Bruna es una mujer luchadora que enfrenta un dilema: invertir en su carrera sin descuidar a su hija Melissa, y vive el gran desafío de ser madre soltera.
Daniel Colatto, heredero de la mayor constructora del país, reacio a los niños y al matrimonio, ve su vida marcada al conocer a una persona que cambia sus convicciones y su destino...
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Capítulo 8
Daniel:
— Lara —pronuncié al ver a aquella con la que pasé toda la vida al lado, estaba acostumbrado a tenerla cerca siempre, crecimos juntos y comenzamos a salir a los 15 años fueron muchos años, ella simplemente me dejó.
— Con permiso, señor Colatto, los dejaré a gusto.
— Puedes quedarte, Bruna, al fin y al cabo todavía no celebramos tu ascenso.
— Si estoy interrumpiendo, puedo volver en otro momento.
— Leandra me dijo que volvía al país, vine al país para organizar mi fiesta de compromiso y vine a traerte la invitación personalmente.
— ¿Compromiso?
— Eso mismo, Daniel, estoy saliendo con Yuri Montenegro, me pidió matrimonio y vamos a formalizarlo.
— ¿Yuri Montenegro? Justo él.
— Nuestros planes se cumplen, Daniel, él me ofrece lo que necesito, cosas que tú no fuiste capaz de ofrecerme. Soy feliz al lado de un nuevo hombre.
— Me alegro por ti, seguro que iré a tu compromiso, llevaré acompañante, ¿verdad, Bruna?
— Miró a Bruna casi rogándole que lo confirmara, ella seguramente no está entendiendo nada mientras Lara mira confundida.
— Por supuesto, Daniel, allí estaremos.
— Pensé que solo era una empleada.
— Mantenemos la discreción en el trabajo, ¿verdad, ángel?
— Con permiso, tengo que seguir trabajando.
— Claro, linda, luego hablamos de la fiesta de compromiso. ¿Y cuándo sería esa fiesta, Lara?
— Esta noche, Daniel.
— Bueno, mi ángel, entonces tenemos que ir a prepararnos para la fiesta, ¿verdad? Con permiso, Lara, tenemos prisa.
— Salió apresurado de la oficina agarrando la mano de Bruna mientras un público nos miraba y cuando entré en el coche empezó el escándalo.
— ¿Te puedo preguntar qué es esto, Daniel Colatto? ¿Por qué le has dado a entender a esa mujer que estamos juntos?
— Necesito tu ayuda, Bruna, Lara no puede enterarse de que me va a cambiar por el idiota de Yuri y me voy a quedar lamentándome, necesito tener una acompañante.
— Y entonces me viste a mí, la payasa, y pensaste que podía servir de masilla para tapar tus agujeros.
— Es algo sencillo, Bruna, solo finge que estamos juntos y listo, podría contratar a alguien, pero entonces dejaría que alguien se ilusionara con que va a tener algo conmigo. Tú serías como una amiga que me hace un favor, pero si no quieres, no pasa nada, esto no va a interferir en el trabajo.
— Ella se queda pensando.
— Por instinto, ya entré en tu juego, imagínate si lo desmentimos, cómo va a quedar tu imagen. Hay un problema, Daniel, mi hija, ella no puede saber nada de toda esta historia, no quiero crearle ilusiones en la cabeza y no puedo salir esta noche, no tengo con quién dejarla.
— Mi ama de llaves irá a tu casa y se quedará con tu hija, necesito tu ayuda, vamos al salón de belleza y luego pasamos por casa para avisarle de que vaya a tu casa.
— No recordaba lo estresante que era ir de compras con mujeres, solo que antes la pelea era para que Lara dejara de gastar y ahora peleo con Bruna para que compre algo a la altura, ya que quiere llevar cosas de muy bajo valor, entonces me irrito y voy a la tienda y elijo el mismo vestido que ella va a usar.
— Después fuimos a casa y le pedimos a Joana que nos acompañara hasta su casa y no quise subir, Joana subió con ella y después de casi dos horas bajó y estaba mucho más guapa que en el maniquí.
Imagen del vestido.
— Estás guapísima.
— Gracias, ahora estoy a la altura de este evento.
— Es solo una cena de compromiso.
Eso fue lo que pensé, pero parecía más bien la boda en sí, delante había tantos periodistas que tuve que proteger a Bruna con mi cuerpo para que no fuera expuesta por los medios de comunicación, no quería a esos buitres encima de ella.
— Qué bueno que hayas venido, Daniel.
— Siempre es un placer verlos, Carlos y Rebeca, ah, ella es mi novia, Bruna.
— ¿Novia? Pero tu madre no me dijo que estuvieras saliendo con alguien.
— Es una sorpresa para ella también. ¿Y cuándo vuelve Eduardo?
— Ese solo Dios sabe, le va muy bien en Nueva York y no piensa volver pronto, pero que te sientas cómoda, querida, eres una mujer muy bonita y has hecho una buena elección, Daniel, no tan buena como mi hija, pero como siempre les decía que eran más como amigos que como pareja, no los veía como pareja, ahora las cosas están en su lugar, Lara encontró una pareja y tú otra, eran como hermanos antes de decidirse a salir, perdóname la indiscreción, no quería hacerte daño.
— No se preocupe, señora, el pasado de Daniel no me afecta en absoluto.
— Regina va a tener mucha suerte de tenerte como nuera, yo quisiera que mi hijo Eduardo encontrara una buena muchacha como tú para casarse y me diera nietos así como estoy segura que Regina tendrá muchos ¿Verdad, Daniel?
— Voy a saludar a los novios, con permiso.
Cuando me alejo de mis exsuegros, miro bien a Bruna.
— Vaya, estás desempeñando bien el papel de novia.
— Soy muy buena en lo que hago, Daniel, si quieres que haga el papel de novia, lo haré, pero quiero que sepas que lo hago porque tú me diste una oportunidad cuando muchos no quisieron saber por qué no tengo experiencia y por eso estoy agradecida por la oportunidad y gracias a eso en pocos días tendré la oportunidad de recibir un premio, pero espero que esta farsa termine pronto, no quiero estar mucho tiempo en este papel.
— Durará hasta que Lara se case.
— O ella desista y vuelva contigo.
— ¿Quién te ha dicho que quiero que vuelva conmigo?
— Tu actitud infantil de fingir que tienes una novia que no tienes, ¿no es más fácil que luches y la reconquistes a que intentes darle celos?
— No la amo, pero no quiero que me vea solo.
— Si tú lo dices...