Lorena siempre ha amado a su esposo, ha sido su único amor desde la época de la escuela; sin embargo, ha descubierto algo terrible.
¿Podrá Lorena soportar todo y volver a empezar?
Gabriel lleva cargando por años una culpa que no logra superar; se muestra frío y distante para que no descubran su debilidad; mientras está inmerso en una carrera política que lo podría llevar a la presidencia.
¿Podrá algún día volver a amar?
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21. Amable y sencilla
La indicación que habían recibido el conductor y el equipo de seguridad, era que después de la conferencia de prensa, debían tratar de burlar el seguimiento e ir a dejar a la señorita Lorena Castillo a la mansión Luján.
- "Gracias, todo salió muy bien. Lorena estuviste fantástica", dijo Gabriel, tratando de romper el silencio, para Lorena esa familiaridad se sintió agradable.
- "Lo cierto es que estaba muy nerviosa, gracias por no soltar mi mano", expresó Lorena, tratando de evitar la mirada Gabriel, creía que si lo hacía, él podía descubrir lo que ella estaba sintiendo.
- "Lamento las cosas que te dijeron, ni siquiera venían al caso, sé que serán algunos meses difíciles para ti, cualquier cosa que te parezca incómoda, me avisas", manifestó Gabriel.
Lorena volteó a mirarlo ligeramente, acaso era terrible desear otro beso de esos labios que la provocaban mientras él hablaba, volvió a voltear cuando sintió que la iba a mirar, se dijo a si misma que Magaly tal vez tenía razón en algo, que debía disfrutar el momento, de no dejar pasar los años, de averiguar lo que no sabía hasta ahora.
Gabriel miraba el perfil de aquel hermoso rostro que tenía al otro extremo del vehículo; aquel beso había sido grandioso, pero necesitaba más de eso, mucho más; si fuera su novia de verdad la estaría besando en ese momento.
De pronto el auto se detuvo, un mitin espontáneo se había armado en el camino, en la televisión había señalado el camino del candidato y los simpatizantes se habían reunido para darles el encuentro. Lo que ambos no sabían, era que a veces las personas necesitan un pequeña inspiración para tener un momento de felicidad, y ellos como esa nueva pareja lo eran; como si pudieran ser participantes y testigos de un cuento de hadas.
Aunque Gabriel había vivido eso antes, para Lorena eso era nuevo, así que no pudo acercarse a Gabriel y tomarlo de la mano, como quien busca un refugio. Tal vez fue el momento, las ganas de protegerla, o de sentirla cerca, pero él la abrazó, mientras ella se refugiaba en su pecho, jamás había visto tantas personas juntas.
- "Tranquila, no va a pasar nada malo, lo prometo", dijo Gabriel, ella se separa un poco de él y ambos se quedan mirando.
Están tan cerca que sus labios buscan por si solos lo que ellos no se atreven, la atracción era innegable, pero la voz del chófer los devuelve a la realidad, si no fuera por eso una danza con sus labios ya hubiese comenzado.
- "Señor Larrea, el equipo de seguridad señala que no hay peligro para que haga una pequeña presentación y le pida al público dar paso; si no tendremos que esperar a la policía", dijo el chofer.
Gabriel miró a Lorena, temía que el grupo se acerque más y algo le pasara a la mujer que tenía al lado; Lorena sacudió su cabeza, tal vez eso era algo nuevo, pero no podía darse el lujo de mostrarse como una mujer miedosa; respiró profundo, soltó la mano de Gabriel y sonrió delicadamente.
- "Saldré un momento, tranquila todo estará bien", dijo Gabriel. Lorena asintió y Gabriel bajó el vehículo, cerrando la puerta detrás de él.
Él levantaba las manos mientras la gente le alzaba los brazos, él agradecía su presencia, pero la gente parecía querer en persona a la mujer que creían había ganado su corazón.
Tal vez Lorena no tenía experiencia en política, pero como ciudadana podía imaginar lo que los simpatizantes querían; así que respiró profundo, Gabriel se asustó, pero pareciera que la gente en automático solo guardara silencio y se concentrara en mirarla a ella, y como no si él mismo se había quedado prendado por su presencia.
Ella se acercó a Gabriel y lo tomó de la mano, sonrió a todos y levantó la otra mano con entusiasmo, algunos niños querían entregarle unas pequeñas flores y ella se acercó despacio, tomó las flores e hizo un pequeño gesto de agradecimiento.
Uno de los simpatizantes tenía un megáfono y se lo acercó a ella, podían notar que ella no parecía una mujer creída y petulante, sino amable y sencilla, pese a todo ese arreglo.
- "Muchas gracias por su cariño, por favor sigan acompañando a Gabriel, en verdad busca lo mejor para nuestro país; sé que han tomado parte de su valioso tiempo para mostrar su apoyo, es maravilloso para nosotros", habló Lorena por el megáfono, con esa sinceridad que atraer a las personas de bien; luego se abraza a Gabriel y la gente aplaude.
Un niño pequeño se escapa de la mano de su madre, y fue corriendo hacia Lorena abrazándola, ella lo alza, y le sonríe, para luego darse palmitas en las manos. El niño era evidentemente humilde, por sus ropas sencillas, pero Lorena tan glamorosa como se veía en ese momento, lo alzó sin problemas, la gente podía notar que no era fingida.
Después le devolvió al pequeño a su madre, a quien le dio la mano, y a varios de los participantes; algo que Gabriel también replicó; las fotos aparecieron rápidamente en las redes sociales, llenándose de los testimonios de los presentes y comentarios positivos.
Después de dar algunas palabras, Gabriel les pidió que los dejaran pasar, los simpatizantes entendieron perfectamente, tanto él como Lorena se marcharon saludando desde la ventana del vehículo.
Mientras se alejaban y debían volver a tomar su lugar, para ponerse el cinturón de seguridad, el chofer hizo un movimiento para esquivar un perrito que pasaba por la pista; que al estar desprevenidos, los sorprendió y los movió violentamente, Gabriel terminó recostado en el asiento y Lorena encima de él.
Ambos se miran nerviosos, él no se atreve a soltar la cintura de ella, sus ritmos cardiacos se aceleran, la atracción estaba ahí, sus cuerpos lo gritaban, se buscaban el uno al otro, se deseaban el uno al otro; sus mentes parecían no tener ya control de sus acciones; era evidente que en ese momento se querian comer a besos.