Vendida A La Mafia Rusa

Cuando Ann se fue la preocupación disminuyó un poco, estaba más segura paseando que aquí.

Después de unos minutos llegaron los empleados que Uno contrato, eran dos sirvientas y un cocinero, entraron y les pedí que prepararán una comida para mis hermanos, ellos se adentraron en la cocina y yo me dirigí a la sala de juntas.

Mientras esperaba a que llegarán me encargue de terminar mi plan, además de preparar los siguientes embarque que iban Canadá e Italia.

Media hora después aparecieron, se veían como siempre, poderosos y me alegro verlos, hacía mucho que no nos encontramos los cuatro, me traía buenos recuerdos de cuando estábamos en la secundaria, quien hubiera imaginado que esos niños flacuchentos y rebeldes terminaríamos manejando la mafia más grande de Rusia.

Eduardo: Es bueno verte de nuevo, cuando llegue esperaba encontrar a la preciosidad en la sala, pero tal parece que no está, está en su habitación, llámala quiero verla.

Alan: no está aquí, la mandé a que la arreglaran para mí(Nunca le diría que estaba de paseo, lo había perdonado una vez, no volvería a creer ciegamente en el, Eduardo no era de confianza cuando se trataba de mujeres y parecía encapricharse con las que nos interesaban, le había robado a Omar una novia y a mi me dejó destrozado)

Maximo: Eduardo no vinimos a eso, está bien que la chica de Alan este preciosa y todo lo que quieras pero te recuerdo que estamos aquí para planear una guerra.

Omar: exactamente, por ahora la chica no es importante.

Eduardo: bueno, a lo que vinimos.

Mi miranda se suavizó, realmente había llegado a pensar en matarlo en aquella ocasión a Eduardo, pero sus palabras de perdón y los recuerdos de la infancia no me lo permitieron, le había perdonado demasiado rápido, pero está vez si se pasaba con mi mujer no me detendría en vengarme.

Me senté en la mesa y entraron las sirvientas, nos sirvieron café y salieron, durante el resto de la tarde empezamos a trazar nuestro plan, si los italianos de la mafia de Antua se aliaron con los Black para destruirnos nosotros conseguimos un alianza con la mafia de Roma, ellos odiaba a Antua y a sus aliados, ellos nos ayudarían a destruirlos.

Omar se encargó de fabricar las bombas para las propiedades de los Black, nuestro espía nos había enviado las coordenadas y estábamos preparando todo, después de que estallaran, nuestros hombres se encargarían de los que quedarán vivos.

Todos estuvieron de acuerdo y la orden se dió, era hora de que esos malditos pagaran por lo que habían hecho.

Las sirvientas entraron después de un rato, nos sirvieron la comida y comimos todos en silencio, cuando probé el primer bocado mi mirada se tornó molesta, esto sabía mal, bueno era comestible pero me había gustado mucho más la comida de Ann.

Y con ese pensamiento comí en silencio, mis hermanos se levantaron y me dijeron que se irían a sus casas, que descansarían y que después nos volveríamos a reunir, yo asentí gustoso y los despedí, los tres se fueron muy bien custodiados y me sentí tranquilo.

Llame a Uno y le dije que les avisara a mis guardias que iría a buscar a Ann, que prepararán el otro auto.

Uno apareció frente a mi, tenía una mirada de preocupación y miedo en su rostro y me dijo con seriedad.

Uno: señor, cuatro me contestó asustado, dice que la señora no está con ellos, algo paso en el templo Sensoji y ahora no saben dónde está.

Alan: de que hablas, que la busquen y más les vale que la encuentre, si algo le pasa a mi mujer los mataré, prepara el auto yo iré a buscarla

Uno: bien como ordene.

Salí preocupado, la encontraría a como diera lugar, como ese para de inútiles no podian hacer su trabajo de manera correcta ,si algo le pasaba a Ann ellos me la pagarían.

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(Narra Ann)

Después de un rato, nos detuvimos en la calle, cuatro y seis bajaron conmigo, me llevaron hasta la entrada de un hermoso templo.

Juntos nos adentramos en el, era precioso nunca antes había visto esta tipo de estructura, había mucha gente a mi alrededor, estaba embobada viendo las hermosas paredes y cuadros dentro, cuando el sonido de una alarma inundó la habitación, todos empezaron a correr, volteo para todos lados buscando a Cuatro y a Seis pero la gente me arrasto con ella en la dirección contraria a la que había entrado, por más que voltee para todos lados no pude verlos, la gran multitud nos había separado, estaba asustada, no conocía a nadie y había fuego cerca de la entrada.

Unos guardias nos dirigieron por una calle a un lugar seguro y cuando me di cuenta la gente se había disipado y están sola en una calle que jamás había visto, que haría ahora,como volvería con Alan y si pensaba que escapé, se molestaría mucho, tenía miedo y no sabía que hacer.

Me senté en una banqueta y empecé a llorar, lo único que tenía, conocía y con quién estaba segura era Alan y ahora no sabía cómo volver a su lado.

Mientras me lamentaba a mi mente llegó la imagen de Alan, recordé la tarjeta que me dió, esa era la única forma de volver con el, me levanté, limpie mis lágrimas y me dirigí a una tienda que están frente a mi, cuando entre, un joven japonés me atendió, hablo conmigo en un español deficiente.

J: que necesitar

Ann: perdida, estar perdida.

No pareció entenderme mucho así qué saque la tarjeta que me dió Alan y se la mostré, el me miro con sorpresa y me dijo.

J: quien ser?

Ann: soy la mujer del jefe

Parecía entender, tomo el teléfono y marco a un número, hablo en japonés y después de un rato, se aparecieron dos guardaespaldas, no los había visto antes, pero ellos no eran Japoneses.

G1: Señora, me llamo F yo la llevaré con el jefe, se que usted es su mujer.

Ann: cuál jefe?

G1: el jefe de la mafia Rusa, mejor conocido como el Oso negro.

Yo solo asentí, no sabía que a Alan le decían así, me subí al auto y este emprendió el viaje, me sorprendió que duránte todo el trayecto no nos dirigimos al bosque si no que nos adentramos a los suburbios de la ciudad, la preocupación me invadió, a dónde iba, a caso Alan tenía otra casa.

"Pobre Ann, si va con el Jefe de la Mafia Rusa, pero como iba a saber que la mafia tiene cuatro Jefes y que su amado no era el Oso negro, si no el Águila"

Pista: Recuerden en el primer capítulo se conocen los apodos de los jefes.