Aurora Parisi es una joven de 20 años, recién egresada de la universidad a su corta edad, estudio negocios y administración, es dulce, amable y muy correcta, ella es hija adoptiva de los Parisi.
Perla Parisi tiene 20 años y es la hermana de Aurora, es egoísta, caprichosa, manipuladora y odia a su hermana, le ha hecho la vida imposible y le ha quitado todo lo que puede.
Aurora siempre se ha negado en trabajar en el negocio familiar, en la mafia, pues, es muy correcta, a pesar de todo adora a su hermana, pero todo cambia cuando Perla se queda con el prometido de Aurora, allí es cuando ella se olvida de sus principios y aceptara la propuesta de su abuelo entrando a un mundo oscuro donde lo conocerá a él y se dejara llevar por la pasión y lo prohibido.
Él, Massimo Caruso un Mafioso cruel, frío, despiadado, sexy y ajeno, hará que la dulce Aurora caiga en la red de lo prohibido.
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Tuya.
Aurora.
Me acerqué a sus labios y lo besé un beso lleno de amor, pasión, lujuria deseo nuestras lenguas luchaban por ver quien dominaba la situación mis manos comenzaron a quitar la camisa de Massimo y recorrían su ancho pecho con mis manos mientras beso su cuello y muerdo el lóbulo de su oreja, recorro cada parte de su pecho está vez con mi boca dejando besos por doquier, bajo hasta su abdomen y me encanta cada parte bien marcada de él es un puto sueño, paso mi lengua mientras tiro una mirada directo a esos hermosos ojos que me miran con deseo.
Sigo bajando y desabrocho su pantalón, lo quito y luego me desahogo de la tela que se interpone entre lo que deseo y yo, dejando su enorme amigo frente a mis ojos, muerdo mis labios inconscientemente y empiezo a besar su hermosa y perfecta v dando pinceladas con mi lengua como si quisiera terminar de pintar esa obra de arte, mientras esto sucede mis manos se van hacia dos esferas suaves y que me están haciendo alucinar sacado a relucir ese lado perverso que no yo misma sabía que tenía.
Agarro a su amigo entre mis manos y doy pequeños masajes y firmo un anillo con mi dedo pulgar e índice y lo deslizo por él subiendo y bajan mientras mi boca mesa el interior de sus muslos, cada parte de él me encanta su olor su sabor todo.
Lo miro para ver si expresión y está disfrutando cada beso que le he dado, empiezo a llevar este helado que estoy deseando a mi boca sin dejar de masajearlo, entra, sale me quedo pasando mi lengua en su parte más sensible, rosada blanda y delicada, lo veo girar sus ojos lo veo gemir y gruñir, mi nombre se oye perfecto en sus labios y es allí que quiero más quiero causar todas las emociones en él, en mi hombre por qué si es casado y que, lo vi, me gustó y desde allí lo desee y ahora lo quiero, lo deseo y lo voy a tener de hecho ahora mismo lo tengo aquí conmigo, ya la mierda el mundo entero.
El enorme helado entra y sale de mí llega a mi garganta y reprimo una arcada lo vuelvo a hacer y busco sentirme cómoda, entra sale masajeo las esperas, lo saco y voy a sus redondas compañeras, una de primero y la otra después entran en mi boca y mis manos siguen tocando a su amigo, regreso y sigo mi tortura lo miro y su mirada y la mía colisionan lo veo gruñir gime y dice lo perfecto que es todo, oh por Dios estoy tan húmeda que no solo él disfruta lo que le hago el solo verlo complacido me tiene a mi satisfecha, empujo su amigo a fondo y lo siento tensarse para luego recibir su crema en mi boca, todo se queda en mí y subo besándolo de vuelta haciendo el mismo recorrido con besos, me besa y su lengua invade mi boca.
— Mía Regina, eres perfecta, estuviste maravillosa._ dice y río al escuchar sus palabras.
— Ahora es el turno de mi mujer— empieza a bajar sus besos rompe mi camisa dejando mi sujetador a la vista lo quita y mis gemelas quedan expuestas se prende de una y joder que delicia las sensaciones que eso me causa son indescriptible como loca mientras aprieta la otra suelta una y se aferra a la otra mi vientre y mi zona sensible sienten Miles de hormigueros estoy húmeda, no bañada en líquidos mis gemidos resuena y aferró su cara para que lo haga más fuerte si, se supone que al menos hoy debería ser delicado y bonito, pero lo deseo tanto que a la mierda.
Baja sus besos y eso me prende me tiene alocada, se deshace hábilmente de mi pantalón y mi braga queda hecha trizas, su lengua va directamente a esa zona y empieza como si fuera la tapa de un yogur haciendo que yo reciba sensaciones maravillosas luego se enloquece y creo que se imagina que come una fruta y lo hace con tanta pasión que me enloquece, su lengua me embiste y se aferra a mis labios rodea mi lugar con su lengua mientras me estimula con un dedo no aguanto mucho cuando estallo en su boca sube y me besa nos devoramos los labios nuestras lenguas danzaban en una perfecta sincronía mi sabor en mi boca ambos lo compartimos.
— Mi amor te he extrañado cada maldito día desde que desapareciste — dice entre jadeos y me siento una reina amada en sus brazos.
Sus manos aprietan mis nalgas y mis gemidos siguen saliendo totalmente incontrolables, lo deseo ahora.
Totalmente desnuda, me llevan en brazos a mi habitación y me acuesta, abre mis piernas mientras me las acaricia dejándome expuesta y lista para recibirlo.
— Eres hermosa una obra de arte, dice y mis mejillas se enrojece un poco ridículo después de haber hecho todo lo que hicimos hace rato.
— Te amo Aurora, Natasha, Mía Regina.— dice y me desarmo con ese te amo
— Y yo a ti mi amor...— Digo y se prende de mis labios y con una mano roza mi entrada con la punta de su amigo mientras gimo de placer, el deseo y la expectativa me están enloqueciendo.
Entre besos y caricias lo siento entrar y duele como la mierda me quejo, se retira e intenta y nada, lo vuelve a intentar y grito, entra y siento que me parte, me arde, me duele y mis lágrimas se salen sin poder evitarlas la cara de Massimo me causa risa no se lo esperaba me besa mi cara, mis ojos, mi frente y mis labios, no se mueve, pero me sigue besando.
— Te amo, mía Regina, mi reina y solo mía.— dice y ahora si comienza su danza dentro y fuera de mi lento delicioso, luego acelera, los gemidos y gritos vuelven más fuerte, duele, pero me encanta, después el dolor queda desplazado y solo reina el placer, mierda tanto que me negaba si hubiese sabido desde el día que me dijo hola lo hubiese hecho.
Cada embestida me hace temblar, sigue cada vez más y más rato, me besa y me dejó llevar, cierra los ojos y me hace que los habrá.
— Mírame mi amor, quiero que me veas a los ojos, soy yo quien está aquí, soy yo el que te hace sentir esto.— dice y sus palabras son éxtasis para mí.
A pesar del frío de la habitación, el sudor de ambos se hace notar, estoy agotada, pero no quiero que se acabe.
Me toma de la cintura y levanta mi pelvis y empieza con movimientos rápidos tanto que siento que tiembla y eso hace que explote en mil sensaciones y aún más fluida que hace rato, seguida por él y esa sensación de calidez en mi interior se sentía maravillosa caí exhausta y él encima de mí, me besó la cara empezando por mis mejillas, seguido de mi frente, nariz, barbilla para terminar en mis labios.
— te amo, mi amor te amo con mi vida, y me debes una explicación, pero no ahora, en este momento solo quiero abrazarte._ Dijo Massimo y me abrazo con fuerza, su perfume varonil y exquisito inundó mi nariz y me anestesió, pues, caí en un sueño profundo.
Abro mis ojos y estoy encerrada, el lugar es oscuro y hay humedad, huele putrefacto y el miedo recorre mi cuerpo, otra vez no, Dios mío, pienso trato de correr y las mismas cadenas atrapan mis brazos, forcejeo y nada, unas risas rompen el silencio del lugar y son esos tres malditos oh por Dios santo.
Comienzan a golpearme y a patearme mientras se burlan grito, lloro que paren, Leandro se lanza encima de mí y sé lo que viene cuando desabrocha su pantalón, volví a caer y esta vez nadie me va a salvar, comienza con sus besos en mi cuello mientras rasga mi ropa.
_ No, noo, suéltame, no por favor, para, para._ Grito y lloro de desesperación.
— Amor despierta, Mía Regina abre tus ojos, ya pasó, fue una pesadilla.— dice y abro los ojos otra maldita pesadilla, estoy bañada en lágrimas y lo abrazo y él me acaricia la cabeza y es así como me voy calmando poco a poco.
— Mi amor que sucede... Tengo muchas preguntas y ya eres solo mía, debes decirme que te paso para que despiertes así.— dijo con su voz suave y suspiré para comenzar a relatar, por fin le diría todo.