La Villana No Sigue La Trama.

Valerian llegó al estudio del Marqués, al entrar, este y sus hermanos estaban presentes, el Marqués empieza a mencionar que Marlene se había herido las rodillas durante la caída y que ahora estaba triste porque Valerian la ignoro, causando que piense que es odiada por la rubia.

— no la odio, pero no me importa lo que le pase, si se cayó es por su torpeza, ¿o acaso me vieron empujarla?— habla seriamente.

— el problema no es si la empujaste, el problema es que la ignoras, cuando ella solo trata de llevarse bien contigo.— responde el Marqués.

— deberías de agradecer que ella si quiere acercarse a ti.— habla uno de los rubios.

Este era Einar, el hermano gemelo menor. Mientras que Kenai, el gemelo mayor la mira con enojo.

— pero a mi no me interesa acercarme a ella. Si solo me llamaron para esta tontería, me retiro.—

— alto, debes pedirle una disculpa a Mar, ella esta muy dolida.— habla Kenai.

— claro, cuando tu beses la suela de mis zapatos.— sonríe con burla.

— ¡Valerian! Más respeto a tu hermano y deberías disculparte.— grita el Marqués.

— Marqués, no voy a disculparme porque no hay razón para hacerlo, estoy cansada de escucharlos, siempre, es lo mismo.— si algo no tenía esta nueva Valerian, era paciencia y la poca que tenía, esas personas se la estaban agotando rápidamente.

Dicho esto, Valerian salió molesta del estudio, pero, el Marqués se había quedado en silencio porque noto algo muy claro, Valerian le había llamado, "Marqués", en lugar de padre, como siempre lo ha hecho. Incluso noto que la mirada de la rubia hacía ellos era fría y vacía.

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Fuera del estudio ya la esperaba su doncella, preocupada por lo que pudiera haber pasado, pero Valerian le dice que no fue nada. En el balcón de las escaleras, Marlene observa a la rubia y cuando esta levanta la vista siente un leve escalofrío, ya que la mirada de Valerian tenía una expresión de arrogancia.

— ¿esperabas que me golpearan?, me temo que esta vez no.— habla con frialdad.

Marlene quiso responder, pero solo ve a Valerian alejarse. Esos últimos días la joven rubia había cambiando mucho, antes solo se quedaba callada cuando sus hermanos la regañaban y cuando hablaba, era para suplicar que le creyeran, pero ahora, solo los mira con molestia.

Al día siguiente, Valerian llega al estudio del Marqués pidiendo hablar con él, este se sorprende porque la chica solo se queda de pie ante el escritorio sin hacer una reverencia o un saludo amable.

— quiero ir al campo, a la mansión de los abuelos Lacaster. Ellos me dejaron esa mansión.— habla sin rodeos.

— ¿por qué quieres ir?, en esa mansión solo hay pocos sirvientes, ¿que hay de tus clases?— pregunta el Marqués.

— no importa cuantos sirvientes hayan, iré y esas clases, que las tome Marlene, después de todo, ¿no es ella la que siempre esta con el príncipe heredero? —

El Marqués que antes no despegaba la vista de sus documentos, finalmente lo hizo, pero estaba molesto por las últimas palabras de la rubia.

—¿que estas insinuando?, lo que digas podría afectar la reputación de tu hermana.— le regaña.

— prima, es mi prima, y su reputación me tiene sin cuidado, si se arruina es porque ella no puede mantener las manos lejos de hombres ajenos.— responde con tranquilidad.

— no pienso tolerar que hables así de mi hija, así que...—

— me voy, si no quieres que arruine la reputación de tu preciosa hija, déjame ir al campo y rompe mi compromiso con el príncipe heredero.— responde ya molesta.

— ¿crees que es fácil?, romper ese compromiso puede ofender a la familia real.—

Tal parece que para el Marqués no es importante que Valerian siga con el compromiso con el príncipe heredero, pues nisiquiera intenta hacerla desistir de su decisión.

— no pasará, el príncipe tiene sus ojos en Marlene, estará feliz si cambia a la prometida, yo solo quiero la mansión del campo.— asegura.

El Marqués se queda en silencio, pues no esperaba que Valerian le hablará de algo así, cuando la vio muy emocionada por su compromiso con el príncipe heredero, incluso nunca faltaba a sus clases. Y ahora, ella quiere irse y abandonar por lo que tanto se ha esforzado.

— si te vas, no vuelves...— le advierte.

— no planeaba volver. ¿Por qué lo haría?— pregunta sin expresión alguna.

— bien, arreglaré todo.—

El Marqués regresa su vista a sus documentos, mientras que Valerian se retira del lugar sin decir nada más.

Valerian llega a su habitación y le informa a su doncella que debe empacar, pues se irán al campo, incluso le pide juntar todas las joyas, saldrán a venderlas para tener dinero extra en caso de que el Marqués no les dé nada.

— ¿como vamos a sobrevivir en el campo si no le da su mesada?— pregunta asustada la doncella.

— Mandy, yo sabré como arreglar eso, ahora solo debemos prepararnos.—

Valerian busca un vestido cómodo para salir, incluso lleva una capa, mientras la doncella junta todas las joyas.

Al terminar, Mandy baja rápidamente para pedir el carruaje y Valerian baja poco después, al pie de la escalera, los gemelos estaban ahí, listos para salir también.

— ¿a donde vas?, que yo sepa no te hemos invitado.— menciona Kenai.

— ¿que?, no se de que hablas joven Lacaster.— responde Valerian.— ¿por qué querría yo ir con ustedes?, la flor de la sociedad no puede estar cerca de tan poca cosa.— mira de arriba hacía abajo a los gemelos.

Kenai se sorprende por como Valerian le habla, en especial porque ella pasa de largo saliendo de la casa, este se asoma y la ve subir a un carruaje que la servidumbre usa, sorprendió tanto a él, como a Einar. Ambos se miran entre si, pero antes de decir algo, Marlene llega ante ellos mostrando una radiante sonrisa y ya lista para salir.

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Tras un par de horas de viajes hasta el pueblo, Valerian finalmente ha llegado, al bajar de este, Mandy le guía hacía un lugar donde pueden vender las joyas, pero le explica que debe de tener cuidado para que no la estafen. Al entrar al lugar, ella usa la capucha de su capa, estando en el mostrador le muestra las joyas al encargado, este se fascina al verlas, ya que son joyas de buena calidad, pero duda un poco sobre la procedencia, asegurando que no compra joyas robadas.

Valerian le muestra la insignia de su familia y dice que solo vende las joyas para comprar nuevas. Tras un par de minutos, Valerian consigue una gran cantidad de dinero.

— lo hizo bien señorita, temía que ese hombre la estafara.— deja escapar un suspiro de alivió.

— te dije que sabía que hacer.—

Ambas pasan a comprar algunos dulces y van de regreso al carruaje.

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