Una Esposa Para El Príncipe Maldito

El jardin de Lirenn quedó en silencio cuando jahir se quitó la capa y la dejó sobre una banca de piedra. el gesto fue tan solemne que hasta los guardias se miraron entre si, conteniendo el aire.

Principe: atacame con todo lo que tengas..

Nora: ¿que?

Principe: quieres entrenar, ¿no? demuestrame que vale la pena permitirte hacerlo.

Nora: te vas a vengar..

jahir sonrió de lado, casi divertido.

Principe: por mi corona, esta vez no. pero si no logras hacerme ni un rasguño… aceptaras que yo sere tu maestro. y esos dos hombres

—miró hacia el mago y Luke con evidente desden

Principe: no volveran a entrenarte.. no cuando yo este..

Nora apretó los puños. el desafio era claro y humillante. respiró hondo, concentró su energia, y la tierra bajo sus pies vibró apenas. lanzó el primer ataque, una rafaga de aire que levantó polvo y hojas. jahir se movió apenas un paso, esquivando con una facilidad irritante.

ella insistió. conjuró chispas, desplazamientos rapidos, ilusiones que confundian la vista. cada vez que creia tenerlo, el aparecia detras, al costado, o simplemente detenia el golpe con un movimiento seco del brazo..

el mago murmuró algo a Luke, sorprendido por la velocidad de ambos. jahir no jugaba.. aunque su tono era burlón, sus reflejos eran los de un guerrero que se tomaba en serio cada ataque..

Nora jadeó, el cabello pegado a la frente, la magia ardiendo en sus manos.. por un segundo logró acercarse tanto que sintió el roce del aire que lo rodeaba, pero el la esquivó de nuevo, con un giro perfecto..

Principe: interesante.. me obligaste a esforzarme.

ella respiraba con dificultad, frustrada, el orgullo temblandole en la garganta.

Nora: no te confies.. la próxima vez si te hare sangrar.

jahir sonrió, con esa expresión que mezclaba triunfo y provocación. se acercó lo suficiente para que solo ella lo oyera..

Principe: me temo que no habra próxima vez sin mi permiso, aprendiz. a partir de hoy, entrenaras conmigo.

Nora lo fulminó con la mirada, furiosa, pero no pudo negarlo.. habia perdido. y lo peor era que el no se burlaba ya… parecia realmente intrigado, como si verla luchar lo hubiera descolocado mas de lo que queria admitir..

esa noche, el salón principal del castillo se llenó de luces doradas y copas alzadas. el conde anfitrión ofrecia un banquete en honor al principe heredero y a su prometida, pero Nora apenas podia concentrarse en las palabras. seguia viendo la sonrisa de jahir, esa sonrisa satisfecha que habia mantenido desde el entrenamiento.

el parecia disfrutar cada instante. hablaba con los nobles, brindaba, respondia con elegancia a los halagos, y de vez en cuando.. solo para irritarla.. buscaba su mirada al otro lado de la mesa. cuando lo hacia, inclinaba un poco la copa y sonreia como si compartieran un secreto..

Nora lo fulminó con los ojos. no podia soportar la forma en que el se veia tan cómodo, tan en control, mientras ella hervia por dentro. lo odiaba por haberla hecho perder, por robarle la libertad de entrenar con Luke y el mago… y mas aún por disfrutar su victoria.

cuando uno de los condes comentó lo inspiradora que era su relación, jahir giró hacia ella con una expresión inocente.

Principe: mi prometida tiene una fuerza admirable.. hoy mismo me lo demostró.

Nora apretó los dientes.

Nora:su alteza exagera.. solo fue un pequeño entrenamiento, nada digno de mención.

Principe: pequeño.. si eso fue pequeño, no puedo imaginar lo que haras cuando realmente quieras impresionarme.

los nobles rieron. Nora, en cambio, lo miró con tal intensidad que el principe tuvo que apartar la vista para no delatar que esa furia le resultaba… fascinante.

mientras los músicos comenzaban a tocar y las parejas se levantaban para bailar, el conde anfitrión se acercó a ellos con una sonrisa.

—seria un honor ver bailar a los futuros herederos —dijo.

Nora estaba a punto de negarse, pero jahir ya se habia puesto de pie. le tendió la mano, inclinando apenas la cabeza.

Principe: seria descortes rechazar una invitación tan amable.. ven, prometo no darte órdenes… por ahora.

ella lo miró, respiró hondo y tomó su mano.

Nora: no me toques mas de lo necesario..

Principe: oh, querida.. eso dependera de que tan bien bailes.

cuando el le tendió la mano para ayudarla a incorporarse, ella la apartó con un golpe seco. jahir solo rió.

Principe: no te preocupes, Nora.. prometo no ser un maestro facil..

las notas del violin se alzaron suaves, casi etereas, mientras las parejas comenzaban a girar por el salón. los reflejos dorados de los candelabros se mezclaban con el brillo de las joyas, pero nada relucia mas que la mirada desafiante de Nora cuando jahir posó su mano sobre su cintura.

Nora: eso es mas de lo necesario..

Principe:me lo imagine..

se movieron al ritmo de la música, y a cada paso jahir la acercaba un poco mas, lo justo para provocarla, lo suficiente para que el público creyera que eran la pareja perfecta. la gente los observaba con admiración, comentando lo bien que se veian juntos, lo elegante que era el principe y lo encantadora que lucia su prometida.

Nora lo escuchaba todo y se esforzaba por mantener la compostura.

Nora (susurro): su alteza disfruta demasiado aparentar lo que no es..

Principe (susurro): quizas.. pero debo admitir que tu enojo me hace parecer aún mas encantador.

Nora lo pisó con fuerza, sin disimulo. jahir contuvo una mueca y sonrió, esa sonrisa lenta que desarmaba y enfurecia al mismo tiempo.

Principe: ¿eso fue un error de pasos, querida?

Nora: un reflejo.. ocurre cuando algo molesta demasiado cerca.

los nobles reian y aplaudian creyendo que aquella tensión era pura pasión..

pero bajo la música y los aplausos, solo ellos dos sabian lo que en realidad pasaba.. una guerra muda, un juego peligroso donde cada mirada, cada toque, cada palabra era una batalla mas.

cuando la melodia cambió y la danza exigió un giro mas intimo, jahir la atrajo con decisión, inclinandola apenas hacia atras. sus rostros quedaron a un suspiro de distancia.

Principe (susurro): ¿ya te rindes, Nora?

Nora (susurro): ni aunque el reino entero me lo ordenara..

por un segundo, algo en la expresión de jahir cambió. su sonrisa se suavizó, como si estuviera tentado a decir algo que no debia. pero entonces sonaron los aplausos y se separaron bruscamente, ocultando lo que ninguno queria admitir: que empezaban a disfrutar demasiado de aquel juego..