Mi Vida Como Mafiosa

Juliana estaba caminando por a orillas del mar cuando nota que alguien se aproxima hasta donde ella está.

_Señorita Rizzo.

Juliana sabía de quién se trataba con solo escuchar su voz, su hermano la había hecho ir atrás de ese hombre incontables veces con el fin de seducirlo y lograr que se pusiera de su lado.

Vincent tenía un día libre y decidió ir a la playa para distraerse un poco del trabajo, últimamente había tenido mucho más trabajo al estar ayudando a los hombres de Sebastián, sabe que no tiene por qué hacerlo, pero prefiere que sea de esa manera para asegurarse de que todo salga bien.

Juliana voltea ocultando la molestia que sentía al tener que interactuar con una persona, solo deseaba estar sola y pensar en su siguiente movimiento.

_Buenos días señor Cassano.

_No esperaba encontrarla por aquí a esta hora.

_No veo motivos por los cuales no pueda caminar por la playa a esta hora.

Por algún motivo esa personalidad que ella demostraba ahora se le hacía intrigante, atractiva y el hecho de verla respondiendo de aquella manera le pareció divertido. Ya no demostraba ser aquella jovencita que aceptaba todo lo que el decía o no demostraba ser aquella mujer mimada y malcriada.

_No me malinterpretes, solo me pareció extraño verte aquí y sin los hombres de tu hermano siguiendo cada uno de tus pasos.

_Me escapé por unas horas, no quería soportar las rabietas de mi hermano luego de la reunión que tuvo con tu jefa. Ya suficiente tengo con tener que obedecer todo lo que pide.

Lo último lo dijo en un susurro, un susurro tan bajo que Vincent casi no fue capaz de entender.

_¿Te apetece ir a desayunar conmigo? Tengo el día libre y no quería pasarlo solo y por lo que veo tú no pretendes volver a tu casa por algunas horas.

Juliana piensa en rechazar la propuesta de Vincent, pero al pensarlo mejor decide aceptar. Si su hermano le pregunta dónde estuvo en todo el día puede decir que estuvo con Vincent.

_Con una condición.

_Dime.

_Tomaré una foto para usar eso en mi defensa. Julián no estará tranquilo en cuanto no le dé algo con lo cual distraerse, ir a desayunar contigo será suficiente para mantenerlo lejos de mí por algunos días.

Con cada palabra Vincent lograba ver un poco más sobre la verdadera personalidad de esa mujer, tenía que admitirlo de alguna manera se sentía intrigado.

_Me parece justo. Vamos.

Ambos se dirigen a un pequeño local cerca de la playa, todo en aquel lugar parecía sencillo y eso les pareció aún mejor. Sin ojos curiosos que podrían resultar una molestia aún más considerando que ambos deseaban olvidar un poco de lo que vivían en el día a día.

Ambos desayunan y hablan un poco, las risas y los comentarios graciosos no faltaban. Las personas que no los conocían los observan como si fueran una linda pareja.

Luego del desayuno ambos vuelven a la playa en donde caminan hasta llegar a un lugar silencioso, toman asiento bajo la sombra de un enorme árbol y continúa disfrutando de la compañía del otro.

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_¿Cómo puedes referirte así a tu propia hija?

_Es una mujer, al menos debe servir como esposa de un buen socio. La ofrecí en matrimonio para el señor Cassano o su hijo, él no me ha dado una respuesta concreta, pero con lo hermosa que es puede que acepté.

_Apenas tiene 16 años, no puedes hacer que se case con aquel viejo. Su hijo no querrá casarse de manera forzada. Padre, deja que me encargué de esto.

Julián discutía con su padre por querer vender a su hija de aquella manera, quería cerrar algunos negocios con el señor Cassano. El mismo lo venía ignorando hace algunos días, por lo cual él deseaba asegurar su lugar al lado de un socio tan importante.

Julián había logrado convencer a su padre de no entregar a su hermana de aquella manera, cualquier persona que no lo conocía pensaría que lo hizo para salvar a su hermana, pero la verdad es que lo había hecho para llamar la atención de su padre, demostrando superioridad y capacidad de confrontar una situación como aquella. Sabía que si Juliana se casaba con el jefe de la familia Cassano o con su hijo lograría obtener la gratitud de su padre.

_Si te atreves a decirle algo sobre esto a nuestro padre, me aseguraré de que hacerte la vida imposible.

Juliana recordaba aquellas palabras, recordaba como era usada por su padre y por su hermano para lograr lo que querían. La hacían menos solo por ser mujer.

_No me respondas jovencita, tu deber como la mujer de esta casa es hacer lo que el hombre te ordené. Si tu hermano te dice que debes dormir con alguien, lo haces sin reclamaciones.

Esas fueron las últimas palabras su padre al saber que Julián le había ordenado seducir a uno de sus socios para cerrar el trato.

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Juliana siente como unas suaves manos pasan por su frente y una voz masculina la llama de manera suave, al abrir los ojos se encuentra con Vincent, el mismo tenía una mirada preocupada y mantenía la mano sobre la frente de Juliana.

_¿Te sientes bien?

_Si, sí. Estoy perfectamente bien.

Juliana se levanta y observa el lugar, ambos se habían acostado sobre la suave arena de la playa y ella se había quedado dormida al sentirse tan serena.

_Parece que estabas teniendo una pesadilla, creí prudente despertarte.

_Estoy bien. Agradezco tu preocupación. Mejor me marchó, ya fue suficiente diversión por hoy.

_Si, es lo mejor.

Juliana se levanta rápidamente y antes de irse voltea en dirección a Vincent.

_Agradezco que hayas compartido este día conmigo, no me imaginaba que sería tan divertido.