Ella dijo que estaba embarazada y él dudaba de su fidelidad, pues creía que no podría tener hijos. Convencida de que decía la verdad, Kate le entregó los papeles del divorcio y se fue a cuidar sola de su hijo, porque a diferencia de lo que todos pensaban, que ella era una estudiante becada, huérfana y pobre, Kate en realidad era una heredera multimillonaria.
Kate, médica residente y huérfana, acabó teniendo como paciente a Sara, una enferma terminal, pero que no renunció a su gran sueño, ver a su hijo casado con una buena mujer y tener un nieto. Para Sara, Kate era la mujer adecuada y, a petición de ella, James y Kate se casaron.
Pasaron tres años y Sara seguía luchando por su vida, Kate finalmente había quedado embarazada y todo pasó, Sara por fin pudo descansar y James tuvo que tomar la decisión crucial, ¿realmente amaba a Kate o no?
Al dudar de la paternidad del bebé, James perdió a Kate y, para su desesperación, descubrió que ya no era estéril. ¿Y ahora? ¿Qué hará para recuperar
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Capítulo 8
¿Qué haría ella ahora?
Kate pensó mucho todo este tiempo en cómo reaccionaría ante esta noticia, sin embargo, se detuvo por un momento.
Sara.
Sara debería haber sido la primera en saberlo, pero Kate estaba tan emocionada que salió del laboratorio con la prueba en la mano. Caminaba con la cabeza gacha, le zumbaban los oídos y se le revolvía el estómago.
Su nariz comenzó a sentirse sensible y cada olor de los productos de limpieza del hospital la provocaba mareos y náuseas.
Aun así, continuó hasta golpear el cuerpo de alguien, y no pudo ver bien su rostro, porque cuando fue a mirar, se dio cuenta que tenía la visión borrosa y sus piernas estaban suaves como gelatina.
No podía escuchar lo que decía la persona, solo el zumbido que crecía y crecía, hasta que todo se apagó…
James rodó sobre la cama, buscando a Kate, quería abrazar su pequeño cuerpo y apretarla hasta que ella se quejara.
Pero para su sorpresa sólo encontró un vacío a su lado.
Desconcertado, se levantó, preguntándose por qué estaba ella allí. Le había pedido que esta vez pasara el día en casa y esperaba que se conocieran mejor, que hablaran y él la llevara a caminar e hiciera cosas que nunca habían hecho.
Él pensó que ella tenía la misma intención, pero después de buscarla por toda la casa, pensó que su relación no era una prioridad en la vida de Kate...
James se sintió rechazado, un sentimiento terrible. Su frecuente buen humor había desaparecido y su expresión lo demostraba.
Fue a su habitación y se arregló, decidiendo que no dejaría las cosas como estaban. Iría al hospital a recoger a Kate y no dejaría de pasar el día con ella.
Finalmente, se roció su perfume, eligió uno de sus relojes de oro, se alisó el cabello con los dedos y partió inmediatamente hacia el hospital.
Al llegar, James fue directamente a la recepción y preguntó por Kate. La recepcionista, ya acostumbrada a ver a James allí y porque todos en el hospital sabían que Kate tenía una relación muy estrecha con la madre de James, le dijo dónde estaba la oficina de Kate.
James inmediatamente se dirigió allí y encontró el lugar vacío.
A poca distancia de la oficina de Kate, Edward vio a James salir y acercarse a una enfermera. No escuchó lo que dijo James, pero por la forma en que gesticulaba, Edward supo que James estaba buscando a Kate.
Luego de observarlo pensativamente decide regresar a su oficina, allí estaba Kate, recostada en la cama donde solía examinar a algunos pacientes.
Estaba inconsciente y Edward le había puesto una vía intravenosa para ayudarla a recuperarse.
Mira la prueba de Kate y ve que el resultado fue positivo.
Edward, asiente, estaba categóricamente en contra de todo eso.
Pensando en esto levanta a Kate hasta dejarla sentada, se sienta detrás de ella y apoya su cabeza en su mano. Luego, Edward la besa hasta dejarla inconsciente.
Continúa hasta que se abre la puerta. Edward finge no haber visto y continúa besándose, mientras James ve todo.
James siente que le hierve la sangre, no puede controlarse y va tras Edward, lo jala de la camisa, haciendo que suelte a Kate y lo golpea de lleno en la nariz.
Edward cae con la mano en la nariz y James se sube encima de él y comienza a golpearlo en la nariz, no vio nada, solo se sintió enojado.
Cuando James jaló a Edward y le hizo soltar a Kate, Kate terminó cayendo al suelo y esto la hizo despertar asustada.
Le tomó unos segundos entender lo que estaba pasando, estaba en la oficina de Edward, le dolía la vena, debido a que la vía intravenosa había sido removida repentinamente, y James estaba encima de Edward dándole un puñetazo en la cara.
— ¡Ay, dios mío! ¡James! ¡James, detente! — sin entender mucho, Kate reaccionó de inmediato y corrió a ayudar a Edward.
Ella intenta jalar a James por su camisa, intentando que se detenga.
— ¡James, detente! Por favor a…
En ese momento, en un movimiento brusco, James intenta liberarse de Kate y empuja. Ella es lanzada hacia atrás y golpea un cajón, lo que hace que varios objetos caigan encima de ella. Ella se defiende llevándose la mano a la cara y grita, sintiendo el corte cuando un bisturí le roza el brazo.
Esto hace que James despierte de su arrebato de ira y mire a Kate.
Siente la necesidad de ir a ayudarla, pero recuerda lo que vio, recuerda haber visto a Kate y Edward besándose. Se sintió traicionado, se sintió un idiota por estar ahí queriendo recogerla para pasar un día romántico.
Creyó que ahora entendía por qué Kate iba al hospital todos los días y permanecía allí todo el día, ella no estaba trabajando, lo estaba engañando lejos de sus ojos.
Kate no entiende, pero siente el frío glacial de la mirada de James, quien libera a Edward, inconsciente, se levanta mirándola con disgusto y luego se va dando un portazo.