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Lolla, La Mujer De La Máscara

Lolla, La Mujer De La Máscara

Status: Terminada
Genre:Romance / CEO / Aventura de una noche / Oficina / Embarazo no planeado / Juego de roles / Salvar al hijo enfermo / Completas
Popularitas:197
Nilai: 5
nombre de autor: Rosi araujo

Letícia Miller es una excelente secretaria de un magnate rico y arrogante, un hombre que puede tener a cualquier mujer que desee en cualquier momento.
Se encuentra en apuros cuando su hijo, Pierre Miller, fruto de una noche que nunca olvidará —ya que estaba en un evento de negocios de la empresa en la que trabaja—, se enferma. Esa noche, alguien le jugó una mala pasada, drogándola y encerrándola en una habitación donde también había un hombre misterioso drogado. En ese momento ella aún era virgen, y se culpa por haber sido tan descuidada ese día. De esa noche nació Pierre.

Para conseguir la suma que su hijo necesitará y salvar su vida, ¿seguirá Letícia el único consejo de su colega o intentará otra opción?
¿Letícia salvará a su hijo Pierre a cualquier costo, o descubrirá quién es el padre del niño y pedirá su ayuda?

NovelToon tiene autorización de Rosi araujo para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 19

Letícia - ¡Ay, te volviste loco!

Zac - ¿Qué mierda pensaste que estabas haciendo?

Leticia - Solo estaba intentando ayudar, ella habló, necesitaba verlo.

Zac - Jaja, no seas patética, señorita Miller, mi madre no habla hace años, y pensaste que trayéndote aquí, ¿serías una de nosotros?

Leticia - No😭, nunca pensé en eso, Zac.

Zac - Cierra la puta boca, y escúchame, no eres nadie para llegar aquí, y cambiar todo, mi madre sigue una rutina, no eres tú quien va a cambiarla, eres solo la puta de mi secretaria, ¡ponte en tu lugar!

Leticia - Yo solo quería ayudar, ella apretó mis manos, tenía que verlo, Zac.

Zac - Imaginaste cosas, no te atrevas a sacar a mi madre de nuevo, ¿está escuchado?, no voy a repetirlo.

Aquí estaba el hombre frío y arrogante que venía intentando olvidar para ver su lado gentil, qué ingenua soy. Él solo estaba intentando acercarse por nuestro hijo, no paso de ser una secretaria como él dijo, limpio mis lágrimas, y él sale furioso de la habitación, golpeando la puerta con fuerza.

Me siento en la cama, y miro mi brazo con la marca de su mano, fue un error venir aquí, e intentar ayudar a su madre, cuando ni siquiera a la mía puedo ayudar. Junto las cosas de mi hijo y las mías, y llamo un Uber, así que él se aproxima y desciendo.

Melinda - Leticia, ¿ya te vas?

Leticia - ¿Dónde está Pierre?

Melinda - Está con Zac en la oficina.

Melinda me apunta la oficina y voy hasta allá.

Leticia - Con permiso, vengo a buscar a mi hijo.

Voy hasta Zac y lo tomo de los brazos de su padre.

Leticia - Quiero disculparme por todo el malentendido, que causé, a la familia de ustedes. Disculpe señor Harper, con permiso.

Salgo de la oficina y él viene detrás de mí, tomo mis cosas y voy hacia la puerta.

Zac - ¿A dónde vas?

Leticia - Me estoy yendo, señor.

Zac - No te mandé a irte.

El coche llega y le digo que abra el portón.

Zac - No, no quiero que te vayas.

Leticia - Abra el portón, señor Harper, el coche me está esperando.

Melinda abre el portón y voy hasta el coche, con él viniendo detrás.

Zac - Leticia, no te vayas, estamos de cabeza caliente.

Leticia - Tenga un buen fin de semana señor Harper. El lunes le paso su programación.

Entro en el coche y me voy, dejándolo parado mirándome. El Uber me deja en casa, entro y me derrumbo en el sofá llorando. Una gran ingenua, pensé que él sentía algo por mí, y solo me estaba ilusionando.

Seco las lágrimas y subo con mi hijo, nos bañamos juntos en la bañera, le puse una ropita a él. Lo puse en la sillita, y fui a hacer algo para comer. Encendí una música bajito, por causa de los vecinos y por causa de Pierre también.

En la mansión Harper...

Después de que Leticia se fue dolida conmigo por causa de lo que hice, y con razón, Carine vino a mostrarme el video de Leticia hablando con ella.

Carine - Ella no lo hizo por mal, su madre se comunicó con ella.

Melinda - Mamá apretó su mano, ella nunca hizo eso con nosotros.

Carine - Sí, tenía que haber visto, ella confió en esa chica.

Zac - Leticia dijo que ella habló, intentó hablar.

Melinda - Vamos a llamarla, hermano.

Miguel - Amor, déjala tener un tiempo, ella salió bien triste.

Melinda - Ve, y vas a pedir disculpas, no vas a ir.

Zac - Lo que le dije la dolió, no sé si ella me va a oír.

Melinda - Pero ella va a dejar que veas al bebé, y es una oportunidad de que hables con ella.

Zac - Voy a ver qué hago, necesito descansar y poner mis pensamientos en orden.

Subo, me baño y me siento envuelto en la toalla, tomo el celular y la llamo, pero ella no atiende ninguna de mis llamadas, tiro el teléfono en la cama con rabia de mí mismo. Me acuesto y duermo.

De mañana desperté temprano, me arreglé y descendí.

Zac - Mamá, ¿quieres ir a ver a Leticia?

Le doy mi mano para que apriete, y nada.

Zac - Mamá por favor, ¿quieres ver a Leticia?

Mi madre no aprieta mi mano.

Melinda - Ella no te va a responder, no insistas.

Me levanto y salgo de casa directo a la casa de Leticia, así que llego toco el timbre, y luego ella abre la puerta.

Leticia - ¿Qué quieres?, aún son las siete de la mañana.

Zac - Lo sé, ¿podemos conversar?

Leticia - No tenemos nada para conversar señor Harper.

Zac - No me llames así, vine a pedir disculpas.

Leticia - No necesita, ahora puede irse.

Ella intenta cerrar la puerta en mi cara y la detengo.

Zac - Puedo ver a mi hijo al menos.

Leticia - Él está durmiendo, y él tampoco quiere hablar contigo, vete.

Me dan ganas de reír, ella tiene la boca más afilada que ya vi, y tengo ganas de llenar ese trasero de ella de bofetadas.

Zac - Estoy seguro de que él quiere hablar conmigo.

Leticia - No te vas a ir, ¿verdad?

Zac - No.

Leticia - Aff, bello padre, que le arreglaron a mi hijo, entra.

Ella sale de frente de la puerta y hago mi limpieza y voy a lavarme mis manos. Ella sube exhibiendo el borde de su trasero, en un conjunto de dormir de satén, rosa bebé. Y voy detrás de ella, admirando cada balanceo de esa atrevida.

Leticia - Él está en el cuarto.

Zac - Voy allá.

Ella va para su cuarto y yo para el de Pierre, y él acaba de despertar, lo tomo en brazos y lo cambio, y le doy su leche, y después voy hasta el cuarto de Leticia, y ella estaba acostada, así que entro ella se sienta y coloco nuestro hijo en la cama.

Zac - ¿Ya tomaste café?

Ella niega con la cabeza.

Zac - ¿Quieres que haga uno?

Leticia - Tanto da, ya andas libre mismo, qué diferencia hace, si siempre haces lo que quieres.

Zac - Aquello que hice fue errado, no debería haber hablado contigo de aquel modo, perdí el control. Perdóname.

Leticia - ¿Y por qué estás viniendo a pedir perdón?, ¿tu conciencia pesó, por causa de nuestro hijo?, si es así, sepas que jamás te impediría verlo.

Zac - ¿Por qué cuando estoy contigo, me siento desafiado?, eres petulante, y eso me deja sin acción, no sé cómo actuar cuando me desafías de aquel modo, y acabé hablando lo que no debo.

Leticia - Estabas en lo cierto, no debería intentar ayudar a tu madre, porque ni siquiera consigo ayudar a la mía.

Zac - Ey.

Me aproximo a ella, y limpio la lágrima que escurrió.

Zac - Vuelve conmigo, ella necesita de tu ayuda, ¿fue verdad que ella casi habló?

Leticia - Sí, ella casi habló quien hizo aquella fuente, pero ahí ella se estresó, y salió todo de control.

Zac - ¿Qué intentó hablar ella?

Leticia - Ella dijo, Dio... ella habló pausado no entendí.

Zac - Era mi padre, Diogo.

Leticia - Creo que ella iba a decir eso.

Zac - Hiciste mucho por tu madre, tengo certeza de eso, ella es quien no supo reconocer, así como no supo reconocer tu ayuda, y lo siento mucho mismo por todo.

Leticia - Te perdono, pero si me sujetas de nuevo de aquel modo, pierdes la mano.

Zac - Jaja, ¿me estás amenazando, señora Miller?

Leticia - No amenazo, yo hago, y me debes un café.

Zac - Estás viendo, me quedo sin acción cuando estoy contigo. Voy allá.

Leticia - Creo bueno preparar una buena mesa, Roberta está viniendo ahí.

Zac - Ok, jefa.

Descendí y comencé a preparar el café de ellas y el mío y Leticia descendió con un vestido entallado que modelaba todo su bello cuerpo.

Ella deja a Pierre en el cochecito de balanceo y viene hasta la encimera, de la cocina.

Leticia - Si en caso de que vuelva en tu casa, puedo llevar unas cosas que pueden ayudar a tu madre.

Zac - Sí, solo avísame, que compro.

Leticia - ¿Qué le gustaba hacer a tu madre?

Le cuento todo a Leticia, lo que le gustaba hacer a ella. Y después colocamos la mesa y Roberta llega.

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