Lorena siempre ha amado a su esposo, ha sido su único amor desde la época de la escuela; sin embargo, ha descubierto algo terrible.
¿Podrá Lorena soportar todo y volver a empezar?
Gabriel lleva cargando por años una culpa que no logra superar; se muestra frío y distante para que no descubran su debilidad; mientras está inmerso en una carrera política que lo podría llevar a la presidencia.
¿Podrá algún día volver a amar?
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4. Solo quiero el divorcio
Mientras Lorena está bajando las escaleras, solo puede sentir repulsión por el hombre que la está mirando perplejo, no está linda y arreglada como cada aniversario, en que quería lucir muy hermosa y perfecta para el esposo que creía que la amaba con todo su ser. Ella está usando un buzo con zapatillas de lonas, tiene la cara lavada y los ojos hinchados de haber llorado toda la noche, debía dejar salir el dolor para poder enfrentarse al hombre que tiene enfrente, ya no le importaba como la mire, solo quiere que desaparezca de su vida para siempre.
- "¿De qué hablas, corazón?", preguntó Alberto, en un intento de negar lo evidente, como si solo su negación sirviera para ocultar la dura y triste realidad.
- "No insultes mi inteligencia, ayer se me cayó la venda de los ojos y te veo en tu real dimensión, el pequeño tiene cinco años y es una copia exacta de ti, tus mismos ojos, tus hoyuelos, tus expresiones; ¿pensabas mantener la mentira toda una vida?. Al menos no seas un cobarde y admite lo que hiciste, no me trates como una tonta, si alguna vez me amaste, si alguna vez fui alguien importante para ti, al menos ten la decencia de decirme la verdad", expresó Lorena con la mirada fija en Alberto.
- "Lo siento, en verdad lo siento", dijo Alberto, era obvio que no podía seguir ocultando la verdad, había sido descubierto irremediablemente, mantuvo la mentira porque Lorena siempre ha sido hermosa, una belleza natural que le encantaba contemplar, y conforme pasaban los años, su belleza se volvía más distinguida y no quería perderla, pero la otra mujer le podía dar los hijos que quería; sin ningún problema, él no quería renunciar a eso.
- "Es todo lo que quería saber", dijo Lorena, serena e inexpresiva, todo su dolor lo había llorado anoche y aunque sus ojos reflejaran eso, delante de él no iba a derramar una sola lágrima, se lo había prometido a sí misma.
- "Lorena, no quise que pasara y luego...", expresó Alberto acercándose.
- "No quiero explicaciones, motivos, detalles, ¿para qué?, no cambia lo que hiciste, no borra la herida que has causado, no me devuelve los años que perdí contigo. No trates de justificarte, la traición no tiene razones, más que una sola, no te importó mi amor, yo no fui valiosa para tí", interrumpió Lorena, si algo tenía claro en ese momento es que no iba a dejarse envolver, ella no iba a resignarse a ser una mujer engañada y perdonar, ella no podría volver a confiar, así que era imposible seguir juntos.
- "Lorena yo te amo, y...", insistió Alberto, y esas palabras solo encendieron más la rabia de Lorena, quien puso esa expresión de incredulidad absoluta, como se atrevía ese hombre a decir que la amaba, como se atrevía con sus labios manchados por la traición dar una expresión tan sublime; solo podía sentir repulsión ante sus palabras.
- "Ahí están tus maletas, quiero que te vayas de inmediato de esta casa, voy a iniciar el trámite de divorcio, no te quiero en mi vida para nada, haz de cuenta que no existo, porque es lo que voy a hacer contigo", manifestó Lorena, con aquel desprecio que ahora puede sentir por quien fue su esposo por diez años.
Alberto mira a Lorena con detenimiento, puede reconocer aquella convicción en su mirada, y está seguro que iniciará los trámites del divorcio, pero eso la llevará a descubrir la verdad.
El padre de Paulina del Valle era uno de sus principales contratistas, cuando se enteró de que su hija estaba embarazada le exigió casarse con ella o lo arruinaría por completo; como Lorena confiaba ciegamente en él, la hizo firmar unos poderes, supuestamente para poder manejar la pequeña empresa sin necesidad de su firma y hacer el trabajo más rápido; sin embargo, incluyó un poder para el trámite de separación convencional y divorcio ulterior. Así que realmente, ellos estaban divorciados hace más de cinco años.
- "¿Escuchaste?, quiero el divorcio y espero que no hagas problemas, es lo mínimo que merezco", dijo Lorena, porque parecía que Alberto no la había escuchado.
- "Lorena hay algo que debes saber", dijo Alberto nervioso. "En verdad no quería hacer esto, pero ella salió embarazada, era el hijo que tanto quería", agregó.
- "Ya te dije que no quiero saber, absolutamente nada, solo quiero el divorcio", expresó Lorena visiblemente molesta.
- "Lo cierto es que necesitaba casarme con ella, y te hice firmar unos documentos, estamos divorciados hace más de cinco años", manifestó Alberto bajando la mirada.
- "¿Qué dijiste?, estoy escuchando mal, ¿divorciados?", preguntó Lorena completamente incrédula.
- "Lo siento, en verdad lo siento, ella es mi esposa. Esta casa es tuya, es parte del acuerdo de divorcio, te voy a mandar una copia del mismo", respondió Alberto, tratando de tomar a Lorena de los brazos.
- "No me toques", dijo Lorena con la respiración agitada y alejándose abruptamente. "¿Me convertiste en la amante?, te casaste con ella y yo era la otra, ¿cómo te atreviste a hacerme esto?, te desconozco completamente, Alberto eres un ser de lo peor, no te reconozco, no puedes ser el hombre de quien me enamoré. ¡Lárgate!", exclamó Lorena con furia.
Alberto tomó sus maletas y se fue de la casa, Lorena cerró con violencia la puerta, y luego se dejó caer en el piso, el dolor era intenso, inmenso, profundo, y las lágrimas que ya no creía tener, volvieron a brotar sin cesar, su mundo perfecto estaba completamente destruido.
Igual, no esperé la muerte de Alberto, sino un arresto y que fuera juzgado debidamente.
cambio de palabras: inseminación donde debió decir indemnización