Soy Azahara y os voy a contar mi historia, aunque no lo creáis, todo lo que os voy a decir es real.
Nunca imaginé que dejaría mi casa, mi ciudad, mi familia y amigos, en fin en dejar mi vida para empezar otra en un lugar diferente donde solo conozco a un par de amigas y lo que menos esperaba era todo lo que me deparaba el futuro con seres increíbles pero reales.
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Capítulo 18. Bienvenidos a los dos.
Azahara.
No tengo bastante con los dos días que he tenido con Unai que para colmo está noche se han empeñado en celebrar una fiesta de bienvenida para él y para mí.
Hoy he decidido no salir de la habitación, seguro que aquí no lo veo, está noche lo tendré que ver sin remedio, pero todo lo que lo pueda evitar lo evito.
Al mediodía mis amigas vienen a por mí para comer todos juntos, pero me niego, ellas no insisten y se van.
Estoy tumbada en la cama en ropa interior, me apetecía escuchar música así que saco los cascos de mi bolso, ya que siempre los llevo contigo, me los pongo y busco la canción que quiero escuchar. Estaba con los ojos cerrados, centrada en la música cuando oigo muy bajo el carraspeo de alguien, al abrir los ojos no puedo creerlo.
- Entrar a una habitación y ver a una mujer hermosa en ropa interior y tumbada en la cama es lo mejor que un hombre puede encontrarse. - lleva una bandeja en las manos.
- ¿A ti no te enseñaron a llamar a la puerta antes de entrar o que?. - me tapé como pude con las sábanas.
- Y he llamado, y no solo una vez, como no abrías tuve que abrir yo, mi culpa no es que no me escucharas, pero la verdad, no me arrepiento de haber abierto la puerta, - podría decir que en sus ojos vi lujuria.
Sus ojos recorrían mi cuerpo, aunque estaba tapada ya con las sábanas, minutos antes me vio en ropa interior y eso me daba entre vergüenza y enfado.
Aún seguía parado en los pies de la cama con la bandeja en las manos, su respiración era agitada.
- ¿A que has venido?. - estaba enfadada.
- Nataly dijo que no querías bajar a comer y me ofrecí para traerte la comida. - soltó la bandeja en el mueble.
Por un momento me sentí mal por hablarle así, él solo quería traer el almuerzo.
- Gracias. - dije más tranquila.
- De nada, ¿te puedo preguntar algo?. -
- Tú dirás. -
- ¿Por qué no has querido bajar?. -
De buena gana le hubiera dicho que lo quería lejos de mí, pero solo quedaba el día de hoy, mañana me iría a mi casa.
- No me apetecía bajar. - dije secamente.
- Está bien, después mandaré a alguien para que venga a por la bandeja, come antes de que se fríe.- y se marchó.
Antes de empezar a comer me puse el camisón, no podía quedarme así sin saber si volvería a venir.
Al rato vino una mujer del servicio para recoger la comida.
Me pasé toda la tarde en la habitación.
Sobre las ocho y media decidí ducharme y empezar a prepararme, tenía que estar abajo sobre las nueve y media.
Al salir del baño me encontré con las chicas sentadas en la cama.
- ¿Qué hacéis aquí? . -
- Decidimos vestirnos aquí las cuatro juntas para ayudarnos unas a las otras, tu habitación es la más grande de las tres. - contestó Helen mientras se levantaba.
Todas comenzamos a vestirnos, Helen se encargó del maquillaje, y Ariadna del peinado
El vestido que iba a llevar era demasiado elegante para mi gusto, pero no tenía otro que ponerme.
#Vestido de Azahara.#
Una vez que todas estuvimos terminadas bajamos al jardín, en un cartel grandísimo ponía, "BIENVENIDOS A LOS DOS."
Todo estaba adornado a la perfección, no había nada que no encajara.
Al parecer, a ellas les había venido bien que no saliera de la habitación, así tuvieron tiempo de preparar todo y sorprenderme.
Ya había gente con copas en las manos.
Me sentía un poco incómoda, algunos me miraban con una sonrisa, algunas chicas con envidia y otras se podría decir que con admiración.
Cuando Unai se unió a la fiesta, todas las miradas fueron para él, tengo que admitir que estaba muy guapo, gracias a su presencia yo pasé a un segundo plano y sentí un gran alivio, de nunca me ha gustado ser el centro de atención.
#Asi iba vestido Unai.#
En mitad de la fiesta la música se para y Helen sube al escenario donde estaba el grupo de música, todos guardaron silencio y la miraron.
- Gracias a todos por asistir está noche, como saben, mi hermano Unai, decidió irse por un tiempo fuera de casa, por suerte ya lo tenemos de vuelta con la esperanza de que no nos vuelva a abandonar, esta fiesta también es para Azahara, una amiga que ha viajado hasta aquí para empezar una nueva vida.- de nuevo todas las miradas fueron para mí ya que el foco estaba puesto en mí. - bienvenidos a los dos. - levantó su copa y todo repitieron el gesto. - ahora os dejo para seguir con la fiesta y pasarlo bien. - se bajó del escenario, todos le aplaudían.
Helen fue donde su hermano para darle un abrazo, este la aceptó con una sonrisa que no había visto antes, después se acercó a mí para abrazarme también.
- Gracias Helen, pero no tenías que haberte molestado, tendrías que haber hecho la fiesta solo para Unai, - le dije al oído muy bajo. -
- No me lo agradezcas, las chicas me comentaron que querían hacerte una, así que les propuse hacerla aquí y aprovechar que yo la iba a hacer y aceptaron encantadas. -
- Espero que no te haya molestado. - estaba tan centrada mirando a Helen que no me di cuenta de que Nataly había llegado.
- No, tranquila, solo que no hacía falta de verdad. -
La música volvió a sonar cuando Helen dejó de hablar, todo el mundo continuo con sus conversaciones.
Era la fiesta de bienvenida del Alfa, así que la comida y la bebida no faltaban.
Helen sabía cómo organizar fiestas, la primera vez que viene, la fiesta era totalmente diferente, esta era como más relajada, la música era diferente, todos iban bien vestidos, en cambio, en la otra la música la ponía un DJ y sonaba a todo volumen, la gente vino vestida más informal, con antifaces, hasta la comida era diferente.
Por suerte Unai no se acercó en toda la noche, él estaba rodeado de chicas muy lindas, cuando veía algo en mi estallaba, pero no le daba importancia.
Me retiré de la fiesta unos metros, la luna estaba brillante y quería contemplarla por un momento a solas.
El aroma a cuero invadió mi nariz, eso solo quería decir una cosa, Unai estaba cerca, respiré profundamente con la esperanza de que pasará de largo.
- Te ves hermosa con la luz de la luna, aunque me gusta más como te vi en tu habitación. - su voz era un susurro en mi oído.
- Pues espero que hayas disfrutado de las vistas porque no me volverá a ver más así en tu vida. - mi tono era más alto, ya que me molestó su comentario.
- ¿Siempre eres así cuando te dicen algo bonito?. -
- Según la persona que me lo diga. -
Aún seguía contemplando la luna, no quería mirarlo a la cara, seguro que si lo hacía tendría una sonrisa dibujada
- Me da la impresión de que no te agrado. -
- ¿Tanto se nota?. - seguí manteniendo mi tono.
- La verdad que al principio pensé que eran cosas mías, pero me has dejado claro más de una vez que no es así. -
Pues poco se notaba porque él aún me seguía buscándome, o quizás le gustaba que una mujer lo rechazara, no creo que eso le pase muy a menudo, si es que le ha pasado alguna vez.
- Deberías irte con algún grupo de chicas, creo que estarían muy contentas si hablas con ellas. - mi voz era indiferente.
- ¿Celosa?. -
- ¿Celosa yo?. - se me escapó una risa. - ¿por qué debería de estarlo?, no eres mi novio. -
- Pues a mí si me dan celos cuando estás con otros chicos. - esa voz tan dura no me gustaba, era como si se enfadará, aunque no tenía motivos.
- Pues peor para ti, como te dije no eres mi novio, y como soy una chica libre, voy a disfrutar del momento.-
Volví a la fiesta, con pasos seguros, dejando a Unai sin palabras.
Al volver me encontré con el grupo de la piscina y me uní a ellos.
Quería pasar una noche agradable, tranquila y Unai se empeñaba en que no fuera así.
La música que sonaba ahora era lenta, un chico del grupo me invitó a bailar, yo acepté inmediatamente, sabía que Unai estaría mirando, pues no me quito la vista de encima desde que regresé a la fiesta.
Baile con casi todos los chicos, lo estaba pasando bien hasta que Unai se acercó, apartó a mi pareja de baile ocupando él su lugar.
- Veo que comienzas el juego de ayer, al parecer no te dejé muy claro que conmigo no se juega. - sus labios se unieron a los míos besándome con la misma posesión que en la piscina, no podía retirarme, sus brazos rodeaban mi cintura dejadme pegada a él. - ¿quieres volver a jugar?. - preguntó después de dejarme sin aire tras el beso.
-Yo no juego a nada, si no te gusta verme con otros chicos, te jodes, no es mi problema, ya te dije que soy libre. - me costaba hablar. - haz el favor de soltarme si no quieres que haga un espectáculo delante de todo.-
- Por ahora te suelto, pero si vuelves a jugar, yo también. - me dio un beso ligero en los labios y se fue.
No lograba entenderlo, le dejaba bien claro que no me interesaba y él seguía.
Tras el beso que me dio, a diferencia de ayer, los chicos se comportaban diferente, guardaban las distancias y los buscaba con algo de miedo.
Por hoy el juego había terminado, pero por su bien esperaba no tener que verlo más una vez me fuera de esta casa, porque ahí si le iba a demostrar que yo podía jugar mejor que él.