sabiendo que había pasado la primera prueba. Pero también sabía que la investigación apenas comenzaba.

Y en ese momento, un detective se acercó a ellos, con una mirada intensa.

"¿Puedo hablar con ustedes un momento?" preguntó.

Luna se sintió un escalofrío recorrer su espalda. ¿Qué quería el detectie?

El detective se acercó a ellos, con una libreta y un bolígrafo en mano.

"¿Puedo saber sus nombres, por favor?" preguntó.

El hombre con barba respondió primero.

"Me llamo John Doe.

La mujer con el cabello enmarañado se presentó a continuación.

"Soy Emily Wilson.

Llegó el turno de Luna. Tomó una respiración profunda y respondió con una voz suave.

"Luna... López. Sí, Luna López. Ella... ella no está muy bien hoy."

El detective la miró con curiosidad.

"¿Qué significa que no está muy bien?" preguntó.

Luna se encogió de hombros y comenzó a hablar en tercera persona.

"Luna tiene... problemas. Ella tiene transtorno de bipolaridad. A veces, ella no recuerda cosas. O ve cosas que no están allí."

El detective asintió, tomando nota.

"Entiendo. ¿Puedes decirme dónde estabas anoche, Luna?"

Luna se miró las manos, como si buscara una respuesta.

"Luna... no lo recuerda. Ella estaba... en su cama, creo. No sabe."

El detective la miró con compasión.

"Está bien, Luna. No te preocupes. ¿Alguien más puede confirmar dónde estabas?"

John y Emily intercambiaron una mirada y negaron con la cabeza.

"No", dijo John. "No sabemos."

El detective asintió y se levantó.

"Gracias por su tiempo. Si recuerdan algo, por favor, no duden en llamarme."

Luna se sintió aliviada al ver al detective alejarse. Había logrado mantener su identidad en secreto, pero sabía que no podía relajarse.

Después de la investigación policial, los tres salieron de la casa hogar, sumidos en un silencio reflexivo. Luna se detuvo en la esquina de la calle y se volvió hacia John y Emily.

"Gracias por todo", dijo Luna, su voz sincera. "Me habéis ayudado mucho."

John y Emily la miraron con curiosidad, pero no preguntaron nada.

"¿Qué vas a hacer ahora?" preguntó John.

Luna se encogió de hombros.

"Tengo que seguir mi camino", dijo. "Tengo cosas que resolver."

Emily asintió.

"Entendemos", dijo. "Pero ten cuidado, ¿de acuerdo?"

Luna sonrió.

"Siempre", dijo.

Se despidió de ellos con un abrazo y se alejó.

Una vez que estuvo sola, Monserrat reflexionó sobre su próximo movimiento. Ahora que había adoptado su nueva identidad, estaba lista para seguir adelante.

Después de despedirse de John y Emily, Sarah se dirigió a un baño público en la zona. La suciedad y el olor a calle la habían acompañado durante días, y era hora de cambiar eso.

En el baño, Sarah se duchó y se cambió con ropa limpia y casual que había comprado en una tienda de segunda mano. No quería llamar la atención, pero necesitaba sentirse limpia y fresca.

Mientras se vestía, Sarah se miró en el espejo y se preguntó si realmente podría dejar atrás su pasado como Monserrat. La respuesta la encontró en su determinación.

Salió del baño y se dirigió a una tienda de electrónica. Compró un teléfono desechable y otro de último modelo. Necesitaba estar conectada y hacer investigaciones.

En la caja, cuando el cajero le pidió una identificación, Sarah sacó la tarjeta de identificación de Sarah Jenkins y la mostró con confianza.

"Gracias", dijo el cajero, sin mirarla dos veces.

Sarah sonrió para sí misma. La nueva identidad estaba funcionando.

Con su nuevo teléfono en mano, Sarah se sentó en un banco en el parque y comenzó a investigar sobre Caleb y Olivia. La conexión a internet era lenta, pero estaba dispuesta a esperar.

Mientras navegaba por la web, Sarah se preguntó qué secreto escondían Caleb y Olivia. ¿Qué relación tenían con Lucifer?

La ciudad parecía un laberinto, pero Sarah estaba decidida a encontrar la salida.

En su mente, Monserrat seguía presente, pero en el mundo exterior, Sarah Jenkins era la que tomaba el control.

La tarde había sido frustrante. A pesar de horas de búsqueda, Sarah no había encontrado nada relevante sobre Caleb y Olivia. Pero mientras caminaba por la ciudad, una nueva idea comenzó a tomar forma en su mente.

Sin embargo, antes de ponerla en práctica, sabía que debía resolver un problema básico: un lugar donde vivir. Ya no podía seguir durmiendo en casas hogares, ahora que era Sarah Jenkins.

Comenzó a caminar por la ciudad, buscando departamentos a bajo costo. No era cuestión de dinero, sino de pasar desapercibida. Un departamento lujoso llamaría la atención, y eso era lo último que necesitaba.

Después de horas de búsqueda, encontró un pequeño departamento en un barrio modesto. El alquiler era razonable, y el dueño no parecía demasiado curioso.

"¿Trabajas?" preguntó el dueño, mientras le entregaba las llaves.

Sarah sonrió.

"Sí, estoy buscando un trabajo de medio tiempo", dijo. "Quiero estar ocupada."

El dueño asintió.

"Buena suerte", dijo.

Sarah se instaló en su nuevo hogar y comenzó a buscar trabajo. Sabía que era esencial para mantener su cobertura. Una mujer sin trabajo, viviendo en un departamento, era una receta para la curiosidad.

Capítulo 24: La nueva vida

La tarde había sido frustrante. A pesar de horas de búsqueda, Sarah no había encontrado nada relevante sobre Caleb y Olivia. Pero mientras caminaba por la ciudad, una nueva idea comenzó a tomar forma en su mente.

Sin embargo, antes de ponerla en práctica, sabía que debía resolver un problema básico: un lugar donde vivir y un trabajo estable. Ya no podía seguir durmiendo en casas hogares, ahora que era Sarah Jenkins.

Comenzó a caminar por la ciudad, buscando tabajo. Recorrió calles y calles, leyendo anuncios en ventanas y puertas de tiendas.

Pasó por una panadería, un restaurante y una tienda de ropa, pero ninguna parecía tener vacantes. Sarah no se rindió. Sabía que encontrar un trabajo era esencial para mantener su cobertura.

Después de horas de búsqueda, llegó a una librería pequeña en un barrio tranquilo. La ventana estaba llena de libros de tapa dura y papelbacks, y el cartel en la puerta decía "Se busca asistente de librería".

Sarah sonrió para sí misma y empujó la puerta. El interior de la librería estaba lleno de estantes de madera y olía a papel y tinta.

"¿Hola?" llamó una voz desde el fondo de la tienda.

Sarah se acercó a la mesa de información y encontró a un hombre de unos cincuenta años, con gafas y una sonrisa amable.

"¿Sí?" preguntó.

"Estoy aquí por el anuncio de trabajo", dijo Sarah.

El hombre asintió.

"Excelente. Me llamo Michael. ¿Tú eres...?"

"Soy Sarah Jenkins", respondió.

Michael la miró con interés.

"¿Tienes experiencia en librerías?" preguntó.

Sarah pensó rápido.

"Trabajé en una biblioteca en mi ciudad natal", dijo. "Me encanta leer y ayudar a la gente a encontrar libros."

Michael sonrió.

"Eso es perfecto. ¿Cuántas horas puedes trabajar a la semana?"

Sarah consideró.

"Veinte horas, aproximadamente", dijo.

Michael asintió.

"Suena bien. ¿Puedes empezar mañana?"

Sarah sonrió.

"Sí, puedo."

Michael le extendió la mano.

"Bienvenida, Sarah. Estoy emocionado de tenerte en el equipo."

Sarah se sintió aliviada y feliz. Había encontrado un trabajo y un lugar donde pertenecer. Ahora podía seguir adelante con su plan.

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Luis Ochoa
Hola Alicia, muchas gracias por tu comentario. Ten por segura que se tiene contemplada la secuela.
Alicia Escobar
un libro interesante con detalles únicos y originales, espero que tenga una continuación 😃👍
Elsa Orivas
mucho miedo pero que val8e te
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