Nick es un hombre millonario, exitoso, guapo, y amable, alguien que lo ha tenido todo… Pero su pasado es mucho más gris y profundo que aquella fachada, porque años atrás, luego de perder la memoria, terminó en un orfanato donde la pasó abusos, humillaciones y problemas, pero gracias a la bondad de un hombre que lo adoptó, su vida mejoró. Sin embargo, ¿quién podría imaginarse que, aun así, le faltaba un obstáculo mucho más complicado que enfrentar? El amor llegó a su puerta, de una manera singular e incluso puede parecer incorrecta.
Por otra parte, Jennifer creció como una hermosa joven, que aunque no tenía a su madre, sí tenía un hogar lleno de amor junto a su padre y sus cuatro hermanos adoptivos. Sí, adoptivos, que aunque no tenían un lazo de sangre que los uniera, el lazo de la familia… o del amor, era más fuerte. ¿Qué es lo peor que podría pasar?
ESTA NUEVA NOVELA ESTARÁ LLENA DE EMOCIONES, PROBLEMAS Y CONFLICTOS… PERO IGUAL QUE EN MIS OTRAS NOVELAS, EL AMOR PREVALECE.
LOS AMO
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Capítulo 16 "Cuidando a Jen"
NICK
—Bien, entonces… ¿Puedo saber por qué cambiaste de opinión tan rápido, Nicolas?
—No hay razón, simplemente dije ¿por qué no? Y ya —ya—mentí deliberadamente, envié un mensaje a Katherina para que viera cómo está Jen, no entiendo por qué ha estado tan sensible y susceptible, como si… como si ella también estuviera enamorada, pero eso es imposible.
—¿Sigues aquí? Estás mirando mucho el celular… es él… —se acercó a la pantalla y sonrió— tienes una foto de ti y tu hermana como fondo de pantalla… qué peculiar. Mi hermano y yo si tenemos algo en común, es que procuramos no cruzarnos en el camino del otro. Es un fastidio —sonreí con ironía… Jen y yo no somos “hermanos usuales” y en realidad ninguno de nosotros lo es.
—Somos una clase de hermanos diferentes. Es todo.
—Entiendo. Me parece lindo y tierno que trates tan bien a tu hermana, al fin y al cabo es el reflejo del cómo tratarías a una mujer.
—Eh… claro -el camarero llegó con nuestro pedido y me tomé una copa de vino rápido, necesito entrar en ambiente o lo arruinaré,ni siquiera sé qué hacer con ella. Solo puedo pensar en la mirada de Jen antes de salir de la oficina.
—¿qué tal si te cuento de mí, a ti? —Elena salvó la conversación, asentí y ella comenzó a hablar de su familia, de ella, su hermano, los negocios. No recuerdo tanto, solo sé que bebía una y otra copa mientras trataba de prestarle toda la atención posible y no ser grosero.
Cuando terminamos de comer, pagué la cuenta y nos dirigimos a la salida del restaurante
—Has estado muy callado. Pensé que eras un poco...
—¿Menos aburrido? —terminé con media sonrisa incomoda y ella continuó
—¿Esta todo bien?
—Sí... no... no lo sé. A decir verdad tengo un dilema que trato de evitar, y negar, pero... cada día es como si se volviera más fuerte y, tengo... miedo de arruinar todo—se quedó observando un momento como si tratara de comprenderme... Por Dios, yo tratando de olvidar a Jen y termino hablando de ella -perdona, yo... solo estoy un poco...
—¿Hablas de tu hermana?
—¡¿Que?! Eh, no. Para nada, es mi hermana. Yo solo
—Sé que son hermanos, pero también sé que son hermanos adoptivos, no de sangre. Y sé... que bueno, han habido rumores, videos, siempre hay algo de comentarios al aire. Yo no lo creía... pero hoy los vi. La amas ¿no es así?
—Eh... no —le aseguré enseguida y sonrió con sarcasmo, me rendí —bueno... puede que... si, la amo. Y no es precisamente el amor de un hermano a su hermana, pero es...
—Complicado, entiendo
— Elena, disculpa. Pensé que si veía en otra dirección, no lo sé… podría dejar de quererla y
—Entiendo. Pero sé muy bien que me has tratado diferente solo cuando ella está, como si quisieras dejarle en claro que no te interesa. Porque desde que salimos me han visto solo cuatro veces, el resto de tiempo has estado pensativo, callado, bebiendo o mirando el teléfono discretamente.
—Lo lamento, no pretendía faltarte el respeto —negó con la cabeza y sonrió.
—No hace falta que te disculpes… —Suspiró un momento, entonces me extendió su mano —¿Amigos? Digo, aunque no vayamos a ser pareja, ¿considerarías ser mi amigo?
—¿Quieres ser mi amiga después de que me comporté como un idiota?
—En ese caso, puedes no actuar como uno, dejarme en mi casa. Y considera comprarme algo para compensarlo. Amo el vino tinto verlock 1934
—Ten por seguro que lo conseguiré.
—Espero que sí. No quiero dañar mi imagen de ti jajaja
— Tampoco espero dañarla. Ven, te llevaré a casa —abrí la puerta del auto para que subiera, la cerré y luego yo subí—tengo buena tolerancia al alcohol, aunque si prefieres, puedo llamar a un guardia y llevarte.
—No hay problema. No hay mucha congestión hoy.
—Encendí el auto y conduje hacia su casa que está en las afueras de la ciudad, en una residencia lujosa. Estuvo silencioso el camino, hasta que ella habló cuando llegamos al portón gigante.
—Gracias por traerme, Nicolás —asentí con una sonrisa, pero en cuanto ella iba a bajar del auto se detuvo y volteó a mirarme
—sabes algo… creo que es muy triste darse por vencido en algo sin siquiera intentarlo. Digo, las personas siempre encontrarán algo de qué hablar, tu vida, la mía o lo que sea. Pero dime… ¿Eso vale tu felicidad? Si hubieras visto la manera en la que tu mirada se iluminó con solo ver a Jennifer… me hizo darme cuenta de que, si alguien me llegara a mirar de esa manera, estaría segura de que esa persona me ama como ninguno otro lo hará. Pienso que un amor así… es una pena que deje de ser únicamente por temor o prejuicios. Buenas noches, Nicolás.
Salió del auto dejándome con la palabra en la boca y por un momento quedé en blanco... Luego empecé a reir
—Por Dios Nicolás, ¿en serio lo vas a hacer?. ¿Luchar... no luchar? —al final golpeé el volante sintiéndome idiota. Estoy seguro de que esto no le agradará a la mayoría, de que debería conquistar a Jen y literalmente ella podría verlo mal, odiarme toda la vida y... ni se diga de mi padre, de Adrián que… ahhhhh
Conduje a mi apartamento lo más rápido que pude y al llegar solo podía escuchar un leve ruido de música, pero cuando entré casi reviendo mis tímpanos. No vi a nadie a la vista. Olía a vino, a mucho vino, a alcohol para ser exactos. OH NO. Eso no es buena señal
Busque con la mirada, pero no vi a nadie, así que apagué el parlante. Encendí las luces y casi piso a alguien que extrañamente está en el suelo durmiendo
—Pero que... ¿Lara? —la moví, pero ni se inmutó, la volví a mover y me dio una patada en la canilla, y así medio dormida literalmente se arrastró el sofá y siguió durmiendo como piedra.
Luego me adentré a las habitaciones y Katherina, la amiga de Jen está dormida en la cama de ella arropada. ¿Pero donde está Jen?
Busque en la otra habitación de huéspedes, pero no ví a nadie, en el baño compartido tampoco. Al final entré a mi habitación y ahí estaba. Acostada como una bebe sin arroparse, no sabía si reír o llorar con la imagen.
Se a quitado los tacones pero huele a alcohol.
—Jen... Oye —la moví pero no se movió. Parece que tendré que dormir en la habitación de huéspedes.
Sonreí al verla tan colorada, deje un beso en su mejilla para salir pero antes de poder hacerlo ella me tomó del brazo bruscamente
—Nick... no te vayas. No puedes salir con ella, mírame... aquí estoy —sus balbuceos entre sueños aunque eran bajos podría entenderlos, sonreí. ¿esta soñando o alucinando?
—Jen... ya estoy aqui, amor. sueltame—nego como una gatita
—No... quiero... quiero —abrió sus brillantes ojos entonces de la nada me volteó y se subio encima de mi dejándome atónito sin poder moverme —ahora yo te gané —dijo entre risas coquetas
—Jen... estás ebria —forcejé, pero ella ejerció más presión y quedó prácticamente sentada sobre mí apretando mis muñecas contra el colchón inclinada hacia adelante de manera provocativa —Jen —le advertí más asustado. No lo puedo creer, estoy asustado en este momento... y no precisamente de ella, sino de mi mismo
—¿Recuerdas esto?... Yo recuerdo perfectamente... ¿como pudiste olvidar que fuiste mi rimer beso?
—Jamás olvidé Jen... ese es mi recuerdo más atesorado. Ahora muévete. Por favor. Le supliqué en voz baja, pero hizo todo lo contrario y empezó a quitar los botones de su vestido —Jen... No me obligues a meterte bajo la regadera para que vuelvas a estar sobria
—No es necesario, Nick... yo misma iré a bañarme... tú me calientas demasiado, y por lo visto —bajó su mano y la colocó en el bulto que sobresalía cortando mi respiración y excitándome ¡Está imposible! ¡Que alguien me mate ahora mismo!
—tu tambien estás caliente, hermano —su mirada juguetona me descolocó. Vale, definitivamente está ebria
Se desabrochó todo el vestido, y luego se quitó sujetador dejando ver sus hermosos y redondos pechos, además no necesitaba tocar sus pezones rosados para saber que estaban duros, a simple vista podía sentirlos. Se me hizo agua la boca
—Jen... Por favor. Detente. está ebria y me dará un dolor de uffff JEN
—Puede que si, pero incluso si no lo estuviera, querría hacer esto —sus manos descendieron a mi torso y empezó a desabrochar mi camisa, entonces de la nada se agachó y pude sentir el tacto de sus pechos sobre mi piel ardiente. ¡Esto es una locura!
—Joder ...—en menos de un segundo la tomé de ambas manos presionándola contra el colchón, dejándola debajo de mí, tratando de controlar mi respiración —te aseguro que he imaginado este escenario miles de veces, pero preferiría que estuvieras consiente de ello y lo que implica. Así que por ahora —me quité de encima de ella algo molesto por la incomodidad de mi pantalón mientras ella se reía medio ebria —vamos a darte un baño, estás muy caliente y desorientada Jennifer Monroe Miller segunda
A regañadientes aceptó y la senté en la cama y luego fui a llenar la bañera con agua fría y coloqué velas aromáticas para que duerma bien y mañana no tenga tanto dolor de cabeza. En eso mientras echaba el jabón apareció ella en la puerta con solo la ropa interior de la parte inferior. Volteé el rostro carraspeando y tomé la salida de baño de seda y se la pasé, ella se la colocó y se sentó en una silla y se acomodó frente a mí, frotó sus ojos y poco a poco se acostumbró a la luz del baño
—¿Sigues ebria? —asintió con media sonrisa, pero se notaba que estaba mejor
—Si... pero recuerdo a la perfeccion lo que hice... lo lamento, yo... me dejé llevar
—Te entiendo, está bien. Después de darte un baño con agua fría te sentirás mejor, y el aroma de las velas te ayudarán a dormir. Mañana te sentirás mejor
—No, no lo entiendes Nicolás. Lo lamento de verdad... es decir, sé que estuvo mal presionarte de esa forma. Más si ni siquiera sé si tú y Elena ya son novios o algo
—¿Que piensas de ella?
—Que es bonita, pero la envidio
—¿Tu? ¿Envidiar a alguien? ¿Escuché bien?
—Si idiota. La envidio porque ella puede estar contigo de maneras que yo no puedo —por un momento me perdí en su mirada suplicante y sus dulces labios entre abiertos que están rojos de tanto vino y algo de labial —me odio por no ser más grande, por no ser mejor para ti y te odio a ti por alejarme. Solo he querido una cosa en mi vida, y ha sido ser tu compañera en todo, sé que suena egoísta, pero...—me acerqué y le coloqué un dedo entre los labios impidiendo que siguiera
—Dímelo cuando estés sobria. Si llegas a decirlo, creeme que lucharé por ti con todas mis fuerzas y no me rendiré con nosotros —asintió con sus pestañas humedecidas con sus lágrimas, cerré la llave de la bañera y extendí mi mano para ayudarla a entrar. Al inicio se incomodó por el agua fría, pero luego se quedó en calma quince minutos. Después le ayudé a salir y la envolví con una toalla. La cargue a la habitación y la senté en la cama
Me acerqué a su armario y tomé una bata de seda color azul cielo y la ayudé a vestir. Ella seguía sentada sin decir nada, se veía pensativa. Le pasé la ropa interior y mientras ella se la colocaba fui por su secadora de cabello
—Puedo hacerlo sola
—eso no significa que debas hacerlo sola, Jen —no le di otra opción y me hice tras ella, le seque el cabello y al poco tiempo vi que seguía bostezando. Al terminar casi tenía sus ojos cerrados, entonces la atraje hacia mí y la abracé al borde de la cama
—Duerme un poco —asintió y quité el edredón de la cama, ella se acomodó y la arrope para irme, pero ella me tomó de la mano con urgencia
—No te vayas... quedate —sonreí al ver su expresion sonrojada
—creeme que no hay nada que quiera más que eso, pero me quedaré cuando me lo pidas en tus cinco sentidos —dejé un dulce beso en su frente y encendí la lámpara en forma de planeta que tengo y salí con cuidado al verla cerrar sus ojos