Lizzy se cruza en la vida de un empresario italiano, poderoso, calculador, buscaba una tutora para su hijo enfermo, una enfermedad que lo llevaría a la muerte de no encontrar rápidamente un donante, pero su plan siempre fue embarazarla, tener un hijo para salvar al otro, lo que nunca se imagino es que se enamoraría profundamente y le tocará luchar por ellos para recuperarlos, hay un gran secreto que cambia todo.
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Dr Morán
Lizzy caminaba por las calles, su pecho se sentía comprimido por la tristeza, no poder ver a Lorenzo, no poder hacer preguntas, el misterio que rodeaba esa familia la ponía intranquila, se detiene cuando observa en el televisor de un restaurante a un profesor y médico de la universidad donde estudio, era la casualidad más grande que precisamente estaba hablando del cáncer en los niños, se detuvo y se le ocurrió una idea, rápidamente detiene un taxi y va hasta donde alguna vez fue su universidad, el viaje es corto, al observar todo de nuevo la invade un sentimiento de melancolía, pero vuelve en sí.
- Buen día, señorita, busco al doctor Morán- dice Lizzy
- ¿Tiene cita con El?- pregunta
- Realmente no, pero solo es un minuto- insiste Lizzy
- En este caso es imposible, el doctor Moran, tiene personas esperándolo de hace meses- dice irritada
- Por favor, estudie aquí, y es un caso de vida o muerte, un niño depende de él- implora Lizzy
La joven observa atenta a Lizzy y escribe algo en un papel y se lo entrega.
- Vuelva en un mes, es lo más que puedo hacer- dice contundente
- ¿Un mes?- dice molesta Lizzy
- ¿Quién sigue?- ignora la secretaria a Lizzy
Lizzy sale frustrada, y punto de arrojar el papel lo abre, para su sorpresa una nota" él siempre sale a las 4 por la salida 42"
Lizzy sonríe y se dirige a la salida 42, la más lejana del campus, pasan las horas y Lizzy permanecía allí, comenzaba a exasperarse, hasta que siente unos pasos acercarse.
- Doctor Morán- lo llama Lizzy
Este se pone en guardia, pero al observarla se calma
- ¿Qué hace aquí señorita?- pregunta
- Realmente lo esperaba- responde
- Las citas las da Carla, puede ir con ella- dice mientras abre la puerta de su auto.
- Por favor, solo es un minuto -le implora Lizzy
- Tengo muchas cosas que hacer- dice nuevamente
- La medicina no da espera, pero trae esperanzas- dice Lizzy
Esa frase la había escuchado de él cuando estudiaba allí y esto llamó la atención del doctor.
- Soy Lizzy Rocci, estudie licenciatura en educación especial aquí, usted alguna vez me dio clases de medicina básica, actualmente soy tutora de Lorenzo Manccini, un niño de siete años enfermo con leucemia linfoblástica aguda creo, toma Asparaginasa y está delicado en este momento,está en silla de ruedas, pero algo dentro de mí sabe que él puede mejorar y usted es él único que lo puede ayudar- dice Lizzy
El doctor la observa atento.
- Tengo 5 minutos, suba tomaremos un café- ordena
Lizzy Sube rápidamente, se sentía feliz, sabia que el era un experto en cáncer en niños, había una luz de esperanza y haría cualquier cosa para ayudar a Lorenzo.
Llegan a un café, el doctor Morán le abre la puerta y la invita a seguir, toman asiento, mientras él ordena su café matutino.
- Señorita Rocci, ¿Qué más me puede contar de Lorenzo?- pregunta directamente
- No sé mucho, su padre mantiene oculto el hecho que está enfermo, lo sobreprotege, pero sí sé, es que han hecho muchas cosas para salvarlo, el señor Manccini tiene mucho dinero- dice Lizzy
- Necesito revisar a Lorenzo personalmente, puede llevarlo a mi consultorio- Le solicita
- Es difícil doctor Morán, en este momento está en la clínica- suspira Lizzy
- ¿En cuál?- pregunta interesado
- Lo desconozco, pero puedo averiguar- dice Lizzy
La mesera llega con la orden, el doctor Morán le da un sorbo a su café y mira atento a Lizzy
- Confieso que por primera vez me busca desesperadamente una maestra para salvar su alumno- dice directamente
- Supongo que es extraño, pero quiero muchísimo a Lorenzo y quiero que se recupere- dice cabizbaja.
Lizzy y el doctor Morán, se despiden y prometen seguir en contacto, esto le daba un poco de alivio, ella se dirige a su casa, era temprano y no sabía que más hacer, al llegar su amigo Napo la recibe feliz, meneaba su cola eufórico.
- Aquí estoy amigo, traje tus croquetas favoritas- dice Lizzy
Deja sus cosas en la barra de la cocina, prende la televisión y se acomoda con su amigo a ver algo, aprovecharía su día casi libre, pero no sé podía mentir, pensaba muchísimo en Enzo y el misterio que lo rodeaba, siente unas ganas de llamarlo y preguntarle como está Lorenzo, pero tal vez no estaría de humor, más sin embargo, hace la llamada.
- Señorita Rocci- responde
- Señor Manccini, ¿Cómo está?- pregunta
Enzo suspira al otro lado de la línea
- Cansado- dice cortante
- ¿Puedo preguntar por Lorenzo?- dice tímidamente
- Está estable, pronto irá de nuevo a casa- responde Enzo
- ¿Puedo ir a verlo?- pregunta nuevamente
- No es necesario, no se preocupe- dice Enzo
- Está bien, espero que Lorenzo se recupere pronto- dice con voz decepcionada.
- Hasta pronto señorita Rocci- dice Enzo y corta la llamada
Lizzy de queda mirando el teléfono, Enzo seguía empeñado en mantener todo oculto, no confiaba en ella, parece que todo lo que paso entre ellos no fue suficiente.
Enzo permanecía en la habitación de Lorenzo, lo observaba dormir tranquilamente, ahora estaba estable, pero sabía que debía buscar otra opción de manera desesperada, tenía que salvarlo.
- ¿Señor Manccini?- interrumpe su médico
- ¿Qué pasa?- pregunta
- Acompáñame a mi consultorio- señala el médico
Enzo le da un último vistazo a Lorenzo y sale de la habitación.
- Tome asiento, señor Manccini- le muestra el médico
- ¿Qué pasa?- pregunta Enzo preocupado
- No le voy a mentir señor Manccini, los tratamientos que le hemos recetado a Lorenzo, no han ayudado mucho a su recuperación, su enfermedad ha avanzado mucho, lamento decirle que no hay mucho que hacer por él- dice el médico
- Es imposible, hay algo más por hacer, es un niño, posiblemente haya un donador- dice desesperado Enzo
- A Lorenzo le queda un año señor Manccini, si en un año logra conseguir el donador, hay una luz de esperanza- el médico da un ultimátum.
Enzo sale del consultorio, golpea fuerte la pared, tenía a como diera lugar conseguir el donante, Lizzy tenía que quedar embarazada rápidamente.
Lizzy se despierta sobresaltada al escuchar el timbre, su perro ladra, se levanta adormilada y abre la puerta, se sorprende al ver a Enzo allí de pie, sus ojeras y cabello despeinado reflejaba su preocupación.
- ¿Enzo?- dice Lizzy
Pero este se lanza ferozmente hacia ella, la besa apasionadamente, mientras la conduce hasta su cuarto.
- Espera, crees que es un buen momento para esto- dice Lizzy nerviosa
- Te echo de menos- responde entre jadeos Enzo
Se arrojan a la cama, mientras Enzo desnuda rápidamente a Lizzy, la saborea y la embiste fuertemente, ella solo se dejaba llevar por la pasión desbordante que el le brindaba, se aferraba fuertemente a las sábanas, Enzo la observaba y esto lo encendía mucho más, necesitaba,embarazar a Lizzy, sabía que era enfermo, pero haría cualquier cosa por Lorenzo, ese resto de la noche se entregaron infinidad de veces, una y otra vez, tal vez como nunca.
En la madrugada Enzo se despierta, mira su reloj que marcaba las 3 am, observa a Lizzy dormir tranquilamente, viene la culpa, lamentaba hacer lo que estaba haciendo, aunque el no demostraba mayor sentimiento, disfrutaba hacer el amor con Lizzy, con ninguna mujer le había pasado ni siquiera algo similar.
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Hola mis queridas y queridos lectores, paso por aquí a darles una información, la novela donde no pertenezco, cambió de nombre y sinopsis, ahora se llama el vientre de Manccini, sigo con la misma historia, sigan pendientes que estaré actualizando, un abrazo
Ninecita
