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La Generala Del General

La Generala Del General

Status: Terminada
Genre:Romance / Completas / Amor prohibido / Amor en la guerra / Matrimonio entre clanes / Batalla por el trono
Popularitas:7.6k
Nilai: 5
nombre de autor: Sandra Pompa

Está es la historia de como se enamoraron, Sir Gabriel, General del ejército real del Reino Rubi, y la Princesa Artemis, Princesa heredera del Reino Greenwich y Generala del ejército de su Reino.

Como superan las diferencias entre las clases sociales a las cuales pertenecen y lograr vivir su amor intensamente.

Está es una historia paralela y que se desprende de mi novela previa "La Prometida con Magia de Fuego", y comienza al firmar el tratado de paz entre el Reino Rubí y el Reino Greenwich.

Los invito a leer está emocionante historia.

NovelToon tiene autorización de Sandra Pompa para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capitulo XVII: Boda y ataque II.

Tranquila, madre. Debo ayudarlos. No me pasará nada. - dijo Artemis con una sonrisa, pero apoyando sus manos en su vientre por sobre la falda del vestido.

Tomó su espada de debajo del asiento, la había puesto allí por si acaso, y abrió la puerta del carruaje y salió. Era un poco engorroso moverse con esa falda pero debía hacerlo. El hecho de tomar la espada, hizo que se concentrará en la situación que tenía enfrente, debía defenderse y a su madre, y capturar a las personas que querían hacerles daño.

- Alteza, suba de nuevo al carruaje. Nosotros nos encargamos. - decía el comandante del Archiducado.

Pero el capitán de su escuadrón, dijo,

- Ordene, Generala. -

- ¿Enviaron el aviso al templo al General Gabriel? -

- Si, en el momento que inicio el ataque, se hizo. Ya debe venir en camino con los refuerzos -

- Entonces, quiero vivo al líder - dijo con una sonrisa malévola Artemis - ¡¡¡ataquen!!! - grito Artemis. Y sosteniendo parte de la falda con una mano, y la espada con la otra, lucho contra los mercenarios que atacaban.

Pronto se dieron cuenta que los mercenarios, no eran tal. Parecían más bien soldados de alguna casa noble. Por las estrategias de lucha que usaban para atacar a los caballeros del Archiducado.

Ninguno de los soldados y caballeros que escoltaban a Artemis tenían magia. Así que solo con su espada todos se defendían. Cuando creían que iban ganando, apareció un hombre que apartado de todos, parecía estar hablando solo, mientras movía sus manos.

- Atentos todos con el hombre a su derecha. Es un mago. Esquiven todo lo que les lance. ¡Atentos!. - grito Artemis mientras seguía luchando con su espada pero ya sintiendo el cansancio en su cuerpo. El vestido le estorbaba para luchar, y su barriga comenzaba a pesarle más de lo normal, y no la dejaba moverse con facilidad.

De repente, el hombre que recitaba el hechizo lanzó una bola de fuego en dirección a Artemis. El fuego hirió a los soldados en su camino, tanto de un bando como del otro, pero cuando iba a tocar a Artemis, la luz azul apareció de nuevo, envolviendo a la Generala como si fuera un escudo, haciendo que el fuego rebotará y se devolviera a su dueño.

Artemis se sorprendió un poco, ya que esto no había pasado de nuevo desde el entrenamiento de espadas que tuvo con Gabriel. Y se dió cuenta que la luz la protegía también de los ataques de espadas de los mercenarios a su alrededor. Por lo que se detuvo, cansada. Aún sosteniendo su espada de manera defensiva.

- Maldic*** - dijo el mago al darse cuenta que algo o alguien protegía a Artemis.

No valía la pena intentarlo de nuevo. Lo mejor era retirarse y planear la forma de matarla, sabiendo que había alguien muy poderoso que la protegía.

Así que antes que llegarán los refuerzos, ordenó la retirada.

Fue entonces que Artemis se dió cuenta que el mago era el líder de ese grupo.

"¿Será el mismo Conde Stefan que ordenó este ataque? Si es así es muy tonto" pensó.

Artemis y sus escoltas vieron como se retiraba el enemigo.

- ¿Los seguimos, Alteza? - pregunto el comandante del archiducado.

- No, comandante. El líder es el mago. Y es poderoso. No podemos arriesgarnos a seguirlo así. - respondió Artemis pensando donde está Gabriel. Él y sus soldados eran los más idóneos para seguir a estos "mercenarios".

- ¡Ahi viene el General! - Grito el cochero del carruaje. Todos se pusieron atentos. Ya la luz azul había desaparecido de alrededor de Artemis . Su hijo no nacido la había protegido de nuevo.

Gabriel se dió cuenta de la retirada de los mercenarios, y ordenó a un pequeño grupo de sus soldados seguirlos discretamente y ver a donde se dirigían. Este grupo de soldados tenían magia, aunque aún no sabían que la necesitarían.

Gabriel bajo del caballo, y corriendo, llegó hasta su amada Artemis.

- ¿Estás bien? ¿Te hirieron? - preguntaba Gabriel ansioso la abrazaba fuerte y besando su rostro.

- Estoy bien, mi general. - respondió Artemis con una sonrisa, mientras correspondía al abrazo y se dejaba besar. - nuestro hijo me protegió - explico en un susurro solo para que Gabriel lo escuchará.

Él se detuvo alejándose un poco y la miró serio. Y suspiro. Apoyando su frente en la de Artemis. El que su hijo no nacido hiciera eso también era peligroso, no solo por la salud de él o ella y de su madre, sino porque quienes tenían conocimiento de magia, sabrían que ella estaba embarazada e intentarían algo contra el bebé.

- El líder es un mago, Gabriel. - le informó Artemis sería, mirándolo pero manteniendo el abrazo.

Gabriel se sorprendió.

"Así que hay más intereses en esto de lo que pensamos" pensó preocupado.

Y luego dándose cuenta,

"Ya saben del embarazo de Artemis" pensó aún más preocupado, si eso es posible.

**********

Artemis y Gabriel, decidieron seguir al templo y casarse. Ordenaron que los soldados heridos fueran llevados con el médico de la mansión y atendidos con prontitud. Los que quisieran ir a la boda serían bienvenidos pero primero debían atender sus heridas.

Ya en el templo, afortunadamente el vestido de Artemis no se había ensuciado mucho. Así que podían continuar con la ceremonia.

Solo retocaron el maquillaje y peinado de la Generala, y la dejaron descansar un poco antes de iniciar la ceremonia. Lady Raquel la ayudó y luego la acompaño para que pudiera descansar unos minutos.

- Artemis, fue muy peligroso lo que hiciste. - le reprocho en voz baja su madre mientras le acariciaba la mejilla con los dedos.

- Lo sé, madre. - dijo con un suspiro y mirando a Raquel - pero debía hacerlo. No podía dejar a mis guardias solos. - respondió.

- Te diste cuenta que tú eras el objetivo y al ponerte al descubierto, te pusiste en un peligro mayor? -

- Si. Sé que era el objetivo. Pero si me quedaba en el carruaje, no me hubiera dado cuenta del mago. Nos hubiera lanzado esa bola de fuego, y tú hubieras muerto con nosotros - explicó Artemis, incluyendo a su hijo también, sin darse cuenta.

Raquel asintió, dandole la razón. Quedarse con ella en el carruaje también hubiera sido peligroso. Luego cayó en cuenta de lo que había dicho Artemis.

- "¿Nosotros?" - pregunto Lady Raquel.

Artemis miró a su madre, y sonrió. tomó su mano y le dijo,

- Luego te cuento. Aún no. - dijo emocionada Artemis.

Raquel la abrazo y la dejó descansar un poco. Ella sabía a qué se refería pero era su hija quien debía contarle.

Minutos después, se dirigía al sitio de la ceremonia y allí estaba su amado General, que llegaba en ese momento, al mirarla sonrió.

" Es hermosa, mi pequeña soldado" pensó Gabriel.

En realidad no la había visto bien cuando se dirigió a ayudarla durante la emboscada. Solo estaba concentrado en protegerla a ella y a su hijo nonato.

Recuerdo.

- Tranquilo, General. Ya debe estar por llegar. - le decía su asistente a Gabriel. Ahora tenía un asistente que lo ayudaba con sus deberes en el archiducado.

- Si, está bien. - dijo respirando profundo. No sabía por que sentía una opresión en el pecho, como si algo estuviera ocurriendo.

Fue entonces cuando uno de los caballeros que escoltaban a Artemis entró corriendo al templo, y llegando ante Gabriel hizo una reverencia e informó agitado,

- General, nos esperaban. Caímos en una emboscada, y solicitados su ayuda. Son muchos. -

No había terminado de hablar cuando Gabriel salió corriendo por el pasillo, mientras los invitados se levantaban sorprendidos. Mientras el General corría, le gritaba a sus caballeros y soldados, ordenando que lo siguieran.

Gabriel solo estaba concentrado pensando "que estén bien, por favor". Claro que sabía que Artemis era fuerte, y lo había demostrado más de una vez, pero aún así ella estaba embarazada y quería protegerla a toda costa.

Cuando llegó al sitio de la emboscada. Vio a lo lejos los escoltas defenderse, y de repente vio que los mercenarios se retiraban rápidamente. Fue cuando ordenó que los siguieran. Entonces se dió cuenta que Artemis, estaba en posición defensiva con su espada, y parecía agitada y muy cansada.

Fue allí cuando fue a su encuentro, mientras los soldados que llegaron con él ayudaban al resto, y Gabriel le quitó la espada colocándola en piso y la abrazo. Ella estaba bien. El amor de su vida y su hijo, estaban bien, pensaba mientras la tenía entre sus brazos, pensaba Gabriel.

Fin del recuerdo.

Al salir Gabriel del templo.

El Duque Ciro que estaba allí como embajador del Reino Rubí, ordenó al comandante que enviará un grupo de soldados con Gabriel para que le dieran apoyo en lo que estuviera sucediendo.

- Si, Excelencia - respondió el comandante haciendo una reverencia, este era Carlos, el amigo de Gabriel y que fue su segundo al mando anteriormente.

Se apresuró, y ordenó que un grupo de caballeros y soldados del ejército real de Rubí siguieran a Gabriel y lo apoyarán.

"Espero todo esté bien con la princesa, amigo" pensó Carlos con preocupación.

Ese grupo junto a soldados del escuadrón de Gabriel, posteriormente fueron tras el grupo de mercenarios y habían logrado capturar a todos. Al líder le habían bloqueado momentáneamente su magia para que no pudiera escapar tan fácilmente. Y se los habían llevado a los calabazos de la mansión del Archiducado. Allí esperarían a ser interrogados.

En la actualidad.

Luego de que Artemis y Gabriel se casaron y ser nombrados Archiduque y Archiduquesa de la frontera sur, se dirigieron a la mansión donde se realizaría el baile para celebrar su unión. Allí pudieron hablar con la Reina Ana. Y por supuesto con el embajador de Rubí, el Duque Ciro.

Con Ciro, le dieron las gracias por su ayuda, y por estar presente en su boda. El duque les informó que los mercenarios capturados ya estaban en los calabazos y que si necesitaban más ayuda, él los apoyaría.

Dieron las gracias y siguieron, para hablar con Ana.

- ¿Cómo te sientes? ¿quieres descansar un poco? - le pregunto Gabriel mientras llevaba su mano a sus labios y le daba un beso.

Ambos iban caminando tomados de la mano, entre los nobles y los invitados de alto rango. Esto nunca lo hubieran podido hacer, si Artemis no cedía su derecho al trono a su hermana. Y si su hermana posteriormente no aprobaba su matrimonio, dandole un tinte político.

- Estoy bien. Luego descansamos. Vamos a hablar con mi hermana. - dijo Artemis, deteniéndose un momento para mirarlo sonriente mientras le respondía.

Gabriel asintió y siguieron. En su camino saludaron a muchos nobles tanto extranjeros como locales que habían sido invitados a la boda.

Al llegar con la Reina Ana, quien estaba acompañada de su prometido, hicieron una reverencia.

- Saludos a la protectora y Luna de nuestro reino, Reina Ana. - tanto Artemis como Gabriel hicieron la reverencia, demostrando así su lealtad para con la reina.

- Pueden sentarse. No sean tan formales. - dijo con una sonrisa Ana.

- Hay mucha gente, hermana. Lo mejor es saludarte como se debe. -

- Les presento a mi prometido el segundo Principe Joseph de Celestial -

Ambos hicieron una reverencia.

- Podemos pasar al salón para hablar. - dijo Artemis.

- No, hermana. Hablaremos mañana. Disfruta tu boda. Ustedes se merecen este momento juntos. Sean muy felices - les deseo Ana con una sonrisa sincera.

- Gracias, hermana. - dijo Artemis sonriendo de vuelta.

En ese momento llega Lady Raquel. Y saludos a ambas con formalidad. Raquel nunca fue reina. Solo una concubina real. así que aún cuando fueran sus hijas, debía saludar con formalidad a ambas, debido a sus rangos superiores al de ella.

Raquel se quedó un rato con Ana para conocer a su prometido y saber cuando sería el matrimonio y como se sentía su niña al respecto.

Mientras tanto, Artemis y Gabriel salieron a los jardines para estar solos. Al menos unos momentos.

Ambos se sentaron, y Artemis se recostó en los brazos de su amado General.

Él la besó en la frente.

- ¿Quieres que nos retiremos ahora para que descanses, mi pequeña soldado? - le pregunto Gabriel mirandola, parecía muy cansada.

- No. Solo dame un momento para descansar. Debemos abrir el baile y ya luego si nos retiramos, mi general. - le explicó con una sonrisa.

- Bien. - dijo él mientras besaba su frente y acariciaba su barriga sobre la tela del vestido.

Esto hizo que ella se sintiera con sueño. Pero antes de que se durmiera, se apartó de Gabriel.

- Vamos. Abrimos el baile y nos retiramos, mi general. -

Gabriel se levantó y le tomó la mano y entraron al salón. Abrieron el baile. Los presentes se maravillaron de la sincronía con la que bailaban. Se veían muy bien juntos.

Algunas damas nobles, jóvenes, comenzaron a envidiar a la Archiduquesa. El Archiduque era muy apuesto, decían entre ellas.

- pero es un plebeyo que se convirtió en general. No entiendo porque la princesa se casó con él. - dijo una joven Duquesa con mala actitud.

- Se aman. ¿Por qué otra cosa sería? Dicen que ella dejó su título de Princesa por él. - comenta otra joven.

- Ya dejen de hablar así. aún cuando haya renunciado a su título, sigue siendo miembro de la familia real. Así que hay respetar niñas. Mejor vamos a ver quién de los guapos solteros presentes nos saca a bailar. - dijo otra joven que le disgustaba mucho la actitud de la joven Duquesa. Está siempre le causaba problemas a los demás.

**********

Ya avanzada la noche. Artemis y Gabriel se retiraron y dejaron la fiesta en pleno auge.

Artemis ya estaba muy cansada. El bebé se movía mucho. Estaba inquieto. Ambos necesitaban dormir.

Gabriel la cargo una parte del camino hasta los aposentos principales, que siempre habían compartido a escondidas pero que ahora lo harían formalmente, como esposos.

Al llegar a la habitación, él la ayudó a sentarse en la cama.

- ¿Cómo te sientes? - le preguntó Gabriel sentándose a su lado.

- Muy cansada. Ayúdame a quitarme este vestido. - le pidió ella dandole la espalda, aún sentada.

Gabriel jalo las cintas, abriendo el vestido y acariciando directamente su piel. Deslizó el vestido por los hombros y este cayó dejando al descubierto los se*os de la joven. Estos estaban más grandes debido al embarazo. Y el general no se había dado cuenta hasta ahora.

Artemis se giró quedando de frente a él. Gabriel se contuvo de decir o hacer nada porque sabía que ella estaba cansada. La ayudó a terminar de quitarse el vestido. Pues si, Artemis no se había puesto el vestido de fondo debajo del vestido de novia que debió haberse puesto 🤭

Gabriel la miro de arriba abajo ya que estaba como Dios la trajo al mundo. Él le acaricio la barriga y el bebé que se movía inquieto, se quedó tranquilo, como si su padre diera una orden. Artemis sonrió y se recostó en la cama.

Y entonces Gabriel vio una zona roja en su cadera. Apretó los labios molesto. Debió haber sucedido durante la emboscada. Puso su mano allí y ella dió un salto, le dolía.

- Llamaré al médico. - dijo Gabriel intentando levantarse para salir. Ella le tomó la mano y lo detuvo.

- No, espera. No me dejes sola. Quédate a dormir conmigo. Mañana vemos si es necesario que el médico me atienda - le pidió ella. Pero el solo la veía lo rojo en su cadera muy serio. - por favor - suplicó Artemis.

Gabriel suspiro asintiendo con la cabeza. Se quitó la ropa, dejándose solo una pieza puesta. Y se acostó al lado de su ahora esposa.

- ¿Este era mi regalo de bodas? - Preguntó Gabriel a Artemis refiriendose a que debajo del vestido de novia no llevaba nada de ropa interior, luego de que se acomodo a espaldas de ella, abrazándola.

- Si, no pensé que sería tan cansado y con imprevistos el día de hoy. - respondió ella adormilada. - mañana te doy tu regalo, mi general - aseguró Artemis con una sonrisa mientras entrelazaba sus manos con las de su esposo, que estaban sobre su vientre.

Él sonrió y le besó el cuello. Si quería estar con ella pero ambos estaban cansados. Sobre todo Artemis.

Mañana interrogaria a los mercenarios y descubriría si había alguien más detrás del Conde Stefan.

**********

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Yailyn Mugica Oña
Hermosa novela
Eleonor Baker
Ame tu historia, gracias, corta ✔️ se solucionaron rápido los inconvenientes,✔️ hubo romance✔️ coquetería ✔️ inteligencia de las princesas ✔️hubo amor y bebés 😍 😍 ✔️todo muy bien, una historia redonda y muy lindos los protagonistas
SandraPRN: Gracias a ti por leer y apoyarme ❤️😊 Bendiciones ❤️
total 1 replies
Eleonor Baker
Eso Ana bravooooo 👏🏼👏🏼👏🏼
Eleonor Baker
No espera y el par de doncellas? Que malaaaas 😠
Eleonor Baker
Graciaaas por la foto!👌🏼 hermosa ella y el vestido precioso
Eleonor Baker
Exactooooo bien ahí Ana
Marga Diverio
exelente; me encanta.gracias.
Eleonor Baker
wooow será un bebé, pasajero a bordo, siiii 👏🏼👏🏼👏🏼💕
Elena De Cuadros
excelente historia muy buena
Altamirano
/Sob//Cry//CoolGuy/ me encantoooo, corta💯💯👌👌👍👍👍👍👍
Nieves Jaimes
bella muy gratificante. e gusta mucho
Evangelina Paredes
Excelente
Evangelina Paredes
Normal
Migue Galeano Soza
Excelente
JJBN 🌚🌞
y esta arpía de donde salio, espero la torturen por atentar contra la familia real
A Veronica Sulbaran
Excelente
A Veronica Sulbaran
pobre criaturita del general
guillermina hernandezcordero
Excelente
Liliana Barros
Una estrategia inteligente. Así quedan protegidas las dos princesas, una como Reina y la otra como Archiduquesa 👏👏
Liliana Barros
Me gusta la actitud de Artemis. Es una luchadora y no se va a dejar comprometer sin hacer algo para evitarlo.
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