El Momento De La Venganza

La familia de Margarita estaba en la habitación del hospital, mientras escuchaban la explicación del médico respecto a la operación del señor Linares, que iba a ocurrir en dos días.

Después de contestar algunas preguntas, el galeno salió, indicando que iban a pasarlo a una habitación individual más amplia y cómoda para que estuviera más tranquilo donde se recuperara de la operación.

- "¿Alguien me explica cómo es posible esto?, son muchos gastos", preguntó el señor Rubén Linares.

- "Cariño, no te preocupes por eso ahora, lo importante es que te recuperes, ya veremos después", respondió doña Alicia; Margarita bajó la mirada y revisó en su móvil una vez más aquel correo que le había llegado.

- "Me preocupa que los gastos sean tantos y por las deudas, las niñas no puedan estudiar", manifestó don Rubén.

- "Vamos a estar bien, papá. Solo piensa en recuperarte, Estoy por conseguir un importante trabajo y vamos a estar bien, lo prometo", dijo Margarita, su madre la miró preocupada, no iba a permitir que su hija se siguiera sacrificando por ellos.

- "¿Si hermanita?, ¿En verdad?", cuestionó Violeta, la hermana menor de Margarita, abrazándola, en unos meses cumplirá trece años; y fue con quien la amenazaron para que callara, en su otra vida.

- "Sí, cuando todo se concrete les cuento", respondió Margarita, dibujando una sonrisa.

- "Papá debe descansar y la tía Cristina vendrá a recogerte Violeta, Margarita ven un momento afuera, quiero coordinar algo contigo y no quiero incomodar a tu papá", expresó doña Alicia con seriedad.

Margarita le dio un beso a su padre en la frente y una sonrisa, ha sido un padre maravilloso, respiró profundo y siguió a su madre, caminaron unos metros más hasta quedar solas.

- "No duermes en la casa, ni en el hospital, me engañas que estás en un lado y no es así, te pregunto que hiciste para tener ese dinero y tu actitud me dijo que no era algo de lo que estuvieras orgullosa; ¿ese trabajo del que hablas consiste en hacer lo que hiciste anoche, el resto de las noches?. Eres una niña linda, inteligente y de buenos sentimientos, si es lo que supongo te va a consumir y destruir, no puedo permitirlo, no puedo cariño, aún eres joven y tal vez creas que puedas soportarlo, pero cuando pasen los años y pierdas toda ilusión te quedarás vacía, además no sabes con que persona te puedas encontrar", manifestó doña Alicia.

Margarita quedó mirando a su madre, sabe perfectamente que jamás estará de acuerdo con lo que piensa hacer, pero tenía que viajar a la capital y no había forma de ocultarlo, no quiere lastimarla, pero no tiene muchas opciones.

Se escucha un murmullo, hay un alboroto que se está formando en la estación de enfermería de ese piso; como si alguien famoso, hubiese hecho su aparición y todos quisieran ver lo que ocurre. Cuando Margarita voltea a ver, se encuentra con el hombre de metro noventa que necesita para su venganza; luego mira a su mamá, pensando "¿qué hace este hombre acá?".

- "Hola Maggi", dijo James acercándose, Margarita lo miraba con asombro.

- "¿Se conocen?", preguntó doña Alicia.

- "Mamá, él...", respondió Margarita sin saber qué decir al respecto.

- "Usted debe ser la señora Alicia, mucho gusto, soy James Thompson, el novio de su hija", manifestó James con una sonrisa, dejando a Margarita petrificada.

- "¿Novio?", cuestionó doña Alicia, mirando a ambos.

Después de un silencio incómodo, James tomó la mano de Margarita, y ella se la apretó como llamándole la atención, cuando mandó el correo, ella respondió que aceptaba, pero no pensó que la vendría a ver al hospital.

- "Mi hija no me ha dicho nada de que tenga un novio, usted a qué se dedica, qué edad tiene, se ve mayor para ella. Margarita no está sola, tiene a su familia", manifestó doña Alicia, estaba muy confundida.

- "Tengo treinta y ocho. Margarita pensó que ustedes no estarían muy de acuerdo por nuestra diferencia de edad, la verdad que todo empezó muy rápido, fue amor a primera vista. (Le entrega una tarjeta) Soy James Alonso Thompson, CEO de la compañía Travel Internacional, nos dedicamos al turismo, tenemos cadenas de hoteles, aerolíneas, casinos, complejos turísticos. Aunque ella tenía miedo de decirlo, le dije que lo mejor era darles la cara", manifestó James.

- "¿Fue usted quien pagó la operación de mi esposo?", pregunto doña Alicia, sin alterarse, pero con la misma expresión seria.

- "Sí, sabía que necesitaban los doscientos mil dólares", respondió James.

- "¿Por eso mi hija pasó la noche con usted?", inquirió doña Alicia.

- "Mamá", dijo Margarita.

- "Lo siento, eso es una decisión de nosotros, somos adultos", expresó James.

- "No sé que está pasando acá, pero usted es mucho mayor que ella, ¿qué busca un hombre tan sofisticado en una chica que ni siquiera ha terminado la universidad? Estamos en una situación complicada, pero mi hija no está en venta. (Dirigiéndose a Margarita) Y tú debiste decirme lo que realmente estaba pasando, en lugar de dejar que me forme ideas extrañas en la cabeza, tal vez ya seas adulta, pero no sabes nada de la vida", expresó doña Margarita.

- "Entiendo su preocupación, por eso decidí venir. Sé que ustedes tienen que hablar, por favor, solo necesito unos minutos con Margarita", dijo James.

- "Hablen rápido, te voy a esperar en la habitación de tu padre, y ni se te ocurra irte sin avisar, en algo tiene razón el señor, tenemos que hablar", manifestó doña y fue a la habitación donde estaba su esposo.

- "¿Por qué dijiste todo eso?", preguntó Margarita.

- "¿Qué le ibas a decir?, te vas a ir un año conmigo, al parecer tu madre se dio cuenta de lo que sucedió anoche. Creí que te sentirías más tranquila, que ellos creyeran que estás en una relación, que después fracasó a que te vendiste por dinero. Te quiero concentrada en mí, por eso acepté esperar la operación de tu padre y un poco de su recuperación. Te mandé un mensaje de donde me estoy quedando, mañana firmamos el contrato, y desde ese momento, mientras estemos acá, o estás en el hospital, en tu casa o conmigo, ¿entendiste?", expresó James, con ese tono autoritario que no puede ocultar.

Margarita respiró, en el fondo ese hombre tenía razón, era mejor que creyeran que era una niña tonta que se deslumbró por un millonario y luego se equivocó, a que se había convertido en una escort de lujo. Ideó un plan en su cabeza rápidamente y fue a la habitación, rogaba ser realmente creíble.